jueves, 15 de mayo de 2014

Eduardo Ruiz Healy - Está más que demostrada la corrupción en la educación

El 18 de octubre del año pasado esta columna tuvo como título “La corrupción en la educación es enorme” y en ella me referí al Reporte Global de Corrupción en la Educación que unos días antes había publicado la ONG Transparencia Internacional (TI). Ese día escribí que “la corrupción ha penetrado, como la humedad, en todo el sistema educativo mexicano y que la llamada Reforma Educativa por sí sola no resolverá el problema si autoridades y ciudadanos no decidimos actuar de manera coordinada contra todos los actos corruptos que afectan la educación y el futuro de la mayoría de nuestros niños y jóvenes”.

Expliqué que la enorme corrupción que se da en el sector educativo es fácil de explicar y que se debe a “la enorme cantidad de recursos públicos que se distribuyen a través de diversas instancias burocráticas mal supervisadas. El Presupuesto de Egresos de la Federación 2014 que sometió el presidente Enrique Peña Nieto al Congreso hace algunas semanas destina poco más de 592,500 millones de pesos a la educación, de los cuales muchos millones seguramente terminarán en los bolsillos de funcionarios públicos y empresarios corruptos”.







En los siete meses que han transcurrido desde octubre de 2013 se han hecho públicos muchos datos que corroboran lo que entonces anoté.


En primer lugar, gracias al Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) nos enteramos que 298,174 personas, algunas de ellas muertas, cobran por dar clases sin hacerlo.

Hace justamente una semana escribí aquí mismo que estos 298,174 sueldos totalmente injustificados nos cuestan casi 36,000 millones de pesos al año a todos los mexicanos, de acuerdo con un cálculo que hizo el presidente de la ONG Mexicanos Primero, Claudio González G.

Ahora bien, González realizó su estimado con base a un sueldo promedio de 10 mil por persona, monto que está muy debajo del sueldo promedio de un maestro, que es de 25 mil pesos mensuales, de acuerdo al Mapa del Magisterio de Educación Básica en México realizado y difundido ayer por el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).

Si el sueldo promedio mensual es de 25 mil y no de 10 mil pesos, los mexicanos pagamos cada año 89 mil 452 millones de pesos por concepto de esos 298 mil 174 sueldos que no se justifican. Este monto equivale a 15.1 por ciento del presupuesto federal destinado a la educación este año.

El estudio del Imco detalla diversos casos de corrupción que deben indignarnos. Por ejemplo, hay mil 442 maestros (mil 441 de ellos en Hidalgo) que cobran por dar clases pese a que tienen entre 100 y 105 años de edad. Mil 440 de estos maestros hidalguenses (seguramente inexistentes) nacieron el mismo día del mismo año: 12 de diciembre de 1912. Este evidente fraude, seguramente orquestado desde hace muchos años por las más altas autoridades del gobierno de Hidalgo nos cuesta 10 millones 602 mil 649 pesos al mes o 127 millones 231 mil 795 anuales. ¿Quién cobra ese dinero y quién se ha quedado con él mes tras mes y año tras año?

Concluí mi columna del 18 de octubre asegurando que “actos de corrupción como los arriba anotados se cometen cotidianamente en instituciones educativas públicas y privadas de nuestro país. Lo peor del caso es que nada indica que se esté haciendo algo para prevenirlas, combatirlas y eliminarlas”. Siete meses después, cuando está más que demostrada la corrupción en la educación, esa conclusión sigue siendo válida. No pasa nada…




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