lunes, 28 de abril de 2014

Salvador García Soto - Peña rehén del PAN

Tal como se dieron las cosas en la negociación de las reformas en el Congreso, particularmente en el Senado, está claro que en el periodo ordinario que termina las condiciones las impuso el PAN. Valiéndose de que el gobierno de Enrique Peña Nieto y el PRI necesitan sus votos para legitimar la reforma energética, los panistas marcaron la agenda y los tiempos del que se suponía sería un periodo decisivo y altamente productivo y, enfrascados en su enconada disputa interna, decidieron que las leyes secundarias más importantes tendrían que esperar a inciertos periodos extraordinarios.

Es un hecho que de toda la ambiciosa agenda de reformas secundarias que se comprometieron a sacar en el periodo que agoniza en el Senado, sólo saldrán la Ley de Competencia Económica y la reforma político-electoral, esta última prioridad para el PAN que la antepuso como condición para discutir otras leyes, mientras que la reforma de telecomunicaciones que cumple ya seis de retraso -debió aprobarse desde el 9 de diciembre- tendrá que esperar al igual que las leyes secundarias en materia energética, con las que el PAN ha doblegado al gobierno.






La división de posiciones en el panismo dificultó los acuerdos y llevó a supeditar la agenda legislativa a que se resuelva la contienda interna de Acción Nacional, pues de lo contrario los panistas no garantizaban una posición unificada en temas clave de las leyes de telecomunicaciones y energética en donde la bancada priista requiere del apoyo de al menos un sector del PAN para dar legitimidad a la aprobación de las leyes secundarias.

El problema para Peña Nieto y para el PRI es que, aun cuando hayan decidido esperar a los tiempos de Acción Nacional y pasar, como ocurrirá en los hechos, las discusiones a periodos extraordinarios después del 18 de mayo, cuando se realiza la elección de dirigente nacional del PAN, ni siquiera hay garantías plenas de que pasando esa fecha se vayan a resolver las profundas diferencias y los enconos que hoy impiden a los senadores blanquiazules tener una posición unificada en los temas legislativos en cuestión.

Porque la elección del PAN está entrando a terrenos de incertidumbre donde empiezan a abundar desde ahora las descalificaciones y las denuncias de irregularidades en el proceso interno. Ayer por ejemplo, el candidato a la reelección Gustavo Madero, quien se supone sería la apuesta del gobierno de Peña Nieto para dar continuidad a las reformas secundarias

pospuestas, sufrió un duro revés al renunciar a su campaña el senador José María Martínez, quien era el principal operador maderista en Jalisco.

En un comunicado de la fracción de senadores del PAN, Martínez se deslinda de su apoyo a Madero porque dice se está realizando “una elección de Estado” a favor del coahuilense al utilizar recursos y militantes del Comité Directivo Estatal de Jalisco para apoyar al maderismo. “Los panistas que en los últimos años me han brindado su apoyo y confianza me han pedido ser muy cuidadoso con los proyectos políticos en los que habremos de participar, pues no están dispuestos a apoyar actores políticos cuyas conductas en el pasado proceso llevaron al PAN al tercer lugar de las preferencias electorales en Jalisco”, dice el senador en su deslinde.

El problema para Madero, además de la cercanía que tenía con José María Martínez, es que Jalisco es el estado donde más militantes panistas están registrados para votar el 18 de mayo con 20 mil 720 panistas empadronados, muy por encima de Veracruz, Guanajuato o el DF.

Es decir que, a estas alturas, no hay garantías para el gobierno de Peña Nieto ni para el PRI de que la elección del PAN se vaya a definir en favor de Gustavo Madero y hay incluso varias encuestas, con todo lo inciertos que pueden ser esos ejercicios en una elección interna de un partido como Acción Nacional, que colocan arriba en preferencias a la dupla Cordero-Oliva, por encima de Madero-Anaya. ¿Estarán considerando en Los Pinos el escenario de que el 18 de mayo la elección panista no resulte como ellos esperan y, por lo tanto, tampoco los votos que esperan para las leyes secundarias?

Aun en el supuesto de que Madero ganara la reelección en el PAN, como se ven en este momento las cosas en el panismo, no hay garantías de que ese partido vaya a unificarse después de su proceso interno y entonces la apuesta a mandar leyes como la de telecomunicaciones y las energéticas hasta después de las votaciones panistas puede no resultar la más certera. Bien haría el gobierno federal y el PRI en empezar a considerar otras alianzas y otros escenarios porque la turbulencia blanquiazul ya retrasó las reformas peñistas en este periodo ordinario y si se atienen a ellos tal vez se nos vaya el primer semestre del año sin ver aterrizadas las tan prometidas y publicitadas reformas del Presidente.

NOTAS INDISCRETAS…Cuando los números de la economía se cruzan con los de la política, las alarmas se encienden en un partido politico que ya se veía consolidado en su regreso al poder y ahora resulta que hay “focos rojos” para el 2015 porque podrían perder ya no digamos las mayorías, que no las tienen, sino la condición de primera minoría. ¿De qué partido se trata? Mañana les contamos… Los dados vuelven recargados. Escalera doble.

Leído en http://www.24-horas.mx/pena-rehen-del-pan/

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