lunes, 4 de agosto de 2014

Denise Dresser - No entienden que no entienden

Hay ministros de la Suprema Corte que no entienden su papel. Unos quieren conducir el autobus que busca correr de prisa para darle vida al texto constitucional. Otros van sentados en el cabús. Unos tienen el destino claro, Otros no quieren llegar a él. Unos han impulsado proyectos de vanguardia como el de Florence Cassez o la Guardería ABC o el fin del fuero militar. Otros han desechado un asunto tan importante como el de #YoContribuyente. Evidenciando así a una Corte confusa, una Corte confundida, una Corte que en ocasiones adopta una actitud de avanzada pero en otras parece retrógrada. O defensora de intereses que no son los que la Constitución debería proteger.

Como en el caso del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien en tres artículos en el periódico Excelsior muestra la manera en la cual alguien sentado en el Tribunal Supremo no debería comportarse. No debería ofuscar. No debería confundir. Refiriéndose al caso de #YoContribuyente -un amparo ciudadano interpuesto ante la decision del Congreso de perdonar el pago del ISR a estados y municipios- el Ministro vierte una serie de medias verdades, de legalismos irrelevantes, de afirmaciones dudosas. Porque la Corte no debe contribuir a la confusión sobre temas centrales del debate público; debe ayudar a su esclarecamiento. Porque la Corte no debe hacerle el trabajo sucio a la Presidencia, a la Secretaría de Hacienda, o al SAT; debe ser el contrapeso constitucional a su labor.
 
 
 
 
 
 
 


Cosa que el Ministro Gutiérrez Ortiz Mena no entiende cuando escribe que el amparo de #YoContribuyente “aún no está resuelto” pues el expediente se ha turnado a otro Ministro para la elaboración de un nuevo proyecto. Dando así a entender que todavía existe la oportunidad de que el fallo se revierta, Sugiriendo así que los demandantes todavía tendremos la oportunidad de conocer qué hicieron los gobernadores y los presidentes municipales con nuestros impuestos.

Implicando así que la Suprema Corte quizás se parará del lado de la transparencia, la rendición de cuentas, y las explicaciones necesarias sobre el uso del gasto público. En tres artículos tramposos, un Ministro de la Suprema Corte intenta engañar a la opinion pública sobre lo que en realidad ha ocurrrido y está ocurriendo.

El Ministro escribe que no existió una decisión que rechace el derecho de los quejosos a conocer las condiciones de endeudamiento de sus gobiernos. Falso. El Ministro argumenta que lo único que hizo la Sala fue desechar el proyecto de resolución del Ministro Cossío -que reconocía el “interés legítimo” de los constribuyentes- y turnarlo a otro Ministro para presentar otro proyecto con nuevas consideraciones. Falso. El Ministro subraya que el asunto no se resolvió en cinco minutos ya que hubo sendas discusiones previas plasmadas en documentos existentes. Falso. Gutiérrez Ortiz Mena quiere que pensemos una cosa para ocultar otra. El desechamiento del amparo #YoContribuyente es firme. Inamovible. Incambiable.

Lo único que va a ocurrir es que él elabore un nuevo proyecto de sentencia que se limite a poner por escrito lo que ya fué decidido. Lo que ya fue votado. Lo que ya fue acordado a puerta cerrada y en una discusión pública que duró menos de cinco minutos. Los motivos detrás de un desechamiento que produce precisamente lo que el Ministro niega: que los contribuyentes que sí pagan impuestos no tengan derecho a saber a quienes les fueron perdonados. Que los ciudadanos que financian al erario no tengan derecho a entender cómo se gasta. Que los mexicanos no tenemos “interés legítimo” para cuestionar -por vía del amparo- el despilfarro, la opacidad y la corrupción del gasto público. Eso es lo que está resuelto y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena se rehusa a reconocer. O quiere tapar. O busca desinformar.

Pero lo que no debe ser tapado por él ni por la Suprema Corte es el conflicto de interés en el cual incurre. El hecho de que Gutiérrez Ortiz Mena fue jefe del SAT entre julio del 2008 y noviembre del 2012, periodo en el cual se otorgaron privilegios fiscales para gobernadores y presidentes municipales. El hecho de que la Ley de Amparo en el Artículo 51, fracción III. explícitamente estipula que los Ministros de la Suprema Corte deben excusarse en casos en los cuales hayan sido “apoderado(s) de alguna de las partes en el asunto que haya motivado el acto reclamado o en el juicio de amparo”. Así de claro. Está en juego su honestidad, su imparcialidad, su objetividad. Esto es lo que Gutiérrez Ortiz Mena y sus colegas en la Suprema Corte no entienden que no entienden.




Leído en http://www.am.com.mx/opinion/leon/no-entienden-que-no-entienden-10896.HTML



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