martes, 4 de noviembre de 2014

J. S Zolliker - ¿Y si el Presidente?

Se comunica que el Presidente hará un anuncio en cadena nacional a las 10 de la noche. Llega la noche y en la taquería, justo cuando piensa ordenar de cenar, el encargado enciende la televisión.

“Buenas noches a todos. He interrumpido su programación televisiva y radial habitual, porque quiero pedir perdón. No sólo a mi nombre y no sólo por el caso de Ayotzinapa, sino más importante: por todos los casos similares y a nombre del gobierno mexicano que encabezo y de los gobiernos que nos han precedido. Perdón, porque hasta la fecha, no tuvimos ni la visión ni el valor de reconocer que por décadas, se ha gestado una descomposición del tejido social que ahora asoma su cara más cruel. Quiero pedir perdón incluso porque hasta hoy, no hemos reparado estos daños correctamente. Pero también, hay que decirlo claramente: esta no es labor ni responsabilidad posible de un solo hombre, trátese del Presidente, o de su gabinete, o de dos mil o veinte mil funcionarios. Esto, es un problema social que nos involucra a todos los mexicanos: desde que el que compra piratería o visita un prostíbulo, hasta el que es familiar de un miembro del crimen organizado y no hace nada para denunciarlo.








Como gobierno, nos hemos dedicado a trabajar incansablemente en la investigación de la desaparición y secuestro de nuestros estudiantes. Hasta este momento, el Procurador de la República aún nos debe contestar a todos los mexicanos dos preguntas fundamentales: ¿qué fue lo pasó y quiénes son responsables? Le emplazo para que en una semana, nos de toda la información.

Por mi parte, a partir de este momento, enfocaré todos mis esfuerzos para garantizar que algo así, no vuelva a suceder nunca. Por lo anterior, he decidido hacer un cambio radical en mi agenda. Espero que a quienes les cancele próximos eventos, comprendan el motivo. Estoy haciendo este cambio porque estoy convencido que esta crisis por la que atraviesa nuestro país, merece una reflexión nacional completa y profunda, que involucre a todos los sectores de la población.

Por ello, estoy convocando a la sociedad civil, a los empresarios, académicos y activistas de todas las universidades del país, a intelectuales y artistas, a los cuerpos de seguridad, y a especialistas nacionales e internacionales en el tema, para que, producto de mesas de trabajo, reflexión y debate, hagamos un gran Pacto Social de México en Paz, que nos marque el rumbo para poder revertir estas tendencias y nunca más, descubramos que existen fosas clandestinas de cadáveres.

Se los repito. No se trata de poner mano dura como algunos lo desean. Tampoco se trata de promover la ingobernabilidad, como algunos adversarios quieren. Eso no resolvería nada. El problema es de fondo y de fondo, necesitamos de la sociedad mexicana completa, unida, a favor de mejorar el país entero.

Surgen varias preguntas para cómo poder hacerlo: ¿Legalizar las drogas? ¿Cuáles sí y cuales no? ¿Aumentar las penas por delitos con el crimen? ¿Mejorar salarios de cuerpos policiales? ¿Cómo promover la denuncia? ¿Reformar ministerios públicos? ¿Integrar el ministerio público a la policía? ¿Desarrollar la figura de investigación? ¿Poner a una cabeza responsable de esta institución que rinda cuentas precisas? ¿Invertir en tecnología? Como dije, las preguntas son muchas. Y el debate, el momento de reflexión, nos corresponde a todos. Ustedes, serán los que marquen el camino y yo como encargado del poder ejecutivo, seré el que vea que se lleven a cabo las medidas que propongan.

Aunado a lo anterior, aprovecho para hacer los siguientes cinco anuncios:

Es indispensable detener al alcalde de Iguala y a su esposa, y demás participantes. Estoy ofreciendo 5 millones de dólares por su captura.


He ordenado que el gobernador con licencia, sea vigilado cercanamente y se le impida viajar, por si es encontrado culpable por omisión o participación en el caso.

Estamos abriendo un micro-sitio para que cuando cualquiera observe que haya un abuso de autoridad, o que la autoridad esté incurriendo en comportamientos ilegales, los filmen en sus celulares y hagan una denuncia anónima a través de la página de internet, pues estoy convencido de que parte fundamental de la resolución del problema, será vigilarnos nunos a otros para evitar la impunidad.

Estoy cambiando el lema de mi sexenio: ya no será “Moviendo a México”, sino que será “Mejorando a México”.

Estoy solicitando al Congreso de la Unión una partida especial, y al poder judicial de toda su colaboración, para transformar la administración de justicia de una vez por todas: desde hacer que los ministerios públicos funcionen correctamente y los delincuentes no salgan por malos procesos, hasta lograr que se haga justicia a los millones que aún tienen casos pendientes de juicios.

Asimismo, invito a toda la ciudadanía a que dentro de seis meses, se haga una primera evaluación de indicadores. Cada tiempo similar, revisar si la estadística está mejorando o no y actuar en consecuencia.

Pero necesitamos estar unidos, mexicanos. Todos los queremos vivos. Y nadie, queremos que vuelva a suceder algo así. No queremos que haya más Ayotzinapas, no más Tlatlayas, no más Matamoros, no más 2 de octubres, no más muertas de Juárez ni en ningún otro lugar, no más desaparecidos. En México, podemos. Pero para alcanzar resultados diferentes, debemos actuar diferente. Mayores retos hemos resuelto. Hoy nos toca a nosotros mejorar nuestra patria. Somos más los que queremos paz.

Buenas noches.”

El encargado, visiblemente conmovido, apaga la TV. Todos se quedan en silencio, hasta que el cliente, decide romperlo: —¿Me da dos de pastor con todo, carnalito? Me muero de hambre.

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