jueves, 7 de agosto de 2014

José Woldenberg - Diez partidos, diez meses


Ya sabemos que en las próximas elecciones competirán diez partidos. Y a diez meses de los comicios varios temas son dignos de atención. Las elecciones tienen varias caras. Aquí algunas de ellas.
Registros. Los partidos necesitarán ahora el 3 por ciento de la votación para mantenerse vivos. Antes requerían el 2 y antes el 1.5. La barrera es cada vez más alta. En las últimas elecciones para diputados federales, las de 2012, estos fueron los porcentajes logrados por cada uno: PRI 31.93, PAN 25.89, PRD 18.35, PVEM 6.12, PT 4.59, Panal 4.08 y MC 4.00. Habrá entonces que ver, más allá de las oscilaciones en la votación, el efecto de los tres nuevos partidos que aparecerán en la boleta y el de los candidatos independientes que por primera ocasión podrán contender en una elección federal. Todo parece indicar que el PRI, PAN, PRD, Morena y PVEM no tendrán problema para refrendar su registro. Pero los otros cinco partidos tienen un reto mayor. Si votan -digamos- 40 millones de ciudadanos, requerirán por lo menos de 1 millón 200 mil sufragios cada uno. Las elecciones intermedias se están convirtiendo en un filtro para las generales. Dado que los registros de nuevos partidos se abren cada seis años (la próxima tanda será para poder competir en 2021), las elecciones federales en las que solo se elige a la Cámara de Diputados son la aduana previa para “la grande”. Así, los partidos que pasen la prueba de 2015, serán los únicos que podrán participar en 2018.








Cámara de Diputados. Desde 1997 ningún partido ha logrado obtener la mayoría absoluta de los asientos, a pesar de que al primer lugar se le premia con un 8 por ciento más de curules en relación a su porcentaje de votos. Ya son seis legislaturas en las cuales las bancadas están obligadas a negociar si es que desean hacer avanzar cualquier iniciativa. Se requiere que un partido obtenga el 42.2 por ciento de los votos para que ese se convierta en mayoría absoluta en la Cámara. Como se puede observar en el párrafo anterior, los porcentajes por partido están muy lejos de esa cifra, de tal suerte que lo más probable es que por séptima ocasión consecutiva tengamos un pluralismo equilibrado en la llamada Cámara baja. No obstante, si el PRI diera la sorpresa, lo cual significaría un triunfo político nada deleznable, el Senado seguiría siendo una especie de candado porque ahí no tiene mayoría absoluta. Si por el contrario, algún partido opositor se alzara con más del 50 por ciento más uno de las curules, el gobierno se vería prácticamente obligado a cogobernar con él. Insisto: los dos últimos escenarios son muy improbables.


Gobernadores. En nueve estados se elegirán gobernadores. En Campeche y Colima siempre ha gobernado el PRI; pero en los otros siete se han vivido fenómenos de alternancia. En tres, según los antecedentes (Baja California Sur, Guerrero y Michoacán), tiene posibilidades el PRD -aunque en todos ellos habrá que ver el impacto de Morena-. Y en cuatro (Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora), el PAN. Sobra decir que en todos ellos el PRI es el competidor a vencer.
Congresos locales. Se elegirán 17 congresos locales (incluyendo a la Asamblea del DF). De los 15 que se votaron hace tres años -y de los que tengo datos-, en 7 no existe mayoría absoluta de ningún partido (Colima, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Querétaro, San Luis y Sonora), en 4 esa mayoría la tiene el PRI (Campeche, Chiapas, México y Yucatán), en 3 el PRD (DF, Guerrero y Tabasco), y en uno el PAN (Guanajuato). También se elegirá congreso en Baja California Sur y Michoacán.
Ayuntamientos. Se votará por 887 ayuntamientos y 16 jefes delegacionales. Una bonita cifra. En ese terreno, todos los partidos tienen posibilidades de alzarse con alguna victoria, incluso los más pequeños.

Distrito Federal. Territorio donde el PRD ha sido una especie de partido hegemónico (lo ha encabezado desde que el jefe de Gobierno es electo -1997-; tiene mayoría absoluta en la Asamblea y gobierna 14 de las 16 delegaciones), a nadie escapa que el efecto de Morena será relevante. La encuesta de Reforma así lo apunta y el sentido común la refuerza. La pelea por las delegaciones será dura y la división de la izquierda puede abrirle paso al PRI y al PAN. E imaginemos la multiplicación de las dificultades para el gobierno de la ciudad, si en la Asamblea se instala un pluralismo equilibrado similar al de la Cámara de Diputados.

Independientes. Será la gran novedad de la contienda y habrá que evaluar su huella en todos los terrenos.




Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=255616



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