Ricardo Alemán |
Mientras que las llamadas izquierdas insisten en que aún no concluye el proceso electoral –y descocados los "ternuritas" del #132, reclaman en embajadas que Enrique Peña Nieto no debe ser felicitado porque aún no es el ganador–, el candidato del PRI da pasos firmes en la construcción de su gobierno.
Y es que ayer, Peña Nieto dio a conocer a los tres principales colaboradores de la transición –entre lo que será su gestión de gobierno y la administración de Felipe Calderón–, y al general político responsable de la "defensa del triunfo" del mexiquense.
Sin embargo, lo más interesante del anuncio es que "los tres" que presentó ayer Peña Nieto son, al mismo tiempo, los futuros secretarios de Hacienda, Gobernación y Seguridad Pública, respectivamente. Y si tienen dudas, vamos por partes.
Peña Nieto presentó como coordinador de Políticas Públicas a su hombre más cercano; Luis Videgaray, sin duda el brazo derecho del candidato más votado y, por esa razón, el potencial jefe de gabinete. Por lo pronto, el talentoso Videgaray, será el encargado de preparar las iniciativas de reforma para el próximo periodo legislativo, así como la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción.
Pero una de las tareas fundamentales de uno de los "pilares del trípode" de Peña, será la de presentar las ternas de los futuros secretarios de Estado, que se encargarán de las posiciones del llamado gabinete económico.
El candidato más votado también presentó, como el número dos de su equipo, a Miguel Ángel Osorio Chong, pilar también fundamental del tripie que soportará la gestión de Peña Nieto. Osorio Chong es un operador político por excelencia; amigo personal del mexiquense y ex gobernador del estado de Hidalgo.
Durante la transición, Osorio estará encargado del Diálogo y el Acuerdo Político que, muy pronto, derivará en la alianza entre el PRI y el PAN, para hacer posible la legitimación política del futuro gobierno de Peña Nieto. Por eso, a partir de esas prioridades, su tarea en la administración peñista será como responsable de la secrearía de Gobernación.
Y el tercero de los "destapados", se llama Jesús Murillo Karam, también hidalguense; también operador político por excelencia, experto en asuntos electorales y, por si fuera poco, profundo conocedor del derecho y de la seguridad pública. Pero, sobre todo, el habilidoso Murillo es conocedor, como pocos, de la estrecha relación entre estas dos disciplinas; la seguridad pública y el derecho.
Por eso su destino en el gabinete de Peña Nieto será la secretaría de Seguridad Pública, en donde se apoyará en las dos habilidades que más domina --gemelas fundamentales para garantizar la seguridad perdida--, para diseñar las nuevas políticas en la guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico. En el fondo, Peña Nieto no solo regaló a los observadores "una probadita" de lo que será el trípode que soportará su gabinete, sino que envía la señal de que no estarán de vuelta los viejos cuadros del PRI.
Y llama la atención que mientras Peña Nieto sigue la ruta natural de quien se siente no sólo ganador sino que se cree el futuro presidente, en el otro extremo –el de las llamadas izquierdas–, se desgarran las vestiduras por lo que han dado en llamar "el fraude generalizado", sin que hasta el momento hayan podido presentar un sola prueba creíble de su dicho.
A su vez, y con un olfato político que desde hace 24 años los colocó en ruta de alcanzar el poder presidencial, los "jefes" del PAN se preparan para la que será su propuesta de legitimación del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los estrategas del partido azul tienen lista una propuesta de alianza, que supone la reedición del llamado PRIAN. Es decir, que es muy probable que los próximos seis años veamos una copia de lo que vivimos en los gobiernos de Carlos Salinas y Zedillo. Nos referimos a un acuerdo político en el que las partes –en especial el PRI y el PAN–, se comprometen a sacar adelante las reformas que requiere el país. ¿A cambio de qué sería posible una negociación como esa?.
El mayor estímulo es la aprobación de un conjunto de reformas que garanticen la creación de empleo, la estabilidad económica, la elevación de los estándares de seguridad y, sobre todo, que se podría acordar una nueva generación de reglas electorales y de transparencia, para acabar con la compra de votos, el clientelismo y otras prácticas que ofenden a la vida democrática.
Todo eso, mientras que el principal líder de las llamadas izquierdas insistirá hoy en un supuesto fraude que, salvo sus fanáticos, nadie sensato ha visto.
EN EL CAMINO:
Marcelo Ebrard iniciará campaña el 6 de diciembre. Así o más claro, que también ya dejó solo a AMLO.
Leído en: http://www.ricardoaleman.com.mx/itinerario-politico/2012/julio/2933-primeros-tres-del-gabinete-
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