viernes, 15 de agosto de 2014

Sergio Sarmiento - Intimidad violada

“Fue una celada extraordinaria, profesionalmente bien hecha”.

Luis Alberto Villarreal.

Ya no existe la intimidad. Si no me cree, pregúntele al diputado Luis Alberto Villarreal. Éste perdió la coordinación de la fracción parlamentaria del PAN, y seguramente cualquier otro cargo al que pueda aspirar en el futuro, gracias a que alguien grabó un video en que aparece en una fiesta con mujeres de escasa vestimenta y que meses después se difundió en medios de comunicación.

Villarreal dice que fue objeto de una celada y que tomará medidas contra quienes grabaron y filtraron el video. No es el primer caso, ni seguramente el último, de personajes públicos o privados que se ven afectados por la divulgación de grabaciones de audio o de video de su vida o sus conversaciones privadas.








Hace unas semanas escuchamos una grabación telefónica de la diputada Purificación Carpinteyro proponiendo un negocio a un empresario. Esto hizo que se le descartara del debate final sobre la legislación secundaria en telecomunicaciones. Luis Téllez se vio obligado a renunciar al cargo de secretario de Comunicaciones y Transportes en el gobierno anterior cuando se divulgaron grabaciones de sus llamadas telefónicas.


La ley prevé castigos para quienes violen la intimidad de las personas, pero tengo la impresión de que cada vez será más difícil evitarlo. Esto es particularmente cierto en el caso de personajes públicos como artistas y políticos.

El Código Penal Federal, en su artículo 211 bis, sanciona “a quien revele, divulgue o utilice indebidamente o en perjuicio de otro información o imágenes obtenidas en una intervención de comunicación privada”. No considera, sin embargo, aquellos casos en que la información o las imágenes son obtenidas en la vía pública o quizá en una fiesta. No parece haber muchos casos, por otra parte, en que se haya sancionado a quienes violan esta norma.

A veces un video tomado con celular y difundido en redes sociales se convierte en la única arma de defensa de las personas comunes y corrientes. En los últimos años se ha vuelto común que estos videos se conviertan en la única forma de castigo para los prepotentes. ¿Se acuerda usted de las Ladies de Polanco y de otras personas abusivas que han sido exhibidas de esta manera? Sancionar a quienes han tenido el valor de tomar estos videos y difundirlos sería, me parece, una pésima decisión.

Más bien creo que todos, especialmente los personajes públicos, debemos aprender a vivir en un tiempo en que ya no existe lo privado. Muchas veces somos nosotros los que divulgamos en redes sociales, en Facebook o en Twitter, información que a la postre puede violar nuestra intimidad. Si la hija de Carlos Romero Deschamps coloca en su página de Facebook fotografías que la muestran viajando en aviones privados con perros de compañía y bolsas carísimas, difícilmente puede pedir medidas legales contra quienes simplemente las reproducen.

No estamos acostumbrados a vivir en casas de cristal. Todos tenemos conductas que quizá no estén prohibidas pero que no quisiéramos que se divulgaran públicamente. Tenemos derecho, me parece, a buscar una protección razonable de nuestra intimidad. Pero no hay que hacerse muchas ilusiones.

Cada vez es más difícil resguardar la vida privada. Podemos exigir leyes más estrictas para protegerla, pero también tendremos que aprender a vivir en casas de cristal. Tenemos que estar conscientes de que cualquier llamada telefónica puede ser grabada, que si acudimos a un table dance no faltará quien nos tome con un teléfono celular y que lo que coloquemos en Facebook podrá ser compartido con miles de personas. Tenemos que aprender ser más cautos. Big Brother vive ya con nosotros.

Paco Calderón
El caricaturista Paco Calderón ha obtenido el premio Maria Moors Cabot de periodismo de la Universidad Columbia de Nueva York. El galardón ratifica la importancia del trabajo de un hombre que ha sabido convertir la caricatura en una forma de comentario inteligente y mordaz.




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