lunes, 11 de junio de 2012

Salvador García Soto - La incertidumbre

Quizá no haya nada más sano en una democracia que la incertidumbre; pero al mismo tiempo, en una democracia aún débil como la mexicana, nada puede ser más peligroso.

Porque si bien es positivo que a 20 días de la elección presidencial, y a unas horas del segundo debate entre los candidatos, nadie pueda afirmar sin riesgo a equivocarse que ya hay una ganador absoluto en esta contienda, también resulta negativo que a punto de iniciar la recta final de las campañas comiencen a surgir dudas, temores e incertidumbres sobre un escenario de conflicto el 2 de julio próximo.

Es cierto que a esta ultima etapa de la contienda arriba aún favorito claro como es Enrique Peña Nieto, que según las encuestas conserva una ventaja relativamente cómoda a tres semanas de las votaciones. Pero también lo es que hay tendencias indiscutibles y ya probadas en las encuestas que hablan de un segundo lugar, Andrés Manuel López Obrador, que viene en crecimiento y acorta cada vez la desventaja, y que hay un tercer lugar, Josefina Vázquez Mota, que está a un paso de desfondarse y quizás ayer en el debate haya tenido su última posibilidad de evitarlo.

Nadie discute ya que esta es una elección en movimiento y que, de lo que se observaba hasta anoche en las encuestas, tras el debate y la recta final de las campañas, observaremos aún movimientos. La ventaja más optimista que le dan algunas encuestadoras a Peña Nieto es de 14 puntos, aunque hay datos que ubican, en este momento, según sondeos levantados en la casa presidencial, que la ventaja real es de 8 puntos, 39% de Peña contra 31% de López Obrador y 26% de Josefina. Es decir, parece indiscutible que la elección se va a cerrar aún más, ¿cuánto? Eso lo definirá, entre otras cosas, lo que se vio en el debate de anoche.

Lo peligroso del caso es que, un elemento que debiera ser bien visto y como positivo en democracia, la incertidumbre, en México se transforma en miedos y angustias que se empiezan a sembrar en el electorado. Sobre todo porque quien va en estos momentos en segundo lugar, López Obrador, comienza a mandar mensajes negativos sobre “fraude”, “inequidad”, “desconfianza en las autoridades”.

La experiencia desagradable y tensa del 2006 viene a la mente de muchos y ni siquiera Andrés Manuel se ayuda a si mismo con ese discurso y más bien despierta temores en quienes podrían decidir de último momento apoyarlo.

Comenzar desde ahora a plantear el axioma de que “sólo habrá democracia si yo gano”, es algo que envenena el ambiente y torna negativa la incertidumbre. Apostarle a formas de descalificación anticipada no es la mejor manera de mostrarse como un candidato que va cerrando al alza y cree que aún puede ganar las elecciones.

A partir de anoche todo puede pasar en esta elección. Los que se sienten ganadores por su ventaja en las encuestas, apostarán a mantenerla y a reforzar la percepción de un triunfo, que sea de 4, 5, 6 u 8 puntos de diferencia, será triunfo. Los que sienten que aún pueden alcanzar y pasar al puntero, buscarán desalentar la idea de una elección ya resuelta y seguirán apostando a la movilización y a una abundante participación que genere un voto de sorpresa; y los que se rezaguen al tercer lugar tratarán de aminorar la catástrofe y no perder tanta votación para mantener al menos su presencia en el Congreso. Póngale usted los nombres y esperemos que ellos pongan la responsabilidad, la madurez y la actitud para que la incertidumbre en nuestra democracia sea solo positiva.

sgarciasoto@hotmail.com | @sgarciasoto

Leído en: http://www.24-horas.mx/la-incertidumbre/

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