Ademanes, fintas, pausas. El Gobierno Federal y el PRD terminan la semana sin abrir cartas en sus respectivas iniciativas de Reforma Energética.
Ante los amagos de madruguete de algunos perredistas, previos a la reunión privada de ayer con Cuauhtémoc Cárdenas para revisar el avance del documento, el presidente del partido, Jesús Zambrano, pidió rápidamente la palabra y me aclaró: “Hemos dicho que la presentación pública y formal, unificada, con un solo punto de vista de todo el PRD, la haremos hasta después de que el gobierno presente su propuesta; así lo tenemos acordado y así va a ser”.
Punto final. Aguarden a la próxima semana. Aunque en el caso del PRD no tendrían por qué existir demasiadas incógnitas. Muy temprano, en enero, presentaron sus “ocho puntos estratégicos” que, si se restan las generalidades de los puntos cuatro, seis, siete y ocho, son en realidad cuatro: cambio en el régimen fiscal de Pemex, autonomía presupuestal, autonomía de gestión y tarifas, precios y subsidios de combustibles y electricidad para el acceso equitativo a la energía.
Zambrano repitió ayer que quieren una propuesta “muy firme, pero sin tocar los puntos constitucionales”. Cuauhtémoc Cárdenas, en cambio, ha expresado que si una reforma constitucional fortalece los ocho ejes del PRD, debería analizarse.
Esa puede ser la clave del ir y venir de unas cuantas palabras, puntos y comas en el borrador del Gobierno Federal. Cómo redactar para que el PRD dé algo parecido a un sí, sin que el PAN lo repruebe.
Y el PRD, claro, juega, muy bien, el enséñame primero el tuyo y te enseño el mío.
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