En una parte de mi escrito anterior mencionaba que no era novedad una manifestación de algunos estudiantes en contra de un visitante a su centro de estudios y que, la gran diferencia era la crítica generalizada a su censurable proceder, en todos los casos anteriores, con respecto a lo sucedido a EPN en la Ibero, en donde, en lugar reprobarlos los alabaron. También escribí que, este tipo de acciones, las seguiríamos observando en el futuro. No pasó mucho tiempo, en realidad, muy poco y se presentó nuevamente una manifestación en contra de un visitante a una universidad, en este caso, se trató de la candidata del PAN a Jefe de Gobierno del D.F. y los manifestantes fueron también un grupo de estudiantes, quienes lo hicieron de una manera tan violenta e intransigente que no le permitieron ni siquiera exponer su mensaje, sin embargo, en este caso, como en todos los anteriores a lo sucedido en el correspondiente a EPN, no se elogió a los manifestantes, comprobando, de esta manera, mi razonamiento explicado en ese texto. Lo que es más, el hecho tuvo muy poca difusión (no generó ni un solo artículo al respecto) y se trató de evitar al máximo su conocimiento por parte del público, por ejemplo, ni siquiera se publicó la noticia en el periódico que yo recibo diariamente (El Norte). Dicho suceso duerme ya tranquilamente en el olvido, en cambio el correspondiente a EPN, sigue consumiendo mucha tinta.
De acuerdo con lo difundido en los medios de comunicación, las cuatro principales críticas de los estudiantes a EPN fueron: los feminicidios, la deuda pública del Estado de México, lo sucedido en Atenco y el no haber enjuiciado a Arturo Montiel.
Si nos atuviéramos a las declaraciones de los rivales del PRI, como lo expuesto recientemente (el 22 de marzo) por la legisladora panista, Rosa Adriana Díaz, en la cámara de Diputados, en donde exigió justicia por el “lacerante” aumento de “feminicidios” y desapariciones de mujeres en el Estado de México, según las “cifras indignantes y grotescas”, sin tomar en cuenta de que son acusaciones sin fundamento, manifestadas exclusivamente para “llevar agua a su molino”, en la actual competencia electoral, podríamos justificar a los estudiantes pero, existen estadísticas del INEGI del año 2010, las últimas disponibles (pero muy apropiadas en fecha, por casi coincidir con la finalización de la gestión de EPN en el gobierno del Estado de México) sobre asesinatos de mujeres por cada 100 mil habitantes, en las cuales, Chihuahua ocupaba el primer lugar, con una tasa de 4.97. El cuarto lugar lo ocupaba Baja California, con 1.43 y, ¡hasta el noveno!, el Estado de México con 0.97, aproximadamente 5 veces menos que el primer lugar, siendo evidente la falta de sustento de las acusaciones de los estudiantes, indicando claramente su desconocimiento de la realidad.
Uno de los logros de EPN como gobernador del Estado de México fue, precisamente, su reconocido manejo responsable de las finanzas. Cuando inició su gestión, el Estado de México estaba en una precaria situación financiera, sin embargo, en sus seis años de gobierno, las deudas se redujeron en proporción al tamaño de su PIB, consecuentemente, las tres agencias de riesgo le elevaron su calificación sistemáticamente. El 21 de septiembre del año pasado, El Norte de Monterrey publicó un reporte de Fitch Ratings, según el cual, debido a la crisis, disminuyeron las calificaciones crediticias de 14 entidades federativas, otras se mantuvieron estables y solo tres aumentaron su calificación: el Estado de México, Querétaro y Sinaloa. Al terminar su gestión, el Estado de México tenía una deuda de aproximadamente 38 mil millones de pesos, pero la del D.F. era de 52 mil millones, a pesar de tener 6 millones 324 mil 782 habitantes menos (de acuerdo con el último censo de población: 8 millones 851 080 habitantes en el D.F. y 15 millones 175 mil 862 habitantes en el Estado de México). Según tuvimos oportunidad de observar en el debate reciente para Jefe de Gobierno del D.F., la candidata del PAN, Isabel Miranda de Wallace, enseñó una gráfica del aumento paulatino de la deuda pública de los gobiernos del PRD, durante los últimos 15 años, aunque solo la mostró por unos segundos, se pudo apreciar su semejanza a una recta con inclinación un poco mayor a 45 grados. Actualmente, según lo expuso, la deuda de esa Entidad Federativa es de ¡56 mil millones de pesos!, la mayor, por mucha diferencia, de la correspondiente a todos los demás estados, en consecuencia, los estudiantes se equivocaron de destinatario para sus quejas sobre el incremento en la deuda pública, por no ser la del Estado de México la más excesiva sino la de su vecino, y el reclamo debió haberse hecho, en todo caso, a AMLO no a EPN.
Los estudiantes reclamaron a EPN la tragedia de Atenco, haciéndolo único responsable de la misma y llamándole, a su salida: “asesino”. Durante la sección de preguntas y respuestas, cuando preguntaron sobre dicho suceso, les contestó: “Asumo plena responsabilidad por lo sucedido en Atenco. Los responsables fueron consignados ante el Poder Judicial pero reitero, fue una acción determinada para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado mexicano de usar la fuerza pública”. Su actitud fue muy diferente a la asumida por AML (como se verá más adelante), al ocurrir dichos sucesos. EPN, fácilmente y en apego a la verdad, podría haber aclarado la realidad: se trató de un incidente en donde participó inicialmente la policía municipal de Texcoco (gobernado, en ese tiempo, por el PRD), a desalojar a un grupo de vendedores de flores. Los vendedores recibieron el apoyo del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Hubo insultos, golpes y pedradas y estalló un enfrentamiento entre policías y militantes. Cuatro policías resultaron heridos. Posteriormente, los manifestantes bloquearon (blandiendo sus machetes) la carretera Texcoco-Lechería. Seis policías fueron secuestrados por ellos. En la tarde, un operativo de policías federales (PAN) y policías estatales (PRI) sometió a los macheteros. Los abusos de autoridad y las violaciones cometidos por los policías durante estos hechos son de todos conocidos, mi interés es el de recalcar la intervención de policías de los tres niveles de gobierno, casualmente, cada uno de ellos, de diferente partido, y que era muy sencillo para EPN aclarar la situación y repartir responsabilidades. Tal y como lo escribió Sergio Sarmiento, (al comentar la acción de los estudiantes): “Lo curioso es que, después de las recomendaciones de la CNDH, el gobierno del Estado de México fincó responsabilidades a los policías estatales que participaron y varios cumplen hoy condenas hasta de 60 años de cárcel, pero el Gobierno federal se negó a consignar a los policías federales que participaron en la misma acción”
Es también conveniente conocer la reacción ante esos hechos de los tres candidatos de la campaña del 2006. La noche del 3 de mayo, en Tlatelolco (en el mismo lugar escogido por los estudiantes del movimiento yosoy132 para definir su estrategia y en donde escucharon las palabras de AMLO), el subcomandante Marcos llamó a la movilización de todos los participantes de La Otra Campaña. El EZNL encendió la alerta roja por los sucesos en el Estado de México (La Jornada, 4-05-2006). Pero, ¿Qué dijeron los partidos?, ni el PRI, ni el PAN, ni el PRD condenaron el operativo de Texcoco. Marcos llamó a Madrazo “criminal”, a Calderón “fascista” y a López Obrador “embaucador” (La Jornada, 9-05-2006). La respuesta de Madrazo fue apoyar el operativo de EPN, Calderón dijo que él hubiera hecho lo mismo y AMLO “enmudeció”, para evitar comprometerse, por consiguiente, en ese entonces, se publicó lo siguiente: “¿Qué podemos esperar de esa gente que no se atrevió a pronunciarse ante estos hechos?” (Reforma, 3-05-2006), sin embargo, seis años después, los estudiantes de la Ibero, al amparo de su ignorancia, ovacionaron a AMLO y a EPN le llamaron asesino.
Para EPN, representó un gran dilema como actuar en relación sobre el enriquecimiento del ex gobernador Arturo Montiel Rojas, si lo investigaba a través de la procuraduría de su propio Estado y, al final, no se le podía demostrar nada ilegal, se le hubiera venido una avalancha de quejas, reclamaciones y críticas, al suponerse, dada su relación con el mismo, que lo había “ayudado” a salir bien librado. Por consiguiente, tomó la decisión más acertada para el caso: turnó su expediente a la PGR, en un acto público. Dicha acción, a pesar de haberla ya repetido hasta el cansancio, incluyendo a los estudiantes de la Ibero, sigue sin ser asimilada por sus acusadores y, por lo visto, seguirá incomprendida indefinidamente. Lo curioso es que, nadie se ha preocupado por solicitar a la PGR información sobre el resultado de sus investigaciones, si es que las hizo. Tampoco, al estar enterada, indirectamente, de lo declarado por EPN, la PGR ha confirmado ni negado lo dicho por él, ha preferido un silencio, muy conveniente, para mantener la duda.
Con el objeto de no hacer demasiado larga esta exposición, al haber recibido críticas, muy atinadas, sobre anterior, dejaré, si me lo permiten, para una tercera parte, mi opinión sobre las peticiones y temores de los integrantes del movimiento yosoy132.
Inclusión de última hora.
Al haber leído anoche en el portal de Milenio, que aparece a esa horas (en donde incluyen algunas noticias generadas durante el día), una noticia que convirtió mi preocupación por el futuro este movimiento ya en verdadero temor por sus repercusiones, de alcances impredecibles, según la frustración que puedan sentir este grupo de jóvenes, si no ven cumplidos sus deseos de que EPN no llegue a la Presidencia. Según la noticia, el movimiento yosoy132 solicitó apoyo internacional para impedir el retorno de un régimen autoritario en nuestro país. Dicha noticia no se ha reproducido, ignoro el motivo pero, debido a su gran importancia, considero necesario exponer lo absurdo de suponer que se pueda establecer un gobierno con dichas características, gane quien gane, independientemente de que se haya hecho o no la petición de referencia.
Josefina Vázquez Mota exhorta, prácticamente en todos sus discursos, a no permitir el retorno de un régimen autoritario, adicionalmente a otras descalificaciones en contra del PRI, y lo repitió recientemente en su visita a la Ibero, recibiendo un aplauso generalizado al terminar de pronunciarlo.
Se trata solamente de uno de los múltiples engaños utilizados por motivos electorales pero, muy efectivo si se utiliza en una audiencia ignorante de nuestro pasado.
Efectivamente, los gobiernos del PRI, durante muchos años, no solamente podrían haberse considerado un régimen autoritario sino, además, controlaban las elecciones, en donde siempre triunfaba el candidato impuesto por ellos pero, eso ya corresponde a nuestro pasado. También es cierto que, los gobiernos más recientes del PRI, fueron quienes contribuyeron más efectivamente a la instauración de nuestra democracia, con la creación del IFE (en el sexenio de Salinas) y su conversión en organismo autónomo (en el de Zedillo). Zedillo fue el primer presidente elegido democráticamente y, a diferencia de los dos presidentes siguientes, no intervino, en lo más mínimo, en tratar de impedir la alternancia. La segunda mitad de su gestión, gobernó con un Congreso de mayoría panista, que le impidió la aprobación de sus reformas estructurales, sin embargo, logró crecimientos económicos hasta del 7% anual. Ni ese régimen, ni los que pudieran sucederlo de gobiernos priistas, podría gobernar de manera autoritaria, es algo completamente descabellado, por ser nuestras condiciones actuales muy diferentes a las correspondientes a ese pasado. Solo se trata de una más de las falsedades difundidas por conveniencias electorales, pero que, ha encontrado tierra fértil en los jóvenes, debido a su ignorancia de nuestra historia y, por consiguiente, son presa fácil de la propaganda negativa. Nuevamente, mi preocupación ya se ha convertido en temor de las consecuencias que pueda tener la frustración de este movimiento, al no conseguir su objetivo principal.
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