viernes, 5 de octubre de 2012

Hilda García - Y aún hay más...

Hilda García
El ex presidente Vicente Fox Quesada condenó a unas horas de la noticia, el asesinato de José Eduardo Moreira Rodríguez, hijo del ex gobernador de Coahuila y ex dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira. Fox mismo arremetió contra la guerra del Gobierno federal en contra del crimen. 

En un comunicado titulado “Condeno enérgicamente el asesinato de José Eduardo Moreira Rodríguez”, el ex mandatario señaló que como producto del combate al crimen organizado por parte del gobierno federal han muerto más de 3 mil 500 policías y soldados, así como unos 80 mil ciudadanos “caídos en las balaceras interminables”. 





Y es cierto… una gran mayoría coincide con esa idea, que solamente nos ha llevado a una espiral de violencia que pareciera no terminar y que con la muerte de Moreira Rodríguez queda claro que aún hay más por esperar en esta batalla o grupo de batallas. 

Hay quienes dicen que es una venganza, pero pareciera que si el mensaje es “familia por familia” el mensaje va mucho más allá de una vendetta. Se convirtió en una advertencia de lo que podría vivirse en el próximo sexenio. 

Apenas hace unos días, el mismo Felipe Calderón, quien aún es el presidente, y a quien se le atribuye la dirección en la lucha contra el narcotráfico, habló de su satisfacción por el combate a la delincuencia organizada, tarea que indicó, le ha dedicado alma, corazón y vida. Es decir, no importa lo que las voces de la academia, el periodismo o la sociedad civil comenten, denuncien o vivan. Simplemente se siguió adelante porque no iba a bajar la guardia. 

Enrique Peña Nieto asumirá la presidencia en unas semanas y promete cambiar la dirección de la lucha contra el narcotráfico. Prometió establecer una nueva agenda bilateral con Estados Unidos para combatir el tráfico de drogas y, a la vez, nombró al general colombiano Rogelio Naranjo Trujillo como su asesor en seguridad. 

Bajo este esquema, la presidencia de origen priísta pareciera a muchos de los votantes como una salida al tema de la violencia. Para muchos, el país estaba mejor bajo el priísmo que sin importar si coptaba o restringía libertades, no había violencia en México. Por eso, muchos, más allá de las tarjetas de Soriana y lo guapo que puedan ver al próximo mandatario, votaron por el PRI. Por la posibilidad de vivir en paz en sus poblaciones y de proteger a sus familias.

A menos de 24 horas de ocurrido el asesinato del joven de 25 años, la PGR ya abrió un expediente, se ha iniciado una investigación y tendrá que determinarse qué grupo es el que buscó vengarse y de qué… tan sólo en las últimas tres semanas la violencia en Coahuila se ha intensificado. 

132 presos se fugaron de la cárcel, colgados, ejecutados y levantados fueron las noticias de todos los días. Ahora, el asesinato de un prominente político abre la antesala a una reunión de seguridad para Coahuila en la que más allá de los lamentos tendrán que ponerse las bases de lo que tendrá que ser la nueva estrategia o las mecánicas del próximo gobierno a nivel nacional. 

No está claro que por el simple hecho de que el PRI haya ganado se recuperará la paz. Este asesinato contra el hijo del ex líder del PRI pone en evidencia que las reglas del juego… o mejor dicho las no reglas del juego se siguen escribiendo bajo la línea de violencia y que el gobierno entrante tendrá que establecer nuevas estrategias que hagan que México recupere la paz. De no ser así, pareciera que México aún no toca fondo y nos queda aún más por ver… por vivir.

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