martes, 28 de febrero de 2012

TRAS EL CHAPO, COMO OSAMA.


Su cabeza seguirá siendo tema para el gobierno que llegue, pues hablamos de un criminal cuya fortuna se valúa en mil millones de dólares.


Ya lo había dicho el presidente Felipe Calderón: la captura de JoaquínEl Chapo Guzmán se hizo una de las prioridades de su gobierno. A más de 11 años de la fuga de uno de los criminales más buscados, y hasta famoso, que tiene singular presencia en los rankings publicados por la revista Forbes, donde lo ubican como uno de los hombres más poderosos y adinerados del mundo, su persecución no ha cesado; incluso ha sido blanco de esfuerzos que, como el de ayer, se presentan como acuerdo bilateral.
Alejandro Poiré y Janet Napolitano se reunieron para la firma de un acuerdo entre México y Estados Unidos para combatir a las organizaciones criminales. Le llamaron Declaratoria de Principios y ahí se leen las metas que buscan combatiendo al crimen y a los grandes cárteles, así como algunos puntos más en materias comercial y aduanera. Pero sobre una de aquellas metas habló la secretaria de Seguridad Interna estadunidense y se refirió a la persecución de El Chapo, cabeza del cártel del Golfo. Usó como ejemplo el caso deOsama bin Laden, el último de los enemigos estadunidenses, quien finalmente fue capturado y asesinado, diez años después del inicio de su búsqueda; que irán tras El Chapo como lo hicieron tras Osama. Así de tanto les importa su captura.
En lo declarado por Napolitano se nos dice que ambos gobiernos, el nuestro y el suyo, no escatimarán hasta ver a El Chapo con el mismo final. Recordemos que la baja de Osama se logró en medio de un operativo que terminó con su muerte, aunque nos quedamos con las ganas de alguna prueba. Sólo nos tocó ver una fotografía, de la que siempre se dudó su autenticidad, y las declaraciones del gobierno de Estados Unidos, que nos hablaban del destino que tuvo su cuerpo.
Pero más allá de los comparativos que se puedan hacer sobre estos dos criminales, lo cierto es que la firma de esta Declaratoria implica un compromiso de la autoridad estadunidense por abatir el crimen organizado que afecta a ambos países. Aunque también, para centrar su energía en uno más de quienes consideran enemigo público.
Joaquín Guzmán LoeraEl Chapo, como lo conocemos todos, se fugó en una operación que brilló, de lo impecable. A diferencia de los motines que vimos la semana pasada en Nuevo León, la fuga del líder del cártel del Golfo se dio de forma sigilosa, con la ayuda de un auto de lavandería (el más clásico de los clichés de escape de un centro de reclusión) y el descuido de los vigilantes del penal de máxima seguridad donde se encontraba. Así El Chapo alcanzó su libertad. Ni un solo disparo ni indicio de violencia. Claro es que debió tener ayuda en el interior, pues fue casi un acto de magia el que le dio su libertad... una a medias, claro, pues desde entonces es perseguido por las autoridades y se la vive en las sombras.
Nada se ha logrado para la captura de El Chapo en estos años, apenas las ganas de lograr la aprehensión del narcotraficante mexicano más famoso, y quien es uno de los responsables de enfrentamientos que buscan el apoderamiento de plazas y territorios en nuestro país. Muy bien caería para la despedida del sexenio la captura del enemigo favorito, aunque ya algunos en el gobierno federal mexicano han hablado de lo complicado y casi imposible que resulta para que suceda antes de que finalice este año. Así que, sin duda, la cabeza de El Chapo seguirá siendo tema para éste y el gobierno que llegue, con quien esté al frente, pues hablamos de un criminal cuya fortuna se valúa en  mil millones de dólares.
2012-02-28 00:48:00Leído en: http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&seccion=opinion&cat=11&id_nota=814112

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