El escándalo por la red de prostitución que funcionaba en el PRI-DF, bajo el mando del dirigente Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, puede rebasar el tema del mal uso de recursos públicos y las perversiones privadas del llamado Zar de la basura.
Información de allegados al priista y de “edecanes” que fueron parte de esa red, indica que el grupo de jóvenes contratadas y pagadas por la nómina del priismo capitalino no sólo daba servicios sexuales al líder del partido, sino que eran llevadas a “fiestas” frecuentes en casa de Gutiérrez, a las que acudían funcionarios y políticos de la ciudad.
Las reuniones se realizaban en la casa de Cuauhtémoc Gutiérrez ubicada en Periférico Sur, a la altura de Cuemanco, y en ellas se invitaba a figuras políticas no sólo del PRI, sino también del PRD. Diputados de la ALDF y hasta funcionarios del GDF fueron invitados a las reuniones en las que el grupo de edecanes del PRI-DF eran parte del “atractivo visual y sexual”. A esas fiestas se convocaba con mensajes vía celular o mail en los que se utilizaba la frase “sábado de carnita asada”, con lo que los asistentes sabían del tipo de reunión que se trataba.
Una chica, que formó parte de ese grupo y cuya identidad se reserva, asegura que en los encuentros en la mansión de Cuauhtémoc era común encontrar a figuras prominentes del priismo y del perredismo. Las jóvenes eran llevadas bajo la consigna de que tenían que departir con los invitados y regularmente eran reuniones que empezaban como comidas el sábado y terminaban a veces entrado el domingo. Cuando la cantidad de invitados que confirmaban era mayor, entonces el grupo de las jóvenes se ampliaba y se invitaba a edecanes tanto de la Asamblea Legislativa como de la Cámara de Diputados, a las que también se les advertía el tipo de reunión que se trataba.
Los asistentes sabían perfectamente lo que habría en la fiesta cuando recibían la invitación a un “sábado de carnita asada”. Lo que quizás no sabían, y eso es un arma que tiene bajo el brazo Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre y que le puede dar cierta protección política en este escándalo, es que el anfitrión, primero por razones de seguridad y después porque tal vez les encontró una utilidad, comenzó a grabar en video esas reuniones a través de un sistema de videovigilancia que instaló en su casa.
Hoy que se encuentra en el ojo de la tormenta, seguramente varios de los asistentes a las reuniones del líder priista buscarán que todo el escándalo que hoy lo afecta no pase a mayores y que esos videos que pueden resultar comprometedores no salgan nunca a la luz. Eso, de entrada, es un mecanismo de protección que tiene Gutiérrez y quien sabe cómo decida utilizarlo si escala la andanada mediática y política en su contra.
El otro lado por el que Cuauhtémoc debe sentirse protegido es la alianza política que en su momento hizo con Marcelo Ebrard para apoyar con votos priistas la candidatura de Miguel Ángel Mancera. Esa alianza se pactó durante las campañas de 2012 e incluso hubo una reunión en una oficina de la Condesa a la que asistieron Gutiérrez y gente de Ebrard y Mancera. Ahí se pactó que, como no iba a apoyar a la candidata del PRI, Beatriz Paredes, con la que estaba en guerra, el entonces diputado federal promovería entre sus huestes priistas en el DF un “voto diferenciado”, en la elección presidencial para Enrique Peña Nieto y en la de Jefe de Gobierno por Miguel Ángel Mancera. Eso explica en buena medida por qué Mancera obtuvo una votación histórica, superior incluso a la de Andrés Manuel López Obrador, pues además del perredista tuvo voto priista.
Por eso será interesante ver el tratamiento que dará la Procuraduría de Justicia del DF a la demanda iniciada por dirigentes del PRD en contra de Gutiérrez de la Torre por “trata de personas” y otras acusaciones. Ahí se verá si persisten las alianzas y los favores políticos o si el ex dirigente priista ahora está solo en el escándalo.
Pero aun legalmente él tiene una ventaja. A raíz de la información que publicó el diario Reforma en el 2003, en el que ya como dirigente del Movimiento Territorial del PRI lo acusaron de contratar a jóvenes edecanes a las que luego pedía favores sexuales, Cuauhtémoc aprendió, y a partir de entonces, aunque siguió con sus prácticas de reclutar a jovencitas con el gancho de ser edecanes, a todas les hacía firmar un documento en donde ellas aceptaban haber sido informadas de que se les podrían requerir servicios sexuales y daban su consentimiento. Por eso Gutiérrez ha negado que obligara a las jóvenes a prostituirse contra su voluntad y por eso se siente tan seguro.
Es decir que Gutiérrez de la Torre se sabe blindado jurídicamente y se cree protegido políticamente. Y en todo caso, por lo que tiene en su poder, el defenestrado dirigente debe estar pensando en la máxima de algunos mafiosos: “si caigo yo caen varios más”.
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