Desde hoy y hasta el próximo lunes 19 los comerciantes del país intentarán vender todo lo que puedan, seduciendo a los compradores con rebajas de verdad o con artilugios de cualquier índole para vencer las resistencias de los curiosos consumidores. Es una verdadera guerra de voluntades.
Desde el año pasado, los comerciantes mexicanos -con la ayuda entusiasta del gobierno- decidieron intempestivamente importar el modelo del “Black Friday” estadunidense que es, quizá, el mayor desenfreno de compras que se ve cada año en el mundo. Una verdadera “fiebre” sintomática de la sociedad de consumo contemporánea.
Aquí se le ha llamado El Buen Fin y aunque está lejos de convertirse en el fenómeno “psicosocioeconómico” que es actualmente en la sociedad estadunidense -debido a las diferencias en el poder adquisitivo de la población, los patrones de consumo y la idiosincrasia de los pueblos- la fuerza de la mercadotecnia atraerá a miles de mexicanos a las tiendas este fin de semana.
Si su voluntad de consumidor está a punto de ser doblegada, le recuerdo cuatro reglas para que lo piense un poco:
1. No hay que olvidar que el dinero que se posee es un medio -por cierto altamente inestable en momentos de crisis como los que vivimos- para satisfacer las necesidades. Esta es una regla que muy a menudo se olvida cuando se está frente a una tienda llena de cosas que no necesita o cuando posee una tarjeta plástica con dinero que no tiene.
2. No ponga por delante su afán de consumir. Se ha generalizado una falsa idea que es “oro molido” para la mercadotecnia de los comerciantes: Que el manejo de mi economía parte de lo que deseo poseer, no de lo que soy capaz de producir o ingresar. Con mentiras como éstas se alimenta la mercadotecnia que crea “necesidades artificiales” obligando a los consumidores a trabajar horas extras para poder suplirlas. Un consejo para estos días de “grandes descuentos en productos que no necesita”: ¡Nunca se ahorra gastando!
3. Establezca prioridades, sin ellas sólo será un rehén. Entrar a una tienda sin saber qué comprar es firmar de antemano un voucher en blanco. Priorizar es decidir llevar a cabo un plan de lo que hará con su dinero para suplir su bienestar a partir de sus ingresos presentes. Aunque parezca extremo, es importante aprender a vivir con menos de lo que ingresa.
4. Detenga los riesgos. En pocas palabras: no deje su prosperidad potencial a sus impulsos, a la suerte, a los banqueros o a los comerciantes. Las deudas, el despilfarro y el desorden son los mayores riesgos que atentan en contra de su estabilidad financiera presente y su prosperidad futura. Por eso le voy a decir algo que va a molestar a algunos banqueros: Las tarjetas de crédito -como cualquier arma de doble filo que requiere de carácter y entrenamiento para manejarla- no son para todos. Así que tenga cuidado con los riesgos que asume.
No intento satanizar El Buen Fin, el “Black Friday” o el “Cyber Monday”. Al final son campañas comerciales masivas hechas con una depurada estrategia de mercadotecnia para obtener ganancias por volumen de ventas. Pero sí se trata de lanzar un SOS a la decisión de quienes se nos llama “consumidores” en esta alocada “guerra de voluntades”.
samuel@arenapublica.com | @SamuelGarciaCOM | www.samuelgarcia.com
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