miércoles, 21 de agosto de 2013

Jorge Camil - Lo que el presidente Cárdenas quiso decir...

En julio pasado escribí en El Universal que en el tema del petróleo el presidente Enrique Peña Nieto estaba en una encrucijada (http://bit.ly/17RhMc2). Tras sus declaraciones al "Financial Times", donde anunció que su reforma energética sería "transformadora", el Presidente desató una tempestad.
Para la izquierda violenta el adjetivo presidencial significaba la venta de Pemex. Pero la alarma subió de tono cuando aseguró que la reforma incluiría "las enmiendas constitucionales necesarias para dar seguridad a los inversionistas". Eso convenció a la izquierda que México pretendía la privatización de Pemex.




Por eso, al momento de presentar la iniciativa, el Presidente se anticipó a los enemigos de la reforma. Trató de calmarlos con una declaración destinada a no dejar dudas: "Pemex no se vende, ni se privatiza… porque el petróleo y la renta petrolera seguirán siendo de los mexicanos". Pero como eso tenía sus bemoles, el Presidente añadió que su iniciativa se basaba en las "ideas fundamentales de las reformas del presidente Lázaro Cárdenas" (se refería a las reformas de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional de 1940, dos años después de la expropiación, que permitían celebrar contratos con los particulares para la exploración y explotación del petróleo).
Pero las referencias al presidente Cárdenas no convencieron ni tranquilizaron a todos. Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del general, fundador del PRD y adalid de un "no rotundo" a la iniciativa presidencial, consideró "falaz y ofensiva la utilización de la figura de (su padre) para justificar e impulsar… una antipatriótica y entreguista propuesta de reforma energética".
Está convencido de que mediante la reforma al Artículo 28 Constitucional se pretende eliminar a Pemex de la cadena productiva del petróleo: una privatización disfrazada…
Por otra parte, el rescate de Lázaro Cárdenas para apoyar la reforma energética del gobierno no fue una decisión afortunada. Muchos están conscientes de que al general lo tenían olvidado los globalizadores priístas que se separaron del nacionalismo revolucionario; los globalizadores que abrazaron el neoliberalismo económico, sin dejar de celebrar el aniversario de la expropiación el 18 de marzo.
Ahora se trataba de bordar fino, de encontrar en lo más recóndito del pensamiento cardenista, "palabra por palabra" como anunció el presidente Peña Nieto, argumentos para apoyar la apertura de los hidrocarburos a la iniciativa privada, que es el meollo de su propuesta.
Cuauhtémoc Cárdenas buscó también en los archivos de su padre, y encontró una carta que el ex presidente le envió en 1968 a Jesús Reyes Heroles, cuando era director de Pemex. El hijo del general la publicó recientemente en La Jornada, como prueba de que el pensamiento de su padre sobre política petrolera continuó evolucionando hasta su muerte, en 1970 (http://bit.ly/1cjeZ0L).
Aunque la carta del general está llena de conceptos políticos de izquierda (de la verdadera, no de la electorera que maneja López Obrador), en ningún momento se retracta de la apertura que permitió en 1940, cuando el ex presidente negociaba un arreglo para indemnizar a las compañías petroleras.
En 1968, Cárdenas apoyaba otras causas progresistas: la reforma agraria, los presos políticos, la soberanía, la autodeterminación y la paz. Eso explica por qué al final del documento le advierte a Reyes Heroles que "los consorcios petroleros han ejercido incentivos y presiones para desviar a la industria nacionalizada de sus objetivos iniciales".
El 18 de agosto pasado en Reforma, Enrique Krauze recordó la negativa de Cárdenas a la participación privada, en particular la extranjera en la industria petrolera, cuando López Mateos, "pretendiendo ser más cardenista que Cárdenas, selló la imposibilidad constitucional a toda participación privada y afianzó el monopolio de Pemex. (Lázaro) Cárdenas acudió a felicitarlo"…

www.jorgecamil.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.