viernes, 3 de enero de 2014

José Cárdenas - Ya te vi (degaray)

Padecemos el primer impacto del sismo financiero… y a fin de mes habrá réplica. Más ISR, más Impuesto Sobre Nómina, más predial...

Arranca el año… y arránquenme la vida —cantaría Agustín Lara.

Ni modo. Otra vez llegaremos al Día de Reyes tronándonos los dedos; es cuestión de usos y costumbres; cuestas y recuestas. Las deudas de siempre nos agobian como siempre, sí, pero esta vez échele por favor más gasolina al fuego.

Los aumentos a los combustibles se fueron al doble —la Magna a 12.33; la Premium, 12.90, y el diésel a 12.73— y por doble vía: la tradicional, digamos, de aumentar precios paulatinamente para reducir el subsidio, y la otra, derivada del nuevo impuesto verde.

–¿Verde por lo ecológico, o verde por la bilis que provoca?

Muy complicado será para los propagandistas del gobierno combinar dos mensajes contradictorios. Por un lado, la promesa de bajar los precios de servicios y productos de la energía —de aquí a unos seis años—, y, por el otro, el doble gasolinazo con el cual nos sorprendió la primera cruda del año.





Pero si ya todo eso es absolutamente impopular, hacerlo en plena euforia por la aprobación de la Reforma Energética —que promete bajarlo todo y hacernos la vida más llevadera— resulta francamente complicado.

Agregue también lo que por sabido no se calla: aumentos en refrescos, frituras, botanas y hasta pan de dulce, los cuales cuestan ya entre 12% y 35% más… y ni modo de tiranos al piso, como le hizo Gerardo Fernández Noroña, con tal de no pagar de más.

Padecemos el primer impacto del sismo financiero… y a fin de mes habrá réplica. Más ISR, más Impuesto Sobre Nómina, más predial y, por supuesto, la actualización —no aumento— de las tarifas y servicios públicos.

Desde el senado los priistas dicen misa. Según Emilio Gamboa, los nuevos impuestos nos preparan para el despegue: “son parteaguas hacia el desarrollo y el combate a la desigualdad”; según José Yunes, la Reforma Hacendaria sólo golpea a 10% de la población de mayores ingresos. Sí, ajá; cómo no.
Ojalá Gamboa y Yunes le avisen a productores e intermediarios para que no sumen el aumento a los combustibles al precio final de alimentos y artículos de primera necesidad.

En resumen: con las reformas —dicen— nos irá bien, habrá más empleos, seremos más competitivos y en una de esas hasta ganaremos más… pero el parto será con (mucho) dolor.

Y “aguas” con quienes no paguen, porque el SAT estrena “lista negra” para exhibir a los gandayas incumplidos. Pregúntele a Enrique Guzmán, quien ensaya otra vez el Rock de la cárcel, o al heredero de La Doña, María Félix; a la Arquidiósesis de Acapulco, a varios ayuntamientos, a Provida, a los “Rayados” del Monterrey… y a quienes se acumulen —por miles— cada 15 días.
El camino del saneamiento de las finanzas públicas está empedrado y sin retorno; es ruta sinuosa y muy dolorosa para todos quienes meten la mano en su bolsillo y los pica el alacrán fiscal.

Para los mortales de a pie, no hay finanzas públicas, sino privadas… muy privadas de finanzas.
PURGATORIO: De hoy en adelante, si tomas chocolate, paga lo que debes… y si te alcanza, come frutas y verduras.

                @JoseCardenas1
                josecardenas@mac.com
                 josecardenas.com.mx

Leído en http://www.excelsior.com.mx/opinion/jose-cardenas/2014/01/03/936406

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