"Nuestro crecimiento futuro depende de la competitividad e innovación, de las habilidades y la productividad”.
Julia Gillard
Las reformas del presidente Enrique Peña Nieto no han impresionado -por lo menos no lo suficiente- a los especialistas del Foro Económico Mundial. De hecho, México cayó seis lugares en la clasificación de 144 países de la organización. En el nuevo Índice Global de Competitividad México se ubica en el lugar número 61.
La calificación global de México se ha mantenido en 4.3 puntos en el índice. Otros países, sin embargo, están avanzando y por ello nos están rebasando.
El Índice Global de Competitividad se elabora sobre la base de cientos de calificaciones en varias categorías. En algunos registros mostramos buenos resultados. Por ejemplo, en tamaño de mercado nuestro país, con 118 millones de habitantes, se ubica en el décimo lugar. En el número de días que se necesitan para crear un negocio estamos en el 21, lo que nos coloca en buen lugar en el Doing Business del Banco Mundial. Somos el número 26 en inversión extranjera directa y transferencia de tecnología.
Los problemas fundamentales de nuestro país, sin embargo, quedan de manifiesto en los rubros en que estamos relegados a los lugares más atrasados. A pesar de que se ha registrado una disminución en la tasa de homicidios dolosos, en materia de seguridad estemos en los últimos lugares de los 144 evaluados. En el rubro de crimen organizado estamos en la ubicación 140. En costo a los negocios del crimen organizado, por ejemplo, estamos en el puesto 135. En fiabilidad de los servicios de policía en 128.
Pero el crimen no es el único problema en la competitividad del país. En los costos de política agrícola nos ubicamos en el lugar 132. Si bien el gobierno afirma que la carga fiscal en México es muy ligera, a pesar del aumento de impuestos de este 2014, el Índice de Competitividad nos coloca en el lugar 122 por la tasa a las utilidades y en el 110 en los efectos de los impuestos en los incentivos para invertir. Los esfuerzos por combatir monopolios han sido importantes, pero estamos en el puesto 114 en extensión de dominancias de mercado.
A pesar de la reforma laboral, la eficiencia de nuestro mercado laboral sigue estando muy atrás de lo que registran otros países con los que competimos. Estamos en el lugar 120 en incorporación de mujeres a la fuerza de trabajo, en el 116 en los efectos de los impuestos en los incentivos para trabajar, en el 104 en el costo de indemnización por despido y en el 103 en prácticas de contratación y despido.
Nuestro sistema educativo es también un lastre enorme para la competitividad. La calidad de la educación primaria en nuestro país nos ubica en el lugar 118 en este rubro. A pesar del orgullo que muchos sentimos por nuestras grandes universidades públicas, la verdad es que en calidad del sistema educativo universitario estamos en el lugar 123 y en la instrucción de matemáticas y ciencias en ese nivel superior estamos aun peor: 128.
Otro de los puntos en que nuestro país se encuentra muy atrás del promedio internacional es el número de suscripciones de banda ancha móvil de internet, los teléfonos inteligentes, en que estamos en la posición 104.
El detalle de las calificaciones de México en el Índice de Competitividad nos revela la necesidad que el país tenía de algunas reformas, como la de telecomunicaciones y la educativa, pero también nos dice que otras de las reformas que ya se han hecho, como la laboral, no fueron suficientemente a fondo y otras más, como la fiscal, parecen haber ido en contra de lo que necesitaríamos haber hecho para construir un país más competitivo.
Machetes
El nuevo aeropuerto de la Ciudad de México es una pieza crucial de infraestructura para el desarrollo del país. A pesar de que no se afectan sus terrenos, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco ha dicho ya que bloqueará la construcción. A ver si Peña Nieto no se asusta con los machetes como Vicente Fox lo hizo en su momento.
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