miércoles, 3 de septiembre de 2014

Eduardo Ruiz Healy - Las palabras y el objetivo del mensaje presidencial

9,748 palabras pronunció ayer el presidente Enrique Peña Nieto al leer su discurso alusivo a su Segundo Informe de Gobierno.

Las que más se escucharon en el patio desde donde el titular del Poder Ejecutivo se dirigió a los mexicanos fueron: México (80 veces); reforma, reformas o reformar (66); mexicana, mexicanas o mexicanos (51); país (46); nueva, nuevas o nuevo (42); nacional: (40); gobierno (27); república (26); educación, educativa, educativo (25); desarrollo (22); política, políticas o políticos (22); federal (20); programa (20); economía, económica o económico (18); hoy (15); empresas (13); seguridad (13); calidad (12); infraestructura (12); sociedad (12).

Las siguientes palabras fueron dichas 10 veces: crecimiento, cultura o culturales, empleo o empleos, energética, mejor o mejorar, mujeres, recursos y vivienda.








Nueve veces dijo crédito o créditos, derechos, escuelas, familias, inversión, personas, salud y transformadoras o transformar.


Fueron pronunciadas ocho veces construcción, internacional o internacionales, justicia, ley o leyes, nación y trabajo.

Aeropuerto, campo, energía, hospitales, inversiones, productividad, responsabilidad fueron dichas siete veces cada una.

Seis veces dijo Peña Nieto competencia, esfuerzo, fortalecer, hacendaria, instituciones, jóvenes, modernización y producción.

A estas les tocó ser pronunciadas cinco veces: agua, autopistas, estrategia, financiera, humanos, igualdad, industria, niños, oportunidades, proceso, protección, telecomunicaciones: 5

Ahora bien, ¿qué tanto se refirió el presidente a los temas que, según la mayoría de las encuestas, más preocupan a la sociedad?

Veamos cuales pronunció.

Pobreza (4 veces), alimentos (3), robo (3), secuestro o secuestros (2), delincuencia (2), precios (2), corrupción (1), delincuentes (1), extorsión (1),
Las que no dijo una sola vez fueron asalto, asesinato, crimen, criminal o criminales, desempleo, droga o drogas, explotación, fraude, impunidad, narcotráfico, pobres o trata.

Es obvio que Enrique Peña Nieto no quiso referirse a los aspectos negativos de la realidad nacional. El que no lo haya hecho de ninguna manera significa que los ignore o desconozca, sino que prefirió transmitir un mensaje lleno de optimismo en torno al futuro del país, como lo demuestra que haya dicho 66 veces las palabras reforma, reformas o reformar, 42 veces nueva, nuevas o nuevo.

Por las palabras que utilizó, el presidente pretendió convencernos de que a partir de ahora existe un México nuevo, reformado, muy distinto al México viejo que se atoró en el camino por no adaptarse al cambio, por no querer, poder o saber reformarse.

Después de escucharlo ayer me quedo con la idea de que Peña Nieto busca pasar a la historia como el gran reformador que el país requería desde hace décadas. Es muy probable que sí termine siendo calificado como tal, algún día, siempre y cuando su gobierno y los gobiernos de sus sucesores sepan aterrizar las reformas para el beneficio de la mayoría de los mexicanos.




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