Apenas se conoció que una mayoría calificada de los diputados aprobó la reforma empezaron a difundirse opiniones al respecto en diversos medios de comunicación internacionales.
George Baker, director de Baker & Associates, empresa de análisis de la industria petrolera basada en Houston, Texas, dijo que “el nuevo acuerdo le da al gobierno la flexibilidad de adaptarse a los cambios tecnológicos y del mercado. También cambiará la ‘narrativa’ sobre cómo se opera la industria petrolera en México. Durante 70 años, los mexicanos han creído que la manera en que administras una industria petrolera es anotando una serie de restricciones comerciales en la Constitución”.
Para el exembajador de Estados Unidos en México, Tony Garza, la reforma representa “un momento extraordinario. Existe el potencial de atraer inversiones adicionales hacia los depósitos de shale oil (petróleo de esquistos bituminosos) y aguas ultra profundas para que esos recursos puedan ser explotados de tal manera que finalmente beneficien al país”.
“La reforma energética probablemente será ratificada por una mayoría de los 31 estados de México el año entrante y los primeros contratos basados en el nuevo modelo estarán listo a fines de 2014”, escribió en reporte el economista en jefe de Deutsche Bank Securities, Inc., en la Ciudad de México, Alexis Milo.
“Es indudable que con la reforma habrá un aumento en la producción ya que México es muy rico en hidrocarburos en tierra y en el mar. Realísticamente, podría duplicar el monto de petróleo que México produce”, aseguró Ed Morse, el jefe de investigación de materias primas (commodities) de Citigroup, Inc. en la Ciudad de Nueva York.
Brian Youngberg, analista de Edward Jones & Co., basado en St. Louis, Missouri, opina que “suavizar las restricciones que durante tres cuartos de siglo evitaron que los más grandes exploradores de petróleo del mundo taladraran en México ayudará a Pemex a resucitar su producción y romper las vastas formaciones de shale (esquistos). Abrir la industria petrolera a perforadores extranjeros podría desatar una ola de exploración similar a la que hemos visto durante los últimos años en Irak.
Las perspectivas en las aguas profundas del Golfo de México podrían ser atractivas para Exxon y Chevron, mientras que los depósitos de esquistos probablemente atraerán a EOG Resources y a ConocoPhillips. Atrae a la inversión extranjera podría darle un gran impulso a la producción y mover a la industria en la dirección correcta”.
Duncan Wood, director del Instituto México del Centro Internacional de Académicos Woodrow Wilson, de Washington, DC, opina que “lo que esta reforma hace es exponer al sector energético mexicano a la competencia nacional e internacional. Marca un cambio fundamental de paradigma en la mentalidad del sector energético. Ahora estamos más allá de 1938”.
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