Desde un principio Encuentro Social (PES), uno de los tres nuevos partidos que se jugarán su registro en las próximas elecciones del 7 de junio, ha sido visto con sospecha. Desde el principio lo catalogaron como partido de la iglesia cristiana, vinculado a Felipe Calderón y a los grupos evangélicos que lo ayudaron a sentarse en la silla presidencial, encabezado por Eric Hugo Cervantes, un político conservador pero pragmático, que ha trabajado para el PRI, el PRD y el PAN. En la actualidad, la presunción que existe es que se pretende convertir al PES en una franquicia al servicio de la Secretaría de Gobernación, para restar votos a los opositores al PRI y sumar votos en el Congreso para alcanzar la mayoría.
La duda es si el PES se consolida como el primer partido en donde tienen voz los evangelistas, o si es un nuevo instrumento del gobierno priista. Para algunos es la puerta de entrada de los religiosos a la política, primer logro tras modificarse la Constitución y crear un nuevo marco normativo con las iglesias en el gobierno de Carlos Salinas. Bernardo Barranco, un experto en temas religiosos, escribió en julio del año pasado sobre el perfil religioso del PES, revelado desde su mismo logotipo. “Expresa el símbolo de la cristiandad: el Ichtus o Ichthys, que consiste en dos arcos que se intersecan y de forma estilizada y sutil parece el perfil de un pez. Los conocedores saben que el acrónimo significa: Iēsoûs CHristós THeoû hYiós Sōtér, es decir, ‘Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador’.”
Otros piensan que el proyecto político de Cervantes trasciende lo religioso. El líder del PES no niega su pasado evangelista, pero rechaza una relación con Calderón, su esposa Margarita Zavala o el PAN. Ciertamente, en la actualidad no hay no huellas que lo vinculen a los panistas, sino a la clase política hidalguense, que después de la mexiquense, es la de mayor poder e influencia dentro del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Las pistas se encuentran en los poderosos dirigentes que tiene en Hidalgo, que de acuerdo con periodistas experimentados en el estado, son quienes planean las estrategias y toma de decisiones nacionales desde Pachuca: Alejandro González M., secretario general del PES –el número dos en el partido-, y Natividad Castrejón Valdés, el líder del partido en ese estado. González M., inicial que significa Murillo, es sobrino del exgobernador, exprocurador, exconsejero político de Peña Nieto y actualmente secretario de Desarrollo Urbano y Territorial, Jesús Murillo Karam, y Castrejón Valdés creció en Hidalgo de la mano del exgobernador y actual secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
La relación que pueda tener el PES con la Secretaría de Gobernación o si les está sirviendo de parapeto para fines ulteriores, no ha sido probada, pero los indicios de que el PES sea un nuevo partido “patito”, como en el pasado lo fueron el Partido Popular Socialista y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana que sirvieron como arietes contra los partidos opositores al PRI y para la simulación de un sistema autoritario como uno democrático donde existía un sistema de multipartidos, van creciendo. Aquellos partidos, ya extintos, fueron organismos paraestatales donde sus líderes cobraban favores con puestos parlamentarios. La duda entre la clase política y los señalamientos en la prensa en Hidalgo es si Cervantes y el PES son la versión posmoderna de aquellos partidos.
Las vinculaciones políticas son las que hasta el momento arrojan las dudas sobre las motivaciones de Cervantes. González Murillo no era un hombre metido en la política, sino en los negocios, particularmente en el de la construcción, con importantes contratos en el gobierno estatal de Osorio Chong. En agosto del año pasado fue nombrado secretario general del PES en el primer congreso nacional celebrado en la ciudad de México, donde también se nombró a Natividad Castrejón Valdés como presidente del partido en Hidalgo.
Castrejón Valdés, que había trabajado para el PRD y el PAN en Hidalgo, se acercó al final de la administración anterior a Osorio Chong, quien cuando llegó a la Secretaría de Gobernación lo nombró su coordinador de audiencias y un enlace informar con los estados. Regresó a Pachuca para hacerse cargo del partido, con el apoyo del secretario general David Cárdenas, quien durante el gobierno de Osorio Chong dirigió el Sistema Hidalguense de Radio y Televisión.
Las redes hidalguenses en el PES no prueban que Cervantes se esté prestando a una maniobra de la Secretaría de Gobernación, pero su actitud, escurridiza, no ha sido del todo transparente. Hay varios estados donde el PES está respaldando a los candidatos de la coalición PRI-Partido Verde, como en Querétaro, donde apoya Roberto Loyola para la gubernatura, y ha utilizado estructuras del PRI para fortalecer a su partido, como en Veracruz, donde Juan de Dios Sánchez Abreu, después de 30 años de militancia en el PRI, saltó sorpresivamente al PES para convertirse en secretario de Organización del partido en el estado, y candidato a diputado federal.
Cervantes ha negado que el PRI se encuentre detrás del PES, pero su palabra no ha frenado la sospecha de ser un partido por donde se busca la distracción y la dispersión. Estratégicamente, dividir a la oposición le conviene al PRI y deliberado o no, el PES de Cervantes está haciendo justamente eso.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
Twitter: @rivapa
Leído en http://www.ejecentral.com.mx/otro-partido-patito/
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