viernes, 22 de mayo de 2015

Eduardo Ruiz Healy - 18 años y nadie hizo caso

El 9 de agosto de 1998 se publicó en la revista Impacto mi artículo intitulado Tres voces contra el modelo. En él comenté lo que tres grandes pensadores –Peter Drucker, Arthur Schlesinger y Robert Reich– opinaban sobre el modelo económico que desde la década de los 80 impusieron sobre el mundo occidental el entonces presidente estadunidense Ronald Reagan y la primer ministra británica Margaret Thatcher.

Anoté que el historiador estadounidense Schlesinger, en un artículo publicado en edición septiembre/octubre 1997 de la revista Foreign Affairs, advirtió que las crecientes desigualdades en el ingreso de los pobladores de los países neoliberados podría prohijar una nueva generación de lucha de clases e inestabilidad, una posibilidad que podría conducir a un futuro totalitarismo. Entre otras cosas, Schlesinger aseguraba que “el capitalismo incontrolado, con bajos sueldos, largas horas y trabajadores explotados, excita el resentimiento social, revive la lucha de clases, y da nueva vida al marxismo” y que “la Revolución de la Computadora amenaza con destruir más empleos que los que crea. También amenaza con crear nuevas y rígidas barreras de clase, especialmente entre los bien educados y los mal educados. La desigualdad económica en los Estados Unidos ha crecido a tal punto que las disparidades son mayores en los Estados Unidos igualitarios que en las sociedades clasistas de Europa”.








Escribí que exsecretario del Trabajo estadunidense Robert Reich, en un artículo que apareció en la edición marzo/abril de 1998 de la revista estadounidense Mother Jones, aseveró que, tratándose de los trabajadores industriales y de cuello blanco de Estados Unidos, la educación y no la globalización va a ser el factor que mejore su situación. Yo añadí que lo que él escribió para su país “puede fácilmente aplicarse para el nuestro, donde la globalización tiene efectos más dramáticos y catastróficos para los trabajadores”. Reich afirmaba que “para el futuro veo, tristemente, una desigualdad creciente en la economía. La educación va a ser la línea divisoria entre los perdedores y aquellos que tal vez no sean grandes ganadores, pero que por lo menos podrán sobrevivir”.

Concluí así mi columna de agosto de 1998: “Las de Drucker, Schlesinger Jr. y Reich son tres opiniones autorizadas. Nadie las puede criticar por su falta de rigor científico. Más vale que sean escuchadas por quienes hoy tienen el poder político y económico, sobre todo en México. Ignorarlas podría ser fatal para todo el planeta”.

Los días 30 y 31 de enero de 2012, en mi columna que se publica en este espacio, recordé la que escribí casi 14 años antes y al final de la misma escribí que “el tiempo ha más que demostrado que ni en México ni en otros lados fueron escuchadas y analizadas las opiniones de tres distinguidos pensadores”.

Desafortunadamente, las predicciones de Schlesinger y Reich hechas hace poco mas de 17 años se han cumplido, como lo demuestran los resultados que aparecen en el reporte In It Together: Why Less Inequality Benefits All, presentado ayer en París por el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, y la Comisionada Europea para el Empleo, Marianne Thyssen.

El reporte señala que “la desigualdad de ingresos ha llegado a niveles récord en más países de la OCDE y se mantiene en niveles aún más altos en muchas economías emergentes. El 10 por ciento más rico de la población de la OCDE ahora gana 9.6 veces el ingreso del 10 por ciento más pobre, arriba de las 7:1 veces en los años 80 y de las 9:1 veces en la década de 2000”.

Los dos países miembros de la OCDE que muestran la mayor desigualdad de ingresos son Chile y México, en ese orden. Sobre este tema comentaré más el lunes próximo.



Sitio web: ruizhealytimes.com

e-mail: eduardoruizhealy@gmail.com

Twitter: @ruizhealy



Leído en http://www.criteriohidalgo.com/notas.asp?id=309364

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