sábado, 2 de noviembre de 2013

Yuriria Sierra - La jugada de Videgaray

En definitiva, se antojaba para ser una entrevista difícil. Teniendo enojados a los ricos, a los pobres y a la clase media, Luis Videgaray,  secretario de Hacienda y claro estratega de los movimientos políticos del gobierno federal, está dispuesto a defender su reforma hacendaria. O al menos así llegó al foro de Cadenatres ayer por la tarde, cuando tuve oportunidad de hablar con él:
“Es una reforma evidentemente social, Yuriria. Primero, ¿para qué es el dinero que pide el gobierno al Congreso de la Unión? Pues para fortalecer la educación; tuvimos una reforma educativa que va a requerir más inversión en educación pública, específicamente en las zonas más rezagadas del país. Es una reforma para crear un seguro de desempleo




México es uno de los pocos países donde cuando la gente pierde su trabajo, no tiene un mínimo de ingreso asegurado por un periodo de tiempo, ése es también un fin de esta reforma. Para crear una pensión universal. Hoy en día, dos de cada tres mexicanos en edad adulta, después de los 65 años, no tienen una pensión para el retiro. Y ésa es una de las cosas que quiere corregir esta reforma... ¿De dónde vendrán los recursos? Fundamentalmente, eliminando privilegios, cerrando los huecos y oportunidades de evasión, y cobrando, pidiendo un esfuerzo mayor a aquellos que lo pueden hacer, que son los grandes contribuyentes...”.
Una reforma hacendaria, que en realidad es de tinte social, que no sólo es recaudar por tener el poder de hacerlo. El gobierno de México busca que en 2014 los impuestos que se generen sean lo que nunca en su historia y buscará destinarlo a programas sociales. Pensaría entonces, y tomando en cuenta que fue con el PRD con quien armó mancuerna para defender esta reforma, que el gobierno de Enrique Peña Nieto le está tirando a causas que siempre han sido abrazadas por la izquierda. Incluso cabe aquí el que no se hayan gravado los alimentos y medicinas.
Ésta, la hacendaria, es la reforma que más dolor de cabeza causó por todas partes, casi como una premonición de la discusión que se avecina, la de la energética. El panismo votó en contra, cuidando intereses propios; el perredismo hizo lo propio. El gobierno federal realizó verdadera labor de diálogo, negoció y cedió ante esos apartados de la iniciativa presentada en un inicio. Se dejaron fuera varias de las que serían fuentes de ingresos: se borró el IVA a colegiaturas, renta y compra inmobiliaria:
“El costo de estas dos medidas fue de alrededor de 22 mil millones de pesos (...) estas modificaciones, para quienes integramos la clase media, tienen un impacto de 10% de la recaudación. ¿Cuáles son los números en concreto? De los 225 mil millones de pesos previstos de recaudación adicional por la reforma, todas las modificaciones que hizo el Congreso, resultarán en que se tendrá una recaudación de 180 mil millones de pesos. Prácticamente tres cuartas partes de los ingresos adicionales que propuso el Ejecutivo, fueron aprobados por la Cámara de Diputados y de Senadores...”.
Luis Videgaray Caso ha decidido jugársela: defendiendo su reforma, que ahora ya aprobada, tiene enfrente la que será su prueba final. No sólo porque el descontento a los impuestos será una carga que algunos podrían utilizar en su contra, sino porque por encima de la recaudación, de los impuestos que se homologaron o de los que se modificaron y pasaron de 11 a 16%, falta observar los cambios que el gobierno federal haga dentro de su funcionamiento, para que los recursos que se generen sean en verdad utilizados para lo que hoy nos anuncian. El mismo tiempo para ver los beneficios del nuevo esquema de recaudación. Es una jugada difícil y riesgosa, porque en 2015 está la elección intermedia y el PRI no querrá llegar debilitado, pues de esa elección depende el resto del sexenio. Pero es una jugada que no cualquier estratega es capaz de hacer...


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