lunes, 24 de noviembre de 2014

Salvador García Soto - El daño está hecho


La imagen de México en el mundo se ha visto seriamente afectada por el
tema de los 43 normalistas de Ayotzinapa. La tardanza en la respuesta
del gobierno para esclarecer su desaparición y la falta de pruebas
concluyentes en sus investigaciones, convirtió la exigencia de justicia
por este caso en un asunto global en el que el daño al país ha sido
progresivo y va en aumento. De las protestas y manifestaciones en varias
ciudades del planeta, a la duras críticas a la actuación de las
autoridades en la prensa mundial, a los pronunciamientos oficiales de
gobiernos extranjeros exigiendo justicia, hasta llegar a las críticas
directas de mandatarios que ven en México “un Estado fallido”.



Los comentarios vertidos ayer en una entrevista por el presidente de
Uruguay, José Mújica, evidencian el desgaste que ha tenido la imagen de
México en el extranjero a raíz de este caso que le dio un vuelco de 360
grados a la proyección del país como una economía prometedora y con
atractivas reformas para la inversión global, a la de una nación en
donde la democracia, la vigencia del Estado de derecho y sobre todo el
respeto a los derechos humanos han sido puestos en entredicho y
proyectan la imagen de un país con serios problemas de legalidad,
corrupción y debilidad institucional para proteger la seguridad de sus
habitantes.

La reacción inmediata de la cancillería mexicana a las duras palabras
del mandatario uruguayo a la revista Foreign Affairs Latinoamérica,
donde dijo que “a la distancia México parece un Estado fallido” donde
“la corrupción parece una práctica social tácita” y “los poderes
públicos están perdidos totalmente, están carcomidos”, confirman, en los
hechos, lo que el gobierno mexicano no ha querido reconocer
públicamente: que el tema de Ayotzinapa dejó hace rato de ser un
problema doméstico para convertirse en un tema internacional que amerita
la operación diplomática urgente para atender el daño a la imagen
externa del país.

Los duros comentarios de Mujica calaron fuerte no sólo por tratarse de
un presidente a quien apenas en enero de este año el gobierno mexicano
reconoció y distinguió con la Orden del Águila Azteca y el presidente
Enrique Peña Nieto elogió entonces como “un gran estadista, un hombre de
nuestro siglo” y lo puso como “ejemplo para los latinoamericanos”, sino
también porque, con su pasado de luchador social y guerrillero contra la
dictadura militar uruguaya, y su sencillez y congruencia como
mandatario, Mujica se ha ganado el respeto y se ha investido de una
autoridad moral que no poseen muchos presidentes latinoamericanos.

La posición de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que rechazó la
existencia de un “Estado fallido” y anunció que llamará “a cuentas” al
embajador de Uruguay en México para que explique las declaraciones de su
presidente, habla ya de una estrategia diplomática para enfrentar las
presiones internacionales que no comenzaron con las declaraciones de
Mujica, pero que sí representan hasta ahora el señalamiento más crítico
y, por mucho, el más directo desde el extranjero que haya ameritado la
actual crisis por el tema de Ayotzinapa.

Si ya internamente había reclamos, cuestionamientos y dudas a la
capacidad del gobierno para responder a la creciente presión social y a
las muestras de inconformidad y de protesta que ha desatado este caso,
el endurecimiento de las críticas desde el exterior y el hecho de que se
ponga en duda la eficacia del Estado mexicano, son la prueba más
fehaciente de que Ayotzinapa ha golpeado seriamente no sólo la imagen
del país, sino también la credibilidad de su gobierno ¿Cómo se va a
revertir ese daño?

*NOTAS INDISCRETAS… *Las expresiones de respaldo a la figura
presidencial por parte del PRI tardaron en llegar y fueron tan tímidas
en un principio, que por momentos se generó la percepción de que el
presidente Peña Nieto no estaba teniendo todo el respaldo de su partido
o que, desde dentro del PRI, había sectores que alentaban o por lo menos
toleraban los ataques al Presidente. Apenas a mediados de la semana
pasada se escuchó al dirigente nacional del PRI pronunciarse a favor del
Presidente y de su proyecto de Nación, luego de que el propio mandatario
saliera a denunciar intentos de desestabilizar a su gobierno. El cierre
tardío de filas en torno al Presidente, por parte de la estructura
priísta, hace que se despierten suspicacias y que algunos se pregunten
si la fractura que ha expuesto de esa manera a Peña Nieto no vendrá
también desde dentro de las entrañas del sistema… Gracias a todos los
amable lectores por su precisión. El ex procurador de la República al
que nos referimos el sábado, con su anecdótica declaración sobre los
desaparecidos en los años 70, fue Óscar Flores Sánchez, y no Óscar
Flores Tapia, que fue en realidad gobernador de Coahuila. Los dados
mandan Escalera. Bien inicia la semana.

sgarciasoto@hotmail.com

Fuente: http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2014/11/109927.php

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.