Carlos Salinas de Gortari dando conferencias y departiendo en gira con la gobernadora de Yucatán, la priista Ivonne Ortega. Arturo Montiel abriéndose paso con guaruras de chamarra roja para asistir en butaca de privilegio al registro del futuro candidato del PRI a la Presidencia de México en la sede nacional del partido. Elba Esther Gordillo, aliada estrella a través de su partido, el Panal, de la coalición con la que Enrique Peña Nieto busca ganar la elección del 1 de julio de 2012.
Salinas, Montiel y Gordillo forman parte del Top 5 de los políticos más repudiados del país. ¿Qué lógica tiene para Peña Nieto subirlos al templete de su campaña? La intuición pragmática marcaría que, cuando menos en campaña, debería mantenerlos escondidos, discretos, lejos de la mirada pública, sin saltar ante la mirada de quienes de inmediato recordarán algunas de sus fechorías y las asociarán con el PRI y su candidato a Los Pinos.
En la campaña tricolor contestan que son casos distintos: que Salinas está envalentonado de motu proprio, feliz con que siga corriendo lo de que es “el padrino” del ex gobernador mexiquense; que Montiel llega a los actos aunque no haya sido invitado alentado por el mismo fenómeno; y que evalúan pedir a ellos y otros personajes polémicos que sus apoyos se mantengan en el ámbito de lo privado.
Lo de Elba Esther Gordillo es asunto distinto. Porque el cálculo es puramente político y tiene que ver, principal pero no únicamente, con conseguir mayoría en el Congreso: en un escenario de victoria para el PRI en la carrera presidencial, necesitaría más de 42% de los votos para tener mayoría en la Cámara de Diputados (pues el resto de los escaños le serían asignados a sus plurinominales).
Sin embargo, por una aritmética complicadísima que deriva de la ley electoral vigente esa cifra mágica baja varios puntos porcentuales —se vuelve más alcanzable— si en los distritos uninominales compiten y ganan candidatos que no son del PRI. Esto se debe a que la cláusula de no-sobrerrepresentación (la que impide tener mayoría si no se alcanza un tantito más de 42%) tiene que ver con partidos, no con coaliciones. Ahí está el truco.
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