viernes, 6 de mayo de 2016

Operación Chayote

Dado que recientemente se ha dado la pólemica (no censura ) de no subir columnas de periodistas considerados chayoteros en este blog, me puse a considerar el por que una simple hortaliza se convirtió en sinónimo de soborno, y me di a la tarea de investigar, como dice Jack  el destripador, vamos por partes, en primera todos sabemos lo que es un chayote, es el fruto de una planta trepadora de tallos robustos que por extensión también se le llama chayote, (Chayotli en náhuatl) cuyo significado es calabaza espinoza, existe chayote con espina y sin espina, también se le llama papa de agua, sirve para hacer ricos guisados, muy saludables y favorecedors en la regeneración de cabello, piel y uñas, hasta propiedades anticancerígenas le han encontrado, pero por un hecho meramente circunstancial y asociativo se convirtio en el substitudo perfecto para hacer sentir menos indignos a los propensos a vender sus servicios al mejor postor.














Encontre que solo en la jerga del mexicano se da este sinónimo, donde literalmente El Chayote es la paga a reporteros, analistas, caricaturistas, columnistas, conductores, a cualquiera que pueda ser considerado líder de opinión y que a través de él se pueda fortalecer la imagen del personaje en turno. El pago puede ser dinero, viajes, casa, coche o cualquier cosa que ayude a cumplir el objetivo de cambiar la opinión pública. Es en pocas palabras vender la conciencia, también le dicen embute, del verbo embutir, meter algo dentro de otra cosa y apretarlo; sinónimo de imbuir: persuadir o infundir: causar en el ánimo un impulso afectivo. El vocablo chayote usado en el contexto del soborno comenzó a escucharse al comenzar los 70.Y la variante de parir chayotes se relaciona con las espinas, y tener que decir mentiras y por ello pasas un mal rato. Además cayó como anillo al dedo a la hipersensibilidad afectiva del mexicano, en vez de recibir un soborno, recibe un chayote, que aunque es espinoso (culposo), alimenta. Y es más fácil racionalizar lo necesito, que me prostituyo.

El orígen de este adjetivo también fue de interés de Don Julio Scherer García, fundador de la revista Proceso, que al estar recopilando información para la elaboracion del libro Los presidentes, encomendo a un reportero llamado Elías Chávez, al que Don Julio describe como todo un profesional ético y experimentado le investigara el origen del termino, lo cual él hizo de esta manera: El "chayote" florece a su máximo esplendor desde que Gustavo Díaz Ordaz institucionalizó su irrigación. Mientras el entonces presidente de la República pronunciaba un día de 1966 el discurso inagural de un sistema de riego en el estado de Tlaxcala, entre los reporteros corría la voz: "¿ves aquel chayote? están echándole agua. Ve allá."

Allá, semioscuro por la trepadora herbácea, un funcionario de la Presidencia entregaba el chayote, nombre con el que desde entonces se conoce en las oficinas de prensa. Tan popular se volvió que su entrega dejó de ser oculta.

Fernando Garza - en esa época subjefe de prensa de la Presidencia de la República - inicia su recorrido por el pasillo de un DG-3 en pleno vuelo, y a cada paso, en cada asiento, va repartiendo sobres.

- Yo no- rechaza un reportero novato.

- Tú sabrás.

Sin inmutarse, Fernando Garza continúa por el pasillo del DC-3 repartiendo chayotes a diestra y siniestra.

-Pinche santurrón - reclamó un reportero a quien de esa manera había faltado a la "solidariad" gremial.

Por recibir un chayote - en ocasiones fundamental para su supervivencia -, los reporteros, muchos con sueldo menor al mínimo, aparecen como los más corruptos del periodismo nacional, mientras sus patrones, potentados cuya riqueza y negocios tienen su origen en la manipulación de la información, son conocidos como personas honorables.

El chayote creció y se institucionalizó, aunque su florecimiento máximo se da en cada campaña del candidato del PRI a la Presidencia de la República. Así sucedió con Luis Echeverría, con José López Portillo, y con Miguel de la Madrid.

Teóricamente todos los periodistas que cubrieron la campaña de MMH recibieron frutos del chayote. Más de un centenar de comunicadores integraban la comitiva de prensa. Y todos ellos aparecían en la lista del chayote, que funcionaba de dos maneras:

Una, la del chayote que entregaba directamente el PRI a través de su Secretaría de Prensa y Propaganda y otra lista para el embute que daban los gobiernos de los estados.

En la segunda se incluían ademas de los reporteros enviados por sus respectivos medios, a estenógrafos, correctores, redactores de boletines, teletipistas y ayudantes y funcionarios del "equipo de prensa"

Aunque todos estaban en la lista, no todos aceptaban el chayote. A ésos ya ni los llamaba el encargado de darlo, un licenciado de apellido Loredo. Su aparición en las salas de prensa, con su maletín negro en la mano, tenía el valor de una contraseña.

A partir de ese momento los periodistas podían pasar a una determinada habitación del hotel donde se hospedaba la comitiva - usualmente en el mismo hotel se instalaba la oficina de prensa- a recibir su chayote. Similar era el procedimiento para la segunda lista, de la cual se responsabilizaba el jefe de prensa o representante del gobierno en turno.

Las cantidades variaban, entre 10,000 y 20,000 por estado visitado, el de los gobiernos de los estados tenía una fluctuación mayor,. Famoso por su generosidad era el Güero Landeros, de Aguascalientes. También famosa fue, por su "tacañería", la gobernadora de Colima, Gisela Álvarez, de quien los reporteros se quejaban por que no daba chayote.

La verdad es que nunca se sabía la cantidad real otorgada a los reporteros. Esto dio lugar al fenómeno de picaojos, como eran llamados los encargados del reparto y se quedaban con parte del chayote, o con todo, en el caso de los periodistas que no lo aceptaran.

Tan natural era dar o recibir chayote, que de la inconsciencia se pasó al cínismo: un reportero de El Nacional, en su crónica acerca de una "reunión popular para la planeación" titulada "Agua y Desarrollo", organizada por el IEPES en Sonora, escribió, y así se publicó: "Los periodistas que cubren la campaña electoral presentaron una ponencia para que se aumente el riego del chayote".

Héctor Gama hizo llegar a Proceso datos sobre el embute en la campaña electoral. Reportero en funciones de los noticiarios de Radio Educación y Canal 13, escribió en el número del 30 de noviembre de 1981: "Un promedio de 60 periodistas - el número es variable en cada etapa -cubre el recorrido de MMH, además de camarógrafos, fotógrafos y técnicos. De ellos unos 34 laboran en la prensa diaria, 12 de radio, seis en televisión, y ocho más en revistas".

Una investigación previa en la que se reunieron testimonios verbales y otros materiales permite señalar que en los inicios de la campaña del candidato los primeros embutes, de "sólo" 140,00 pesos, generaron la protesta airada de muchos reporteros.

El chayote aumentó considerablemente en Aguascalientes y Zacatecas, donde el Revolucionario Institucional dio 25000 pesos a los periodistas participantes y los gobiernos respectivos dieron unos 20000 y otros 30000 pesos.

Un tenebroso personaje, homónimo de un famoso modista, maletín negro en mano, portaba distintas cantidades para entregarlas a periodistas rigurosamente registrados en lista. El propio personaje hubo de reconocer que muy pocos reporteros se negaron a recibir su parte correspondiente. Algunos, lnclusive, con violencia.

Solamente en su segunda entrega, el personaje referido debió repartir al rededor de millón y medio de pesos. Se han realizado estimaciones diversas sobre el monto total que recibirá cada encargado de la fuente, los cálculos extremos varían entre 300 mil y 600 mil pesos. Considerando un promedio de 2000 pesos diarios que entregarían a cada diarista o reportero de otros medios, el PRI gastaría 120 000 pesos diarios, 840 000 a la semana y 3 360 000 pesos al mes en embutes.

Sin embargo, ese personaje era el brazo ejecutor. Ël y los periodistas que amamanta son apenas la mínima expresión de la corrupción. Si se mira con profundidad, la corrupción es el sistema.

El padre del chayote

Carlos Denegri, considerado el mejor reportero del país y de América Latina, y en opinión de Julio Scherer, “también el más vil”, periodista leyenda; inmoral y excéntrico, desde 1938 y hasta el último día de 1969, cuando fue asesinado por su esposa, escribió en el periódico Excélsior. Considerado el creador de la columna política y el padre del chayote —desde que se llamaba embute-, influyente y polémico, odiado y temido por políticos y empresarios, su columna, “Miscelánea política”, era la más leída en los círculos del poder.

Frases como “El señor Denegri cobra más por quedarse callado que por publicar”, puede darles una idea de lo que se trataba.

Fue el pionero de las noticias de televisión. Fue el más impopular comentarista televisivo. Fue la pluma más mordaz. Fue la pluma más vendida. Fue un cosmopolita declarado. Acostumbrado a celebrar fiestas con todo el gabinete presidencial en turno presente. Fue un exquisito. Fue un salvaje. Popularizó la frase “Dios mediante”. Pero no tenía Dios. Ni Diablo. Ni santos. El estilo de Denegri de herir y alabar parejo daba miedo, asco y hasta lástima, nunca respeto o admiración. Nunca tuvo clemencia, y al morir nadie sintió compasión.

Nació en Texcoco en 1910, pero vivio una gran parte de su infancia en Europa donde su padre Ramón P. Denegri era embajador, e incursionó en el periodismo en 1938, ni que decir que fue el peor estudiante de su generación, era soberbia pura. Todo lo que emanaba de él era simbólico, una de sus columnas en Excelsior se llamaba Arsénico, donde envenenaba a todo aquel que no pagara su silencio vertiendo sobre el toda su bilis disfrazada de sarcasmo. Uno de sus libros se llamó 29 estados de ánimo, pero muchos lo describieron como 29 estados de insensibilidad, era un perfeccionista, un controlador, rigurosamente llegaba a las tres de la mañana a revisar puntos y comas de sus columnas. Salvador Novo lo dibujó de cuerpo entero en su obra de teatro “Ocho columnas”.

En su despacho de Reforma 456, Denegri guardaba tres tarjeteros como fuente de sus columnas. En el primero anotaba a los políticos de los que siempre hablaba; en el segundo a quienes nunca se refería y en el tercero a los que eventualmente mencionaba. Un colaborador le sugirió colorear los nombres de cada tarjetero. “No” protestó: “porque los que están en una categoría puedo ponerlas luego en otra, según el pago que me suelten”.

Fue casado varias veces, su última mujer, Linda, 20 años menor, mujer de tez blanca y ojos negros profundos, la conocióo en la Ciudad de México, era divorciada, independiente, y lo que mas gusto de ella era que no cedió a su acoso, y huyó rumbo a Saltillo, donde él la localizó y por medio del entonces jefe de polícia del lugar le mando decir que "por ordenes superiores" si permanecia en el lugar podrían tener consecuencias desfavorables sus anfitriones. Para no hacer largo el cuento, logró casarse con ella, pero bien pronto se cansó, atrapada la presa el "amor" de Denigri se transformo en malos tratos. La humillaba en todas las formas posibles, y cuando bebía o se drogaba en exceso la golpeaba hasta mandarla al hospital. Más de una vez la insulto en lugares públicos. Finalmente en la madrugada del primero de enero de 1970, Linda, lo mató de un disparo en la cabeza mientras dormía en su cuarto. En aquel entonces un joven Miguel Ángel Granados Chapa reacciono a su muerte con una frase esperada por muchos: "¿Ya lo mataron?". Como era de esperarse Linda fue activamente asesorada y defendida por todos aquellos que agradecieron lo que hizo y logro ser liberada en dos años de todo cargo penal por su muerte. Y continuar su vida.

Chayotismo histórico

El Chayote es una de las multiples caras de la corrupción, y hay chayote en todo el engranaje social, incluido el político y el periodismo, la finalidad es una, el control, el poder absoluto de unos cuantos sobre unos muchos, pero con la cooperación de esos muchos mediante el engaño que mantenga las apariencias, una imagen de la realidad que a ellos les convenga, ahora lo vivimos como nunca con el asesinato de los 43, la realidad los alcanzó en todas sus miserias, permitieron la observación externa y o sorpresa, descubrieron que son inmundos, ignorantes y corruptos, ellos, los que si saben gobernar, y ahí andan alentando a sus chayoteros para que tapen el sol con un dedo.

Si trabajaran bien, sin chayote de por medio otro mundo, otra sociedad sería, el chayote es responsable no solo de un mal periodismo y su correspondiente distorción de la realidad, es responsable de la injusticia, de la inseguridad, de la depredación del medio ambiente, de que prevalezca los intereses sobre las necesidades reales, si los que se llenan la boca señalando el chayote ajeno también señalaran el propio, estaríamos hablando de un cambio ético, y no del cambio que se repite y se repite, el de quitate tu para ponerme yo.

No soy experta en nada, pero entiendo que estamos llegando a un límite,  hay muchas cosas que son simplemente ya insostenibles, existen intentos como la iniciativa 3 de 3 que no van a pasar, o pasara muy a modo de que puedan violarla sin pudor alguno,  son unos descarados, y el nosotros simplemente no existe, somos ápaticos, e individualistas, la mayoría solo ve por sus intereses, y la oposición es inexistende, dependera enteramente de nuestra subjetividad, de lo que creamos prioritario, y cada quién se adecuara a sus circunstancias, pero salidas a corto plazo no hay. Tal vez solo no seguirles el juego, y anular el voto, si todos lo hicieramos, pero ellos también tienen chayoteado eso, el voto duro.






Buen Fin!!!


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