Tenían frases sensacionales los políticos del pasado, no tan remoto.
A un amigo que le comentó que ya se había retirado de la política, le soltó el latigazo verbal don Alfonso Martínez Domínguez: “¡Nadie se retira de la política, la política se retira de ti...!”.
Y cuando Dulce María Sauri pidió licencia -prácticamente, le renunció a Carlos Salinas de Gortari- a la Gubernatura de Yucatán, porque el peloncito obligó al candidato del PRI, ganador de la Alcaldía de Mérida, a declinar para tener contento al PAN, soltó don Alfonso otro de sus chispazos de ingenio, esta vez en privado: “¡Dulce María no puede usar minifalda, porque se le verían los güevos...!”.
Y alguien añadió que la guapa ex Gobernadora tampoco podía usar zapatos de charol, porque se le reflejaban...
Años después, a don Javier García le preguntaron si los priístas eran dinosaurios y respondió algo similar: “¡Sí, pero por el tamaño de los güevotes...!”.
Pues bien, el PRI, tras el escándalo protagonizado por su ex líder en el DF, Cuauhtémoc -¡lástima de nombre!, ¿verdad, Cuauhtémoc Blanco?-, pretende lavar su imagen. Y aunque dicen que para ello tendrían que comprar toda una empresa de detergentes, por algo han empezado: Cuauhtémoc -¡qué bonito nombre!, ¿verdad, Carlos Cuauhtémoc Sánchez?- Gutiérrez ha “renunciado” y no por motivos de salud -pues usaba preservativo-.
Ignoramos si ahora Cuauhtémoc Gutiérrez se dedicará a levantarse la moral leyendo los libros de autoayuda de su tocayo. El título de la última obra sanchezca -derivado de Sancho, no de Sánchez- parece venirle como anillo, pero no de bodas, al dedo: “Volar sobre el pantano”.
El presidente nacional del PRI, César Camacho -¡lástima de apellido!, ¿verdad, Manuel Camacho?-, no lo exculpa, es más, pide que se investigue a fondo y se le castigue si tiene alguna responsabilidad penal. Pero advierte don César que en este caso Gutiérrez es del partido “el único miembro involucrado”. Lo cual nos parece estupendo. ¿Pero tenía que usar Camacho la sugestiva aunque inadecuada palabrita para el caso que nos ocupa? Vamos a insistir sin ánimo de molestar, que Cámacho pudo haber usado otro término similar, como “el único militante involucrado”, pero introdujo... perdón: metió... digo: deslizó al debate la palabra maldita: “miembro”.
Don Jesús Reyes Heroles, también ex presidente nacional del PRI y no muy popular entre el grupo Atlacomulco, porque fue quien descartó al profe Hank González como candidato a Los Pinos... Don Chucho Reyes Heroles, decíamos, quizá hubiera señalado que “El Basuritas” era “el único órgano reproductor -de votos, claro- involucrado”.
El mismo Martínez Domínguez, arriba mencionado, pudo expresar que era “la única macana involucrada” (recuérdese que se le acusó de golpear a María de los Ángeles Moreno y otras damas). Ignoramos qué palabra hubiera empleado en este caso la ex presidenta del PRI, doña Beatriz Paredes, pero como está de embajadora en Brasil, quizá hubiera usado algún término derivado del apodo de Edson Arantes do Nascimento, el Rey Pe... bueno, usted entiende.
El caso es que Cuauhtémoc Gutiérrez ya no es presidente del PRI capitalino y César Camacho ya está buscando un digno sucesor para el cargo. Alguien cuya honestidad, pulcritud y, sobre todo, vida personal estén por arriba de toda sospecha. Bueno, les tenemos la solución: esperen el regreso de “El Piojo” Herrera de Brasil, háganlo líder del PRI-DF y que ponga a todos los militantes -o mil y tantos o militontos- a dieta: ¡cero sexo! (¿ya se entendió de qué acusan a Cuauhtémoc -”¡lástima de Viagra!”, ingeniero- Sánchez?).
¡RRIINNGG!
-Bueno, hotel sede de la Selección Mexicana...
-¡Felicidades, ahora sí los muchachos se están dando la mano los unos a los otros!
-¡No, hasta eso les prohibió “El Piojo”: darse la mano uno al otro!
-¡No, hasta eso les prohibió “El Piojo”: darse la mano uno al otro!
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