PRIMER TIEMPO
El arrebato de Marcelo
Le gana la soberbia y siempre que alguien se pelea con ella, pierde. Eso le sucedió a Marcelo Ebrard, quien el mismo día en que el contralor del Distrito Federal, iba a anunciar que daría a conocer las inhabilitaciones por las fallas en la Línea 12 del Metro, anticipó sin conocer lo que vendría después, que en 24 horas daría su posicionamiento. Ebrard cumplió, pero a su manera. Su posicionamiento fue retar a su sucesor en el gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, a debatir en público sobre lo que fue su principal obra pública en seis años de gestión. Ninguno de los dos es ingeniero, ni tampoco tiene el conocimiento técnico para poder hablar de una obra de esa naturaleza. Pero Ebrard no quería hablar con lenguaje ingenieril, sino político. Quería centrar a Mancera para que explicara porqué a su juicio lo persigue políticamente, que se puede entender en su declaración que no podría destruir décadas de construir una fama pública.
La realidad es que Mancera no está en el proceso de destrucción de Ebrard, sino la Línea 12, que se aferró a inaugurar cuando aún no estaba terminada, y fue terco en insistir, contra la opinión del inhabilitado ex director del Proyecto Metro, Enrique Horcasitas, que debía cambiar la ruta del metro en la zona de Tláhuac, porque no dejaba de hundirse la construcción. Pero como Ebrard llegó a pensar que Horcasitas había dicho algo así como “muera el rey, viva el rey”, no quería que él inaugurara la Línea 12 y que fuera Mancera quien la recibiera como regalo de arranque de administración, fue intransigente con el corte de listón un par de meses antes de terminar el gobierno. Ya se saben los resultados técnicos de la obra, que es un desastre. Y por lo que toca a los resultados del reto, pasó algo parecido. Mancera lo toreó. No es un asunto político sino técnico y jurídico, que no le toca ventilar a él. Tampoco con Ebrard, a quien llamó “un ciudadano más” de quienes tiene que gobernar. Pero el ciudadano Ebrard no goza de privilegios que otros no tienen, y para las pulgas principescas de Marcelo, eso es lo que más le debe haber dolido cuando su sucesor prácticamente lo ignoró.
SEGUNDO TIEMPO
Padrés mide fuerzas y se dispara en el pie
¿Qué pensaba el gobernador de Sonora? ¿Por qué decidió pelearse con el gobierno federal, tomarse atribuciones que con competencia del Ejecutivo Federal y ponerse a exigir que el Presidente cumpliera sus deseos? Guillermo Padrés se excedió en todos los sentidos. Se enfureció porque tres delegados federales confirmaron que una presa que construyó en su rancho, no tenía permisos de construcción, y como reacción, los expulsó de un comité de emergencia que atendía las consecuencias del derrame tóxico en dos ríos del estado. No podía haberlo hecho porque son de competencia federal, pero le dio igual, y los declaró personas non gratas. Como no le hacían caso, publicó un desplegado dirigido al presidente Enrique Peña Nieto donde le dijo que su gobierno debía hacer un trabajo responsable en el caso del derrame –por tanto, lo criticó de omiso o negligente-, y que mandara gente que fuera a trabajar de manera seria, y no con fines político-electorales. No olvidó pedir la renuncia en el mismo desplegado del procurador federal del Medio Ambiente, Guillermo Haro, pero no hizo lo que debía haber mostrado para callar a todos los maldicientes: negar que lo que decían los delegados era cierto y, para documentar su verdad, mostrar los permisos de construcción de su enorme presa. De eso mejor ni hablar. En menos de 48 horas, logró captar la atención presidencial que le reviró con secretarios de Estado y funcionarios de alto nivel que le dijeron varias cosas. Primero, para que no se le olvide, que revisarán su obra, y que si se ratifica que no tiene permisos, hasta la pueden demoler. Segundo, que se olvide porque no permitirán que se meta en problemas de jerarquía que no son suyos; es decir, a los que expulsó y a quienes quieren que los cesen, les regaló un blindaje y un respaldo total. Tercero, por si no fuera suficiente, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, coronó la reacción gubernamental. No se reunirá con Padrés, como tenía previsto hace tiempo, y no lo hará hasta que reconsidere sus exabruptos y mentiras. El gobernador está por tragarse la lengua y meterse al refrigerador para que se la baje la temperatura. Quería enojarlos, y ya lo logró. Los desafió, y le respondieron con la maquinaria política que empezó a triturarlo. Ni modo, como dice el refrán, para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta.
TERCER TIEMPO
Derriban al águila potosiona
En la última fase por encontrar acomodo dentro de las listas para un cargo de elección popular el próximo año, San Luis Potosí es un estado muy apetecible. La silla del gobernador Fernando Toranzo será puesta en juego, y como el mandatario no ha resultado lo eficiente que se esperaba, dentro del PRI tienen a su estado marcado con el rojo de emergencia. En la Presidencia tenían un caballo negro, un funcionario potosino con las relaciones suficientes para obtener la candidatura. Dos veces diputado y amigo de poderosos –como el senador Emilio Gamboa-, ex compañero de legislatura del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y cercano al jefe de Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño, el coordinador de Vinculación en Los Pinos, Jesús Ramírez Stabros, parecía el hombre más cerca de la unción tricolor, pero un pequeño problema que era inmenso, arruinó sus aspiraciones. Nunca se le ocurrió que ser consejero de la empresa de energía española Iberdrola, al mismo tiempo que funcionario federal, era un conflicto de interés flagrante. Ramírez Stabros era un Aquiles posmoderno con un talón del tamaño de un océano. No tardaron en centrarlo. El periódico Pulso de San Luis Potosí, reveló hace unas semanas el conflicto de interés, y de brincó al portal Sin Embargo, que se regodeó con la información. Casi en paralelo, un español avecindado en Madrid anunció en el noticiero de Carmen Aristegui en MVS –cercana al grupo de Sin Embargo-, que había interpuesto una demanda en la Fiscalía General de España en contra de Ramírez Stabros e Iberdrola. El tema del conflicto de interés creció y Ramírez Stabros nunca entendió que decir que no había lucrado de su relación dual, no le quitaba un ápice al conflicto de interés. Sangró durante una semana y renunció. En San Luis Potosí deben haber descorchado champaña quienes encontraron en su debilidad la forma de sacarlo de la contienda, donde está apuntado para conseguir la candidatura Pablo Valladares. ¿Y cuál es la relevancia? Toda. Valladares es dueño y director de Pulso, y junto con su hermano Miguel, son propietarios de Sin Embargo. Miguel vive en España, donde se interpuso la demanda que, fuera de los medios, nunca existió. Verdades y verosimilitudes de la familia Valladares que saben que sus medios son para hacer política. México, finalmente, no cambia aunque cambie.
Leído en http://www.ejecentral.com.mx/ayudadememoria/
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