“La evasión de impuestos es la única actividad intelectual que deja una remuneración”.
John Maynard Keynes
Mientras la Suprema Corte de Justicia discute el aumento de impuestos, en la frontera se viven las consecuencias cotidianas. Los habitantes de los extremos norte y sureste del país resintieron el golpe fiscal más que los demás mexicanos debido al aumento de 45 por ciento en la tasa de IVA.
Los precios se han elevado en las fronteras más que en el resto del país, pero no tanto como se temía. En Tijuana, por ejemplo, el incremento ha sido de 4.65 por ciento entre julio de 2013 y julio de 2014, en Mexicali de 4.66, en Ciudad Juárez de 4.20 y en Chetumal de 5.23 por ciento (INEGI). Son cifras superiores, pero no demasiado, al promedio nacional de 4.07 por ciento.
El aumento de impuestos ha profundizado las presiones económicas que ya se vivían en la frontera norte. Si bien mucha gente no tiene visa o posibilidad de cruzar la línea para hacer sus compras en Estados Unidos, donde el impuesto comercial es de 8 por ciento contra el 16 por ciento de IVA en México, las filas han sido este verano las más nutridas en mucho tiempo. Como los consumidores no están comprando, o lo están haciendo del otro lado, los comerciantes mexicanos no tienen margen para repercutir el mayor impuesto en sus precios. Una de las consecuencias ha sido un aumento del desempleo en Baja California, donde la tasa oficial pasó de 5.28 a 5.54 por ciento entre junio de 2013 y el mismo mes de 2014.
La economía de la frontera, sin embargo, no desaparecerá. Empieza ya a sentirse una recuperación en Estados Unidos y esto generará una mayor actividad económica en nuestra frontera. El estado de Chihuahua ha logrado ya, de hecho, una reducción del desempleo de 5.69 a 3.19 por ciento, en parte gracias a nuevas inversiones en Ciudad Juárez, mientras que Tamaulipas ha registrado también una baja de 6.34 a 5.19 por ciento. La caída de la competitividad del comercio nacional producida por el aumento de impuestos afecta de manera negativa, pero no tanto como el impulso positivo de la maquiladora.
Al final la Suprema Corte de Justicia avalará el aumento de impuestos decretado por el gobierno de Enrique Peña Nieto. No veo bases jurídicas para echarlo para atrás, aunque me pareció interesante la argumentación del ministro Alberto Pérez Dayán, el viernes pasado, cuando justificó un voto contra el aumento del IVA en la frontera indicando que el gobierno no ha demostrado que hayan cambiado las condiciones que en 1995 utilizó para justificar una excepción al IVA generalizado. Para que prospere una acción de inconstitucionalidad, sin embargo, se necesitan ocho de los 11 votos de la Corte y no veo de dónde puedan salir.
El aumento de impuestos fue una contrarreforma fiscal. Golpea la productividad y genera incentivos para la informalidad. Las consecuencias las estamos viendo en una recesión más prolongada de la que debimos tener. Además, los recursos están siendo utilizados en buena medida para programas asistencialistas cuyo propósito fundamental es la compra de votos. Pero eso no significa que la reforma sea inconstitucional. No es el papel de la Corte enmendar los errores de política económica del gobierno.
La frontera no va a desaparecer, aunque eso quisieran algunos políticos en el Distrito Federal que toman siempre medidas para golpearla. Estoy viendo una economía que se adapta, que utiliza más el efectivo, particularmente en dólares, como consecuencia de las reformas. Es una economía más flexible y creativa que la de un Distrito Federal que quiere vivir perennemente de las dádivas gubernamentales. Ésta es la fortaleza de la frontera norte del país.
Diálogo en Oaxaca
La sección 22 tomó por la fuerza este 15 de agosto gasolineras y tiendas de conveniencia en Oaxaca para saquearlas y vandalizarlas. El gobierno de Oaxaca negoció con los maestros para después de unas horas liberar las instalaciones. Con razón el gobernador Gabino Cué dice que la CNTE “es una organización magisterial... que dialoga”.
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