Economía, violencia, desgobierno…
Peña Nieto no puede entrar al Congreso. Peña Nieto tiene que dar el mensaje desde su casa. Peña Nieto no va a Michoacán. Peña Nieto arrinconado por la violencia. Peña Nieto agobiado por la economía en picada. Peña Nieto sometido por las amenazas políticas del PAN y del PRD. Peña Nieto ahogado por la incompetencia de su gabinete. Peña Nieto doblado por el PRI de siempre.
El de México es un Presidente sitiado.
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A Felipe Calderón lo crucificaron por haber entrado “por la puerta trasera” del Congreso de la Unión, entre protestas de perredistas, rechiflas y acusaciones de fraude electoral. Eso hace casi siete años. Hoy, su sucesor ni siquiera puede entrar por esa puerta.
En tiempo récord –apenas nueve meses de gobierno–, Peña Nieto y el PRI –no hay nuevo ni viejo PRI, hay uno, el mismo, el de siempre–, han dilapidado un capital político acotado, cierto, pero obtenido a través de las urnas y, por tanto, legítimo.
De cara a su Primer Informe de Gobierno, Vicente Fox tenía aprobación ciudadana del 62%. Felipe Calderón, del 66%. Peña Nieto anda apenas en 56% (Fuente: Consulta Mitofsky).
La capital del país sitiada, como Peña Nieto.
Mientras el Jefe de Gobierno del D.F., Miguel Ángel Mancera, se esconde debajo del escritorio, se inventa una “lesión en el tobillo” para no correr en el Maratón y evitar así exponerse al vituperio público, y prefiere viajar por helicóptero, el Presidente ignora el mandato legal de que él es el responsable de la Policía del DF y que por ello tiene facultades para intervenir en la seguridad capitalina.
Fox corrió a Ebrard por incompetente en el caso de linchamientos en Tláhuac.
Peña evade su obligación constitucional y prefiere encerrarse en la casa presidencial en lugar de asistir al Congreso, ya que corre el riesgo de ser devorado por la furia magisterial.
Sitiado por la CNTE. Sitiado por la incompetencia.
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En México hay entidades bajo virtual estado de sitio, controladas por el crimen organizado, sometidas por las armas y la violencia.
Michoacán es una de ellas. A Michoacán no puede ir el Presidente de la República… porque así se lo aconsejan sus asesores. No ha puesto un pie en ese estado durante todo su gobierno. Es un mensaje pésimo, agraviante para los michoacanos.
El Presidente no puede entrar a Michoacán.
Qué pena. El Presidente soslaya la violencia en su mensaje del lunes pasado en Los Pinos –rodeado de aplausos fatuos, de la parafernalia vergonzante y de la lambisconería oficiosa, convenenciera y sexenal– y evita citar la cifra de muertos. ¡Ah, qué Presidente tan olvidadizo!
Pero allí está el prestigiado semanario Zeta, dirigido por la colega de letras en SinEmbargo, Adela Navarro, para recordarnos que mexicanos siguen cayendo como moscas: en el gobierno de Peña Nieto se registran ya 13,775 ejecuciones. Nada más.
Peña Nieto lee su mensaje y evade esa cifra que duele: la de los muertos. Son números que le incomodan, le irritan. Y por eso prefiere omitirlos. Error grave: ignorar no significa solucionar.
Error grave, haber desaparecido la SSP federal en diciembre de 2012, sin nada que la sustituyera.
Error grave, anunciar una Gendarmería amorfa, sin pies ni cabeza ni corazón.
Error grave, ocultar la información en un país con más muertos que nunca.
Y los errores ignorados llevan al aislamiento. A estar sitiado por sí mismo.
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“Es la economía, estúpidos”, advierte la clintoniana frase. Pero en Los Pinos no la escuchan. Doble a nada a que ni el Presidente –divorciado de los libros y, por tanto, desenchufado del mundo–, ni sus colaboradores, han leído alguna biografía de Bill Clinton. O al menos conocer cómo manejó a su gobierno.
En Los Pinos pretenden manejar a la economía nacional como si aún estuvieran en Toluca, cerrándole la llave de los dineros a los municipios que protestan, apretando con represalias financieras a la oposición, manejando los presupuestos más con sentido político que monetario. Otro error grave. Gravísimo.
Y allí están las consecuencias.
Éstas son las cifras del gobierno peñista que, por cierto –¡otra vez se le olvidó!–, no mencionó el Presidente en su mensaje:
1) Entre mayo y junio salieron del país… ¡13,800 millones de dólares! Alrededor de 178,000 millones de pesos. Mucho cuidado.
2) La creación de empleos es el renglón más pobre y mediocre del gobierno federal: de acuerdo a cifras del IMSS, durante junio tan sólo se crearon… ¡2,519 nuevos empleos!, cifra menor en 97% respecto de igual mes del año pasado. Es la cifra de la vergüenza.
3) Creceremos apenas por encima del 1% este año. “Hay minicrisis en México”, advierte Standard & Poor’s.
4) Octavo gasolinazo del 2013. Once centavitos más que usted dirá: “¡ah, es muy poquito”! ¿Poquito? Agárrese: en los últimos 42 meses, el litro de gasolina Magna –la de mayor consumo–, ha aumentado un… ¡50.4%! Y en lo que va del año, el incremento es de 88 centavos. Haga cuentas.
“El entorno exterior frenó nuestro crecimiento”, soltó Peña Nieto en su mensaje en Los Pinos. Huele a pretexto. A excusa.
Ese “entorno exterior” no es otro más que Estados Unidos.
Con bordado fino, Felipe Calderón –vía Twitter poco después del mensaje presidencial–, corrigió y de paso exhibió, de manera sutil, a Peña Nieto. Textual de su cuenta: “Sorprende crecimiento anualizado de la economía de Estados Unidos en el 2o trimestre: 2.5%, mayor al 1.7% estimado originalmente”.
¡Tómala!
Calderón neutralizó, en 140 caracteres, la explicación de Peña Nieto sobre el “entorno exterior”.
“Es la economía, estúpidos”. Y la economía ha sido siempre el punto débil de los priistas. De López Portillo a de la Madrid. De Salinas a Zedillo.
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“Chuayffet, ayer, mira de reojo la escena: después de saludar a sus compañeros de gabinete, Peña Nieto trepa los escalones para hacer lo propio con el Gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, y con el Ombudsman, Raúl Plascencia. En su camino, el Presidente se pudo haber acercado al Secretario de Educación, pero no lo hizo”, relata la crónica de los reporteros Mayolo López y Érika Hernández en Reforma.
Peña Nieto le hace el fuchi a Chuayffet.
Y eso que lo admira, dicen.
Al Presidente le falló el Secretario de Educación.
Al Presidente le están fallando los secretarios del Trabajo y de Economía, incapaces de crear los empleos que se necesitan.
Al Presidente le falla el Secretario de Hacienda, convertido más en ujier presidencial que en responsable directo de las finanzas públicas.
Al Presidente le están fallando su gabinete, sus paisanos, sus hombres, sus amigos.
Mientras, PAN y PRD han tomado la manija del Pacto por México y un día sí y otro también amenazan y doblan al Ejecutivo. El famoso Pacto ya es un cachondeo político más desinflado que la selección del “Chepo”.
Y del otro lado, el PRI de siempre: el de la propaganda del Informe Presidencial al estilo echeverrista; el de los aplausos al presidencialismo; el de la demagogia y la retórica.
Las protestas sociales. La economía a pique. La violencia desbordada. Las fallas de gobierno. La ausencia de información. Todo ello aísla al Presidente de México.
Un Presidente sitiado.
Twitter: @_martinmoreno
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/04-09-2013/17143. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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