Sara Sefchovich |
Según Ramón Cota, “el gobierno de Calderón será recogido por la historia como un sexenio fecundo en un mar de dificultades, contingencias, frustraciones, decepciones e incomprensión”. En cambio, según Lorenzo Meyer, “habrá varios juicios sobre el calderonismo y quizá sean más los negativos que los positivos”.
¿De qué depende que la mirada sobre un mismo gobierno pueda ser tan diferente? Las diferencias tienen que ver con todo: la guerra contra el narco, el crecimiento, la pobreza, el sistema de salud pública, el empleo, la infraestructura construida, la situación del campo, el respeto a los derechos humanos y un largo etcétera.
En el caso de la guerra contra el narco, aunque el gobierno ha asegurado que “la estrategia anticrimen es la correcta y ha rendido frutos”, y aunque algunos estudiosos han dicho que “México es menos violento hoy que hace tres lustros”; para otros, “la violencia se ha multiplicado radicalmente”. Un estudioso afirma que entre 2007 y 2010 los homicidios intencionales pasaron de 8 mil 900 a 25 mil 500 por año, “un incremento de una magnitud que no tiene precedentes y que es incluso dos veces más rápido que el experimentado por Colombia durante la guerra contra Pablo Escobar”. Y aunque ese mismo especialista aseguró después que desde 2011 se observaba una disminución en los delitos violentos, concluyó que “no es un resultado que invite a la complacencia. Al día de hoy ocurre un asesinato en México cada 26 minutos, en promedio”.
Por lo que se refiere al crecimiento, el gobierno habla de una “buena recuperación” del producto interno bruto, de la inversión privada y la extranjera y del comercio tanto en importaciones como en exportaciones y algunos analistas están de acuerdo y hasta afirman que “en algunas mediciones como el crecimiento e inflación estará entre los mejores”. Pero otros no ven razones para tanto optimismo. Según la OCDE, “el crecimiento en México en los últimos 20 años es decepcionante” y varios estudiosos piensan igual: “mientras otros países latinoamericanos empezaron a correr, la economía mexicana resultó ser aún demasiado lenta” escribió uno, y otro dijo que “un análisis serio de la realidad actual lleva a afirmar que no podemos estar satisfechos con una estrategia económica con crecimiento de la economía notoriamente insuficiente, que ha congelado peligrosamente el ingreso per cápita y ha mantenido a la economía mexicana fuera del grupo de los BRICS”.
Por lo que se refiere a la pobreza, mientras el INEGI afirmó “que la pobreza extrema se redujo 23% y que la desigualdad también descendió de 48 a 43 puntos” y en actos públicos el presidente aseguró que estaba entregando el programa Oportunidades a la familia 6.5 millones, al beneficiario 2.5 millones de 70 (dos días después la cifra que daba ya era de 3 millones) y la constancia un millón de estancias infantiles, por esas mismas fechas, un informe de la SHCP sobre el ejercicio del presupuesto del gobierno federal hizo evidente que durante los primeros meses del año 2012 “no se ha destinado ni un solo peso” a programas de tipo social, cultural, de investigación científica y educativos.
Y, sin embargo, algunos intelectuales comparten el optimismo presidencial y aseguran que “hoy México por fin se ha convertido en una sociedad de clase media. La clase media representa ya la mayoría de la población”. Pero según la Cepal, entre 2008 y 2010 hubo un incremento de más de 3 millones 600 mil personas en condiciones de pobreza y cerca de 4 millones de indigentes, y según el Coneval: “entre 2008 y 2010, el número de personas en situación de pobreza pasó de 48.8 millones a 52 millones”. De esos 30% corresponde a pobreza extrema.
Seguiré con este balance del sexenio la próxima semana, mostrando las diferentes maneras en que se le analiza.
sarasef@prodigy.net.mx/www.sarasefchovich.com
Leído en: http://www.periodicocorreo.com.mx/editoriales/52339-balance-del-gobierno-de-calderon-19-08-2012.html
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