Tengo décadas escribiendo sobre el acoso y asesinato de defensores de derechos humanos.
Inaceptable es que sigue dándose como si no hubiésemos tenido alternancia.
El martes 23 de octubre por la mañana Ismael Solorio y su esposa Manuela Solís se subieron
a una camioneta Ford Lobo
para ir a un hospital del ISSSTE
en la capital de Chihuahua. Él
era dirigente de El Barzón en
un ejido, ella maestra de escuela.
Avisaron que eran seguidos
cuando circulaban por una
brecha; más tarde aparecieron
muertos. A él le dieron un balazo
en la cabeza, a ella en el
abdomen. Una semana antes
habían golpeado y amenazado
a Ismael; el Gobierno de Chihuahua
no hizo nada para protegerlo.
Una tradición mexicana es
el saqueo de sus abundantes
recursos naturales. El método
empleado es muy sencillo:
aunque no se cumpla con las
exigencias de la ley los "desarrolladores"
construyen, perforan
o desmontan. A partir de
ese momento los perpetradores
defienden el hecho consumado
con determinación y beligerancia.
La mayoría de las veces tienen
éxito porque cuentan con
la complicidad o la anuencia
de políticos o funcionarios y
con los infinitos recursos que
el litigio ofrece. A los cambios
ilegales del uso del suelo le han
entrado aguerridos perredistas,
el frívolo Niño Verde en
Cancún, los priistas solemnes
o los panistas ceremoniosos.
Es un manantial inagotable de
dinero fácil.
Son también expertos en
doblegar la resistencia de las
comunidades (cuando la hay,
porque en México la participación
social es bastante rala).
Lo común es que la protesta se
diluya por la lentitud y el costo
que tienen las gestiones y
los litigios, o por los discretos
"arreglos" con líderes venales.
Hay casos en los que el conflicto
crece porque el agravio es tan
profundo como sólido el liderazgo
y la organización. Esta
dinámica tiene etapas.
Una indispensable es el rompimiento
de los inconformes
y el funcionario a cargo del
asunto. Cuando hay conflicto
los afectados visitan al responsable
que solícito ofrece mediar
entre empresario y comunidad
¿quién no conoce las mesas de
diálogo?).
Cuando no hay solución
y los agraviados hacen
denuncias públicas, el político
se "siente" ultrajado y responsabiliza
de intransigentes a los
afectados (a veces lo son). Entonces
inicia la difamación que
es la antesala de la eliminación.
Me dicen personas en cuya
buena información y juicio confío
que Ismael y Manuela eran
líderes auténticos, incorruptibles
y eficaces en el combate a
quienes afectaban a los ejidatarios
de Benito Juárez, municipio
de Buenaventura: los granjeros
menonitas que perforaron pozos
para regar sus cultivos quitándole
el agua a los oriundos y
la minera El Cascabel, filial de
la canadiense Mag Silver Corp.
que empieza a devastar esa parte
de México. Los compañeros
de la pareja asesinada señalan
como presuntos responsables a
granjeros o mineros.
Chihuahua es una entidad
polarizada por la violencia. En
aquel estado hay un sector de la
sociedad organizado que critica
desde hace años a la autoridad
por su incompetencia. Hay
poderosos que ven con rencor
a los beligerantes defensores.
El Gobernador de Chihuahua,
César Duarte, declaró ante la
Comisión Interamericana de
Derechos Humanos que los y
las defensoras lucraban con el
dolor y querían desprestigiar
al estado de Chihuahua. En El
Heraldo de Chihuahua se acusaba,
el 14 de octubre, a Ismael
y a El Barzón de "extorsionar" a
la minera y comportarse como
"gánster[s]".
El caso de Ismael y Manuela
no es aislado. Si tomamos las
protestas contra mineras canadienses,
Mariano Abarca fue
asesinado en Chiapas después
de enfrentarse a Black Fire Exploration
Ltd., Bernardo Méndez
murió en Oaxaca por un
conflicto con Fortune Silver Inc.
La inversión extranjera es beneficiosa,
pero no en todos los casos
y con ciertas restricciones. Por
esos conflictos y por la guerra
contra el narcotráfico vivimos
una epidemia de acoso contra defensores
y periodistas frente a la
cual el Estado mexicano muestra
su impotencia y desinterés.
¿Cómo frenar una sangría
que debilita el funcionamiento
de nuestra democracia? La
situación mejoraría si funcionaran
adecuadamente los organismos
públicos de derechos
humanos (uno de los sistemas
más grandes e ineficaces del
mundo). Por ejemplo, la Comisión
Nacional de los Derechos
Humanos podría hacer mucho
más, lo que depende de que ahora
sí funcione la Comisión de
Derechos Humanos del Senado,
presidida en esta legislatura por
la perredista Angélica de la Peña.
En otras palabras, ya existen
las instituciones que mediarían
conflictos y evitarían asesinatos
tan absurdos como el de Ismael
y Manuela. Depende del
Senado que cumplan.
La miscelánea
Después de publicada la
columna de la semana pasada
("Patio trasero") recibí información
sobre la firmeza con la
cual el embajador Arturo Sarukhán
ha enfrentado públicamente
el ofensivo contrabando
de armas a México. Desafortunadamente
es un caso aislado.
Su ejemplo no fue seguido ni
por la Cancillería ni por Los
Pinos.
Comentarios: www.sergioaguayo.
org;
Twitter: @sergioaguayo;
Facebook: SergioAguayo
Quezada
Colaboró Paulina Arriaga
Carrasco
Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104
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