miércoles, 30 de julio de 2014

Adela Navarro Bello - Con los salinistas, Slim siempre gana

O P I N I Ó N
A D E L A   N A V A R R O   B E L L O
Con los salinistas, Slim siempre gana

Uno de cada dos mexi­canos vive en situa­ción de pobreza.

Uno de cada 119 millones 713 mil 203 mexica­nos es el más rico del mundo.

Efectivamente, hace unos días y gracias a la reforma de telecomunicaciones promovida por el gobierno de Enrique Peña Nieto, tan asociado al de Carlos Salinas de Gortari, el ingenie­ro Carlos Slim Helú recuperó su título del hombre más rico del mundo, de acuerdo a la es­tadística que elabora la revista Forbes.








Los editorialistas del maga­zine estadounidense refieren que cuando, "obligado" por la reforma, el grupo de Carlos Slim decidió vender una par­te considerable de sus activos en el sector de las telecomuni­caciones para no ser conside­rando agente preponderante y por tanto someterse a una "ri­gurosa" y especial legislación, las acciones de América Móvil subieron y llevaron a su pro­pietario ganancias que tasan la fortuna de Slim en los 79 mil 600 millones de dólares, con lo cual desbancó del primer sitio de los más ricos al genio de la tecnología y cofundador de Mi­crosoft, Bill Gates.

La diferencia sustancial en­tre Bill Gates y Carlos Slim no está sustentada en los dólares y las pesetas, sino que uno edi­ficó un imperio al revolucionar el mundo de la computación y la programación digital a par­tir del desarrollo y la creación de tecnologías de punta que se aprovechan en los cinco conti­nentes, mientras que el otro ci­mentó su poderío económico al ser el beneficiario directo con la privatización de Teléfonos de México.

Así en los últimos meses de 1990, cuando Carlos Salinas de Gortari llevaba escasos dos años en la Presidencia de la República, decidió junto a su equipo de economistas y finan­cieros privatizar Teléfonos de México, concediendo en aquel entonces el manejo del 71 por ciento de la compañía al Grupo Carso de Slim, a razón de un pago -según consta en heme­rotecas- de mil 757.6 millones de dólares.

Veinticuatro años después y muchos millones adquiridos nada más por haber sido -aún lo es, hasta que se concrete la anunciada venta de los acti­vos- el agente preponderante de las telecomunicaciones, por no decir del monopolio de la telefonía, los resúmenes noti­ciosos financieros apuntan que las compañías de Slim lideran los servicios con los siguientes números: 70 por ciento en te­lefonía móvil, 80 por ciento en telefonía fija, y 65 por ciento en servicio de Internet.

La reforma a las telecomu­nicaciones indica que quien posea el 50 por ciento o más en sectores (no en servicios), se­rá declarado agente preponde­rante y por lo tanto tendrá que apegarse a una legislación más "rigurosa". Bueno a don Car­los Slim esas cosas parecen no gustarle, y antes de un amparo más de los que suele promo­ver cuando le cobran muchos impuestos o le afectan algún interés, "cedió" y anunció, aún antes que se votaran las leyes secundarias, que en efecto, vendería parte de sus activos.

Los legisladores federales nos venden con estas acciones la pluralidad y la diversidad en las telecomunicaciones y las radiocomunicaciones, cuando se está viendo en los hechos que los mismos poderosos son los más beneficiados.

Vaya, con el solo anuncio de la compañía de Slim de vender parte de sus activos para no ser preponderante, subieron las acciones de Amé­rica Móvil, lo cual contribuyó para que una vez más fuese el más rico del mundo.

De igual manera los especia­listas en billetes, ventas, tran­sacciones y cuestiones financie­ras, estiman que con la venta de esos activos el ingeniero ganará una suma que estará entre los 10 mil y los 15 mil millones de pesos, lo cual lejos de afectarle le beneficiará para expandirse y crecer en otros sectores, in­cursionar en la generación de nuevos servicios de telecomu­nicación -siempre ha anhelado la televisión pública, y ahora le pusieron las condiciones para lograrlo-, o continuar el cre­cimiento en alguno de los 26 países donde en la actualidad tiene presencia con las teleco­municaciones y donde en total -sin vender los activos a los que se ve "obligado"- atiende a 292 millones de personas.

Así una ley de telecomuni­caciones que suponía un bene­ficio para los mexicanos, con medios más plurales, y presu­mía el fin de los monopolios, en lo único que ha resultado hasta la fecha es en el enrique­cimiento y la diversificación y convergencia del hombre más rico del mundo. De un hombre inalcanzablemente rico entre 119 millones 713 mil 203 mexi­canos que somos, según la pro­yección del Inegi para 2014...


Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104


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