lunes, 21 de julio de 2014

INSTRUCTIVO PARA INTERPRETAR LOS FEMINICIDIOS EN MÉXICO.

POR TEPOZTECO.






Mi intensión al presentar mi escrito anterior: “Feminicidios en México”, era contrastar la realidad con la versión expuesta por Denise Dresser en su artículo: “MujereMigaja” (http://foroparalelodemilenioelotroforo.blogspot.mx/2014/06/denise-dresser-mujeres-migaja.html); sin embargo, dos de los comentarios al mismo, me convencieron de que, posiblemente, no había sido suficientemente explícito y, además, el concepto más importante: lo que se denomina como “tasa de feminicidios”, indispensable para comparar la gravedad  de este problema en localidades con poblaciones diferentes, requiere también una explicación adicional. En consecuencia, este escrito lo dedico, principalmente, a dos de los pocos foristas que participan, frecuentemente, en este sitio: eduardoantonio y Lobo_Estepario, esperando les sea de utilidad.

Con el primero de ellos gasté una gran cantidad de tinta para tratar de que comprendiera la única manera utilizada normalmente para COMPARAR la gravedad de los feminicidios entre dos localidades con poblaciones diferentes: la tasa de feminicidios, sin conseguirlo, ni siquiera sabe cómo se calcula dicha tasa pues, me escribió una verdadera joya al respecto:
“Y hay algo preocupante en que hables y defiendas índices que nos desvían del problema. Te das cuenta que el .98 % de Q. Roo, equivale a 15,000 asesinadas, mientras que el .97% de EDOMEX significan 140,000 féminas eliminadas?”

Si utilizáramos una de las pocas afirmaciones verídicas de Denise en su artículo de referencia: “El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio –constituido por 43 agrupaciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos– registró 922 feminicidios en el Estado de México entre enero de 2005 y agosto de 2010” (en 5 años, aproximadamente, 184 por año), podríamos comprender, en su justa dimensión, la increíble diferencia entre lo “calculado” por dicho forista y la realidad.

El segundo, un asiduo admirador de Denise, me dedicó, con su lenguaje florido, una “contundente” respuesta, aparentemente, sin siquiera leer mi escrito:

“Ah y eso de que "demostraste" que denisee "falsea los hechos y manipula las estaidisticas" (juar juar juar juar) no pasa de ser una marihuanada y alucinación tuya..nada has demostrado ni nada has comprobado eso solo esta en tu calenturienta mente...al rato vas a salir con la mafufada que "vas a demostrar que Irene Levy falsea y manipula los hechos"...juar juar juar juar...por la clase de columnistas derechistas, vendepatrias y gobiernistas que te "alimentan" se entiende la razón de tus inclinaciones gobiernistas, derechistas y priistas...No hay peor ciego quién no reconoce sus propias limitaciones...”

Espero que dicho forista se digne leer el presente pues, especificaré en donde miente Denise, en donde presenta información tendenciosa, con el objeto de propiciar conclusiones equivocadas del lector y en donde incorpora información fuera de contexto, con la finalidad de volver más dramática la situación. Mi respuesta a lo escrito por Irene Levy, fue que se trataba de un buen artículo, en donde se expresa la opinión de una persona que demuestra saber de lo que está hablando, sus suposiciones difieren de las de otros conocedores del tema; anexándole 12 de los beneficios de la reforma de telecomunicaciones, no incluidos en su exposición.

Siendo muy lamentable un solo feminicidio, con mayor razón lo es cuando se trata de varios y, al aumentar la cantidad, se puede convertir en un grave problema; como lo fue, a nivel nacional, aumentando el 40% en el sexenio pasado. Como es natural, los feminicidios se agrupan por localidad, siendo lo más común hacerlo por estado, o bien, a nivel nacional, si es que la comparación se hace entre países. La sola cantidad de los asesinatos cometidos en un estado (numero absoluto), no nos sirve para comparar su gravedad relativa con otros pues, lógicamente, la población femenina en cada uno de ellos influye en la cantidad: a mayor población, mayor posibilidad de ocurrencia.

En virtud de lo anterior, se utiliza la denominada como “tasa de feminicidios”, la cual se calcula de la siguiente manera: la cantidad de feminicidios ocurrida en un tiempo determinado, que puede ser un año, se divide entre la población femenina de la entidad federativa considerada. El resultado sería el número de feminicidios por mujer, habitante de ese lugar, en el año considerado. Como dicho resultado nos proporciona una cantidad demasiado pequeña, se multiplica por un número de mujeres que muestre otra cifra más entendible y manejable, en el caso de los feminicidios, el multiplicador es 100 mil. En consecuencia, obtenemos el número de feminicidios por cada 100 mil mujeres,  cantidad ya independiente de la diferencia de población, por haberse tomado en cuenta en el cálculo. ¿Quedo suficientemente claro eduardoantornio?

De acuerdo con lo anterior, los números absolutos de feminicidios no nos sirven para comparar correctamente la gravedad relativa de ese problema entre los estados pero, como la población femenina del Estado de México es mucho mayor que la de cualquier otro (un poco más de 7 millones y medio) y, lógicamente, la cantidad de este tipo de delitos también es mayor al resto, “políticamente”, es muy socorrido utilizar los números absolutos para criticar a EPN, en el tiempo que fue gobernador de ese estado, especificando únicamente que la cantidad de ese tipo de delitos fue mayor (no su tasa), inclusive, a la de Chihuahua (con población femenina de un poco más de millón y medio, la quinta parte de la correspondiente a Endomex), a pesar de que, en Chihuahua, el número de asesinatos de mujeres, entre el 2006 y el 2012, fue 15 veces mayor que el promedio mundial. Se aprovecha el desconocimiento de muchos sobre la manera de efectuar correctamente las comparaciones y el no saber tampoco las grandes diferencias entre las poblaciones involucradas.

En mi escrito anterior sobre este tema transcribí un artículo de Sergio Sarmiento, en donde se mencionaba el manejo político de este problema y presentaba una estadística del INEGI en el 2010, en donde aparecía el Estado de México en noveno lugar, sin embargo, afortunadamente, existen unas estadísticas muy completas, que abarcan del 1990 al 2011:

http://www.inegi.org.mx/eventos/2013/encuentro_genero2013/doc/Maria%20de%20la%20Paz%20Lopez_Ags_2013.pdf

En la correspondiente a feminicidios, podemos constatar lo escrito por Denise con la verdad:
“Donde desfilan los féretros durante los 21 años –seis de ellos bajo el gobierno de Peña Nieto– estadísticamente analizados en el libro. Donde el Estado de México fue el peor sitio para ser mujer, no en números absolutos, sino en tasas. Más de 7 mil mujeres asesinadas. Entre 1990 y 2011 el estado ocupó en 11 ocasiones el primer lugar en tasa de mortandad por agresiones a mujeres. Entre 1990 y 1997 el estado mantuvo la primera posición en feminicidios de manera ininterrumpida… Enrique Peña Nieto recibió el gobierno estatal en 2005, año en el que –nuevamente– el territorio mexiquense fue el más violento para las mujeres”

Efectivamente, entre 1990 y 1997, el Estado de México ocupó el primer lugar en feminicidios pero, el que haya sido así, no tiene nada que ver con EPN, esa información “adicional”, junto con: “Donde desfilan los féretros durante 21 años-seis de ellos durante el gobierno de Peña Nieto- estadísticamente analizados en el libro. Donde el Estado de México fue el peor sitio para ser mujer, no en número absolutos sino en TASAS”. En donde podemos comprobar que Denise MIENTE.

Entre 1998 y el 2011, en 14 años, solo en dos de ellos dicho estado ocupó el primer lugar: en el año 2000 y en el 2005, en el cual, efectivamente, EPN inició su sexenio pero, rindió protesta como gobernador el 15 de septiembre, gobernando, tan solo el último trimestre, siendo evidente la intención de Denise de hacerlo culpable por lo sucedido en ese año, sin embargo, a partir del año siguiente, hasta el final de su mandato, su estado no volvió a ocupar el primer lugar, por consiguiente, es FALSO que haya sido “el peor sitio para ser mujer” durante su sexenio.

Denise escribe: “Su estado, señor presidente. El que hoy reclama, como lo hizo ayer, que las mujeres no son desechables. El que hoy le reclama, como lo hizo ayer, que sea el responsable y que se encargue de resolver este escándalo” pero, a quien le debían haber reclamado  “ayer” es al Presidente anterior pues, durante su sexenio ese problema se agravó un 40% y durante la administración de Peña Nieto, como gobernador, su entidad no ocupó el primer lugar en este tipo de asesinatos, en consecuencia, no puede ni debe ser señalado en relación con la ocurrencia de ese delito.

Entre el 2007 y el 2012 se registraron 12 mil 263 feminicidios, de los cuales, mil 86 fueron en el 2007 y 2 mil 774 en el 2012, un aumento del 155% entre estos dos años. Tan solo entre el 2010 y el 2012 se registraron un promedio de 7.1 feminicidios diarios. Los tres primeros lugares correspondieron a Chihuahua con 22.7, Guerrero con 10.4 y Nayarit con 9.7. Lo cual demuestra que sí se trató de un problema muy grave, merecedor de una crítica muy severa aunque, con otro destinatario.

Conociendo las cifras anteriores ¿Quién podría aceptar como verdaderas las supuestas quejas que reproduce Denise? : “Su estado, señor gobernador, se está convirtiendo en un sembradío de cadáveres femeninos. Su estado, señor gobernador, ignora la violencia sexual que en muchos casos conlleva el feminicidio. Su estado, señor gobernador, (…) ha rebasado la tragedia de mujeres y niños en Chihuahua”.
No cabe duda, Denise sabe cómo generar el enojo del lector, confiada en que nadie podría demostrar que se trata, únicamente, invenciones convenientes.

Cualquier feminicidio representa una situación dramática y el describir algunas de ellas, como lo hace Denise en su artículo, solo persigue la indignación del lector pero dirigida a EPN, no a las autoridades, en general.
Si nos atuviéramos a la estadísticas reales, el referido artículo perdería todo su sustento y quedaría, tan solo, como una más de las críticas de Denise alimentadas con falsedades para acomodarlas a sus propósitos y sin posibilidad de poderle pedir el demostrar la veracidad de lo que escribe. Hace tiempo, traté de manifestarle mi inconformidad con uno de sus artículos, sin lograrlo, no me fue posible encontrar la manera de hacerlo.
Como el seguir escribiendo sobre Denise, podría interpretarse como una obsesión de mi parte, tan solo por haberme comprometido, continuaré con el análisis de uno de los videos presentados por Ramiro Padilla Atondo, en su artículo correspondiente, cambiando después de tema.

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