miércoles, 7 de mayo de 2014

Eduardo Ruiz Healy - Estados Unidos no despega, México menos

Los resultados del desempeño de la economía de Estados Unidos en el primer trimestre del año son decepcionantes y deben preocuparnos mucho a los mexicanos porque la buena o mala fortuna económica de nuestro país depende total y absolutamente de la del vecino país del norte.

Algunos datos de la economía estadounidense:

El producto interno bruto (PIB) creció un raquítico 0.1% en el primer trimestre. Sin embargo, se espera que la cifra revisada que se dará a fines de este mes mostrará que el PIB en realidad se contrajo en este trimestre, la primera vez que esto ocurre en tres años. De acuerdo con los economistas de J.P. Morgan Chase, el PIB se cayó 0.8% durante los primeros tres meses de 2014.

El gasto de los consumidores aumentó 3.0%, pero este avance se registró principalmente en el sector servicios. Por ejemplo, de este 3.0%, el 60% (1.8% del crecimiento) se gastó en electricidad, gas y otros combustibles de uso doméstico y en servicios de salud. Pero el gasto en productos de consumo, que son los que le dan impulso a la economía, apenas aumentaron 0.8% para productos durarderos y 0.1% para no duraderos.






El gasto en construcción solo aumentó 0.2% en marzo, menos de lo que habían pronosticado los economistas. Peor aún, los datos de construcción para febrero fueron revisados a la baja para mostrar una caída mensual de 0.2%. La construcción de casas unifamiliares, otro rubro que imprime dinamismo a la economía de Estados Unidos, apenas aumentó 0.2%.


La tasa de desempleo cayó a 6.3% en abril, su nivel más bajo desde 2008. Ese mes se crearon 288 mil nuevos empleos. El problema es que este dato no puede verse aislado porque también en abril la fuerza laboral de Estados Unidos se contrajo por más de 800 mil personas que, según varios analistas independientes, decidieron de trabajar por diversas razones. O sea que la tasa de desempleo de 6.3% se logró gracias a una reducción del número de trabajadores.

Otro dato desagradable. El número de trabajadores de entre 16 y 19 años de edad disminuyó en 484 mil personas, lo que significa que la participación de estos jóvenes en el mercado laboral llegó a su segundo nivel más bajo de la historia.

Estos son números fríos que muestran que las cosas no marchan tan bien en la economía estadounidense y que los efectos de la Gran Recesión de 2008 siguen sintiéndose a pesar de que los altos funcionarios de la administración Obama se nieguen a aceptarlo.

Lo peor de todo es que estos funestos efectos también contribuyen a mantener postrada a la economía mexicana, aunque lo nieguen los optimistas que hoy deciden, para bien o para mal, la política económica nacional.




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