jueves, 4 de septiembre de 2014

Javier Solórzano Zinser - Conversando con Napoleón



Napoleón Gómez Urrutia va a buscar quien se la pague. En la lista están Javier Lozano, al que tiene demandado por lo civil; el Grupo México y a algunos medios de comunicación. Todos, nos contaba el lunes, fueron responsables del “linchamiento” mediático y legal al que se vio sujeto.

En larga charla con el líder de los trabajadores mineros algo queda claro: se sabe ganador y está a nada de pasar a la ofensiva. A Javier Lozano lo tiene en la mira, lo ve como responsable desde el gobierno. También tiene en la mira al Grupo México al cual responsabiliza de la tragedia de Pasta de Conchos y del reciente derrame de la mina de Cananea, que ha provocado que dos ríos de Sonora queden contaminados en lo que la Semarnat ha definido como la mayor tragedia ambiental producida por una mina.









Napoleón Gómez Urrutia es un caso inédito. Desde Canadá dirigió durante años el sindicato. Las asambleas se hacían a control remoto y lo que decía se cumplía al pie de la letra. De no ser por dos o tres momentos, la pasó tranquilamente para estar tan lejos.


Las once acusaciones en su contra se fueron diluyendo una tras otra. No se sabe si de nuevo fue la incapacidad o la complicidad de las autoridades para presentar el caso, o si todo fue un conjunto de invenciones para buscar cómo deshacerse de él. No se ve que se pueda saber al corto plazo, su eventual regreso va a dificultar aún más poder conocer lo que pasó, todos se van a cuidar y hasta proteger.

Sabe que su imagen es mala. “A lo largo de años contaron una mentira y ésta se fue haciendo para muchos una especie de verdad, pero ha quedado claro que la justicia mexicana actuó en libertad y ha declarado mi inocencia”.

Va a ser difícil cambiar la imagen que se ha creado sobre Napoleón. El dirigente minero se suma a otros líderes que viven en la ostentación, de la mano de su familia y amigos. Gómez Urrutia tendrá que justificar cómo le hizo para vivir en un país en donde el costo de la vida es alto.

El caso genera dudas por doquier. Se gastaron millones de pesos en un asunto que al final terminó como un petardo. Meses antes de que se le declarara inocente, el gobierno mexicano logró por fin la ficha roja para que Interpol lo detuviera y lo trajera al país. Lo absurdo de la petición era que todos sabían dónde estaba. El logro del gobierno, a estas alturas, parece un montaje, porque además se sumó otro elemento en estos días: se le concedió la nacionalidad canadiense.

“Por lo pronto —nos dice— voy a consultar con mis abogados, mexicanos y canadienses, cuándo es el mejor momento para regresar y sobre todo, qué hacer con los documentos que tenemos; ya veremos”.

- RESQUICIOS...
Así nos lo dijeron ayer:
* Más que hablar con el Presidente, la instancia que queremos que nos atienda es la Procuraduría, que nos diga qué sabe: Julio César Márquez, padre de una de las víctimas de la Guardería ABC.

solorzano52mx@yahoo.com.mx
Twitter:
@JavierSolorzano



Leído en http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=227885

 



 


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