A las 9:30 de la noche del lunes en cadena nacional de radio y TV y en escasos tres minutos, el presidente Enrique Peña Nieto señalaba el momento en que México entraba a ser otro México.
Desde la expropiación petrolera, hace 76 años, ningún plan de Gobierno, cuando los hubo, aspiró a transformar la estructura nacional en la medida de lo realizado a partir del lunes. No es propósito de este Bucareli analizar, así fuera superficialmente, las reformas que, para decirlo pronto, cambian la historia de nuestro País. Si para bien o para mal, lo dirá el tiempo.
Asombra la blitzkrieg que impulsó por los callejones legislativos un complejo conjunto de iniciativas hasta convertirlas en leyes. Asombra porque el Presidente logró su propósito mediante procedimientos que no dejaron oportunidad a los opositores de interponer obstáculos que, por lo menos, restaran velocidad a la campaña para llegar al nuevo modelo de Nación. Como en un campo de batalla comandaron distintos frentes los secretarios Osorio, Videgaray y Coldwell, y los legisladores Beltrones y Gamboa, apoyados por un Ejército que mostró disciplina y eficiencia. Cada acción pareció cronometrada y los acontecimientos se precipitaron de tal manera que las fuerzas contrarias respondieron con nuevas armas.
Andrés Manuel López Obrador, la figura más tenaz de la izquierda, escribió en su cuenta de Twitter: “…EPN promulgó las leyes para privatizar el sector energético, pero las vamos a revertir por el bien de la Nación”. Sí, pero no amenazó con manifestarse por el Paseo de la Reforma.
Martí Batres, del mismo partido: “Este es un día de luto para los mexicanos”, dijo, e informó que ya tienen un millón 600 mil firmas y recabarán hasta dos millones para llevar a cabo una consulta ciudadana “impecable y diáfana”. Acusó al presidente Peña Nieto de traidor a la Patria, de entreguismo… De ponerse de rodillas ante las empresas trasnacionales en un proceso de extranjerización de toda la cadena energética. Sí, pero no amenazó con bloquear carreteras.
Jesús Zambrano, presidente del Partido de la Revolución Democrática: “Las reformas de Peña Nieto son en esencia el despojo a la Nación de nuestra riqueza petrolera… Renuncia a combatir la corrupción en Pemex… pérdida de la soberanía… Si usted está tan seguro, presidente Peña Nieto, de que las reformas van a beneficiar a México, diga abiertamente que no se opone a que la gente lo decida con un sí o un no. Veremos de qué tamaño está hecho el Presidente”. Sí, pero no amenazó con un campamento permanente en el Zócalo.
Cuauhtémoc Cárdenas dijo que son días de luto, de desgracia nacional y otros voceros respetables de la izquierda anuncian un plan de acción. Sí, pero no tiendas de campaña en el Monumento a la Revolución.
La Academia Nacional de Amparo presentó el lunes la primera demanda en busca de la nulidad o abrogación de las reformas secundarias. Un vocero de los académicos, el jurista Román Díaz Vázquez, declaró el mismo lunes: “No tenemos la menor duda de que la reforma energética es nula de origen y de pleno derecho”. Esperan demostrarlo. Sí, pero en los sagrados templos laicos de la ley.
El derecho a manifestarse en la calle es y debe ser intocable. Se recurre a protestar en lugares públicos generalmente cuando otras vías se cierran. Merece un respeto absoluto. El que no se hable de tal posibilidad al defender los recursos energéticos del pueblo mexicano no significa que no las haya, pues también en el uso de la vía pública establecemos el estilo excepcional de una llamada única para una sola fecha y hora: “Se convoca al pueblo de México a que el próximo 16 de septiembre, a partir de las 12 del día, se manifieste en plazas, calles, centros de trabajo, edificios públicos, cuarteles de Policía, zonas militares, instalaciones petroleras y de electricidad, su rechazo a la privatización de nuestros recursos energéticos…”, en planas pagadas por el Grupo Parlamentario de la Revolución Democrática.
Mientras tanto se cumplió la ronda cero que define los proyectos energéticos de Pemex, la ronda uno donde se asociará con terceros, las instancias para consolidar los mercados eléctricos y de gas natural, los candidatos para órganos reguladores y con exactitud suiza se publicarán y aplicarán disposiciones que antes de 90 días habrán cerrado el marco jurídico y México abrirá un capítulo que algunos juzgan lamentable y otros venturoso.
Ya vamos de gane: iniciamos una nueva manera de entendernos y hasta de desentendernos.
Se apagan todos los fuegos del mito azteca y se enciende el fuego nuevo de otro siglo en el cerro de la Estrella.
Leído en http://www.am.com.mx/opinion/leon/fuego-nuevo-11234.HTML
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