Sobre sí mismo, sobre su propio cuerpo y mente, el individuo es soberano”.
John Stuart Mill
Hace algunos meses, cuando comenzó la persecución contra los establecimientos de espectáculos eróticos, le pregunté al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, si el table dance estaba prohibido en la Ciudad de México. Él me respondió que no. Evidentemente le pregunté a la persona equivocada.
La fiscal de Trata de Personas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, Juana Camila Bautista, no deja lugar a dudas. Si bien señala que la prostitución no está prohibida, me dice en una entrevista para Radio Red: “Cuando es exhibicionismo erótico y hay un beneficio económico para el explotador desde luego que está prohibido”.
La ciudad de vanguardia, la ciudad que ha legalizado el aborto y el matrimonio entre homosexuales, se ha vuelto conservadora en el tema del baile erótico. Hay en las palabras de la fiscal el ánimo moralista de una Savonarola moderna: “Todas las personas en este tipo de antro son explotadas”. De poco sirve que las bailarinas digan y reiteren que hacen su trabajo de forma voluntaria: “Nuestra ley en su artículo 40 establece que el consentimiento de la víctima no exime de responsabilidad al explotador”.
Cuando la Fiscalía de Trata de Personas realiza sus razzias anuncia siempre que ha “rescatado” a víctimas de trata. Nunca aclara que las víctimas no quieren ser “rescatadas”. Los detenidos son sus compañeros de trabajo: meseros, capitanes, boleteras, personal administrativo, a quienes se condena a penas de cárcel peores que si hubieran cometido un homicidio. Las mujeres que son rescatadas cuentan cómo son presionadas. Si no testifican en contra de sus compañeros, pasan de ser “víctimas” a “cómplices”. Y esto puede significar pasar los siguientes 40 años de la vida en la cárcel.
La nueva Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas no sólo castiga “las exhibiciones públicas o privadas de orden sexual” sino también la pornografía. México prohíbe la pornografía, sin que la enorme mayoría de los mexicanos se hayan percatado, en un momento en que paradójicamente ésta se encuentra cada vez más disponible en el mundo a través del internet.
La Ley General de 2012 tiene vigencia en todo México, pero se aplica de manera diferente en distintos lugares. En el Distrito Federal el celo persecutorio de la fiscal Bautista la ha transformado en una campaña moralista contra el table dance. En otros lugares del país, no se ha interpretado esta legislación como un ordenamiento para clausurar estos lugares. Algunas de las “víctimas rescatadas” en el Distrito Federal, de hecho, han tenido que buscar refugio en ciudades como Tijuana para continuar trabajando en el baile erótico.
Las autoridades capitalinas tienen enormes incentivos para su persecución de los table dance. Para empezar es menos peligroso detener y encarcelar al mesero o a la boletera de un centro de entretenimiento que a un verdadero criminal. Quizá la razón por la que se mantienen niveles tan altos de asaltos a transeúntes y a vehículos de transporte público es porque los policías disponibles están ocupados en la labor más agradable de hostigar a bailarinas desnudistas. Pero además la ley permite al gobierno capitalino buscar la extinción de dominio de los locales en que se lleva a cabo el “exhibicionismo erótico”. Ésta es una forma más fácil de allegarse recursos que tratar de cobrar impuestos.
“Las víctimas siempre callan, nunca denuncian”, reconoce la fiscal Bautista. “Las víctimas dicen: ‘Yo soy libre. Yo hago con mi cuerpo lo que quiero’”. Pero lo dicen, según la fiscal, porque se encuentran “en un alto grado de vulnerabilidad”. Afortunadamente tienen a la fiscal Bautista que sabe mejor que ellas lo que les conviene.
Hoy no Circula
Hoy entra en vigor el programa que endurece el Hoy no Circula en el Valle de México. No sé si reducirá la contaminación, pero sí está generando un abierto rechazo en un amplio sector de la población.
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