martes, 29 de noviembre de 2011

Calumnia, que algo queda por Pepe Cárdenas



El frío que nos entume entró primero por Los Pinos. Son vientos gélidos que soplan desde Holanda… que desatan furia.

La Corte Penal Internacional (CPI) recibió un expediente de 700 “fojas” en el que se acusa al presidente Felipe Calderón y a su gobierno de cometer crímenes de guerra y lesa humanidad.

También responsabiliza a los principales cárteles y capos del narcotráfico. Justamente ahí la demanda pierde sentido. La CPI no actúa en abstracto contra gobiernos y organizaciones, por criminales que resulten. Actúa contra individuos.

Por cierto, ¿le preocupará mucho a El Chapo tener cuentas pendientes en La Haya?, pregunto.

El jurista John Ackerman, uno de los 23 mil “acusadores”, habla de una iniciativa que se venía gestando desde hace seis meses. Que refleja la inconformidad por los costos de la estrategia en el combate al crimen organizado: 50 mil muertos, 230 mil desplazados y más de diez mil desaparecidos. Alega que la responsabilidad de nuestras máximas autoridades no es tanto por acción como por omisión y ello debe ser investigado por la CPI ya que los códigos mexicanos no tipifican esos delitos.

–¿Por eso ciudadanos mexicanos acuden a tribunales en el extranjero?

–¿O será porque “partes interesadas” “cilindrean” el escándalo?

El caso es que Presidencia reaccionó en tono furioso y bravero. Es obvio que Felipe Calderón no se detuvo en la reflexión del estadista. Las imputaciones, calificadas por Los Pinos como “falsas”, “temerarias” y “calumniosas”, fueron rechazadas “de manera categórica” en un comunicado oficial.

De muy poco sirve legalmente echar bronca cuando al jefe de Estado le asiste el mismo derecho que a sus detractores. Tiene razón de alegar que “las acciones contra la delincuencia no pueden compararse con los actos autoritarios orientados al exterminio de la población por razones étnicas, religiosas o políticas”. También cuando afirma que la CPI analiza acciones de individuos, no de estados.

Pero… Calderón y su equipo deberían entender que en la defensa de la honra y la reputación presidenciales no bastan comunicados de prensa ni la retórica ni adjetivos. Tampoco achicar al oponente. Aunque en aras de la libertad de expresión no se vaya a proceder contra ellos, como adelantó Alejandra Sota, vocera presidencial, quien calificó de absurdo equiparar las acciones de un gobierno democrático con delitos de lesa humanidad.

–¿Como diciendo que es una locura acusarlo?

La reacción de la casa presidencial en ningún momento menciona que una demanda se contesta con una contrademanda.

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