jueves, 9 de agosto de 2012

Marco Levario Turcott - Disciplinas olímpicas: Levantamiento de pesas



Cuestión de pesos.
Es práctica inútil exponer gustos propios con afanes persuasivos, por eso solo escribo que el esfuerzo de cargar pesos mayores al de la propia masa corporal implica una disciplina que exige al atleta una preparación de las más completas que conozco. No solo se trata de tener muchos huevos (aunque la proteína sea clave); la preparación comprende una rigurosa dieta, entrenamiento cardiovascular y un alto grado de preparación mental que es lo que, en conjunto, hacen a esta disciplina un deporte de destreza y no nada más de fuerza bruta.



Con frecuencia se dice que este es un deporte de poca movilidad y gran intensidad, no es así. Creo, en virtud de que la preparación implica lo que dije líneas arriba, que el levantamiento de pesas implica fortalecer  cada músculo y sincronizar el cuerpo y la mente  al momento de levantar el peso que es, digamos, la síntesis que corona el esfuerzo y no el esfuerzo mismo.
Creo que el levantamiento de peso no trata de hombres y mujeres con capacidades distintas que sorprenden por su fuerza sino que trata de atletas provistos de vigor físico y actitud emocional para trascender al máximo los resultados de su esfuerzo. Por experiencia digo que llevar el cuerpo a esos límites detona emociones muy placenteras, un tipo de explosión interna que por instantes te permite abandonarte y verte a ti mismo impulsándote.
Y como sé lo que se siente, aun en niveles de aficionado, para mí fue  espectacular haber visto actuar en los juegos de Beijing al alemán Matthias Steiner en la máxima categoría (105 kilogramos) o a la impresionante china Chen Xiexia, en la mínima, de 48.  En estos días estoy seguro que veremos muchas marcas saltar hechas pedazos en las 15 categorías que comprende esta disciplina .
Como sólo asistirán dos halteras mexicanos, hombre y mujer, que no tienen oportunidad alguna entre los 260 que estarán en las pruebas de las dos modalidades básicas, observaré el buen nivel de los colombianos y cubanos, así como la excelencia de los polacos (integran una gran generación), la potencia de los azerbaiyanos por supuesto, la explosión de los chinos y los coreanos del norte sin descartar nunca a rusos, franceses y estadounidenses
Obvio, mis ilusiones están puestas en que la española Lidia Valentín Pérez logre la medalla que buscó en los juegos pasados y no logró; la leonesa llega con mayor madurez y números impresionantes en los campeonatos europeos de los últimos cinco años. Otra expectativa es que el colombiano Oscar Figueroa Mosquera al fin escuche el himno de su país desde el podio de medallistas luego de que en Beijing perdió la oportunidad debido a una lesión en la mano.
En fin, desde ahora tengo contenido el grito de apoyo que es como gutural y no de gol o algún ¡vamos muchaches!, sino algo parecido a un grrr.

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