Raymundo Riva Palacios |
SEGUNDO TIEMPO: Ahora sí podrá retirarse en paz. Las grandes expectativas que se tenían en Gabriel Quadri para que le diera hasta cinco puntos de la votación a Nueva Alianza se diluyeron en la medida en que cometió errores que le quitaron votos en el segmento conservador, derivados de su insistencia en el segundo debate presidencial sobre matrimonios gay y el aborto. No obstante, el partido mantuvo su registro, le abrió la puerta del Senado a Mónica Arriola, hija de Elba Esther Gordillo, y del Congreso a René Fujiwara, su nieto. La maestra jugó ajedrez. Su familia tomó posiciones en el partido que ella fundó —del cual no es miembro—, mientras que, como estaba arreglado de manera informal, respaldó a Enrique Peña Nieto en su lucha presidencial. Como hace seis años con Felipe Calderón, volvió a movilizar el magisterio para fines electorales. La estrategia, revelada por la disidencia magisterial, se denominó Operativo Ágora, mediante el cual salieron a promover el voto 27 mil activistas. El plan prometía captar cinco millones de votos el 1 de julio —el mismo número de votos que asegura Andrés Manuel López Obrador fueron “comprados” y forman parte de su impugnación—. ¿Qué tanto funcionó ese operativo? Imposible saber todavía. Pero ella, dicen sus allegados, está muy contenta, preparando en octubre lo que podría ser su retiro como dirigente viltalicia del sindicato de maestros y que venga el relevo en el magisterio en medio de honores y fanfarrias, y no como en los 90 con su antecesor Carlos Jongitud, con la cabeza en una charola de plata.
TERCER TIEMPO: Un tanque de oxígeno de seis años. Pues sí. Tenían razón aquellos sanguíneamente críticos de Andrés Manuel López Obrador. El tabasqueño se quiere perpetuar en su lucha por el poder, entendiéndose por esto la Presidencia. Pero nadie puede regatearle el mérito. López Obrador engañó con la verdad y tras el 1 de julio recuperó la energía y la vitalidad que parecía se le habían evaporado. En su hábitat, en el mejor ambiente para su desenvolvimiento político, aprovechó que le dejaron la arena de pelea libre y durante casi dos semanas incubó la idea de que la victoria de Enrique Peña Nieto había sido resultado de un fraude. Ya presentó su impugnación ante las autoridades electorales para que invaliden la elección presidencial, en cuyo fondo y forma, hasta este momento, se viste más de alegato político que de probatoria legal. Su camino es el mismo en el que ha andado desde hace casi 30 años. En 1991, en protesta por las elecciones municipales en su estado, Tabasco, realizó su primer Éxodo por la Democracia; en 1995, tras perder la elección por la gubernatura, hizo su segundo Éxodo por la Democracia. En 2006 organizó el gobierno legítimotras perder la Presidencia, y ahora, al reclamar como en esas cuatro ocasiones fraude electoral, prepara su Plan Nacional para la Defensa de la Democracia y la Dignidad. Tres décadas desde su defenestración como funcionario en Tabasco por su radicalismo, las movilizaciones sociales le han dado aire político. Hoy, como afirmaban sus críticos en distintos tonos, va por otro sexenio más. Si llega o no, será cuestión de tiempo, pero las ruedas de su maquinaria personal comenzaron a rodar.
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Twitter: @rivapa
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