lunes, 27 de enero de 2014

Sanjuana Martínez - El congreso popular

Ante el desastre de la política nacional, ante el caos emanado de las reformas antisociales de Enrique Peña Nieto, ante la traición de la clase política enriquecida, ante la falta de oportunidades para la participación ciudadana; los cambios vendrán desde abajo, es decir, desde la sociedad civil. 

México aún puede aspirar a un futuro distinto. Y la forma de lograrlo es la acción coordinada de la ciudadanía. Es necesario revocar esas reformas que dañan a los mexicanos, particularmente la reforma energética. Y es posible hacerlo, gracias a nuestra Carta Magna. 







En las últimas semanas han surgido dos iniciativas valiosas: por una parte, la campaña del colectivo “El grito más fuerte” compuesto por artistas, intelectuales y otras personalidades, para sumarse a la solicitud a favor de una consulta popular para revocar la reforma energética en el 2015. Es la propia Constitución mexicana la que otorga ese derecho, consagrado en su artículo 35, el cual otorga a los ciudadanos el derecho de solicitar al Congreso la realización de una consulta, siempre y cuando el 2 por ciento de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral lo soliciten. 

La segunda iniciativa corresponde a la convocatoria para instalar un Congreso Popular bajo el argumento de que la clase política ha “traicionado” al pueblo y porque esa clase política enriquecida a base del saqueo en México y de la corrupción y connivencia con el crimen organizado, no ha escuchado a los ciudadanos y ha actuado en contra de sus intereses. La convocatoria del Congreso Popular se base en el hecho contundente de que la mal llamada “transición democrática” no ha logrado ofrecerle seguridad a los mexicanos, ni tampoco ha acabado con la corrupción; ni mucho menos, ha reducido o eliminado la pobreza extrema en la que el gobierno ha lanzado a la mitad de la población. 

Ambas iniciativas ciudadanas, exhiben los estertores del sistema político mexicano, la podredumbre de esa clase política sorda e indolente ante el clamor popular, la soberbia de un funcionariado elevado a la categoría de primera clase ciudadana a costa del resto de los ciudadanos; y por supuesto, el poder empresarial enriquecido a base de acuerdos infames con sindicatos y gobierno para seguir otorgando salarios de hambre a los trabajadores.

Este despertar ciudadano, surge después de muchos años de abusos continuos contra el pueblo. Es evidente que la clase política mexicana y no representa los intereses y deseos de los ciudadanos, tampoco las instituciones, cuya crisis ha generado el caos de la ingobernabilidad en la que Enrique Peña Nieto nos ha llevado. 

Tanta corrupción, tanta impunidad, han terminado por generar un hartazgo en los ciudadanos, un cansancio infinito que produce frustración, pero que lejos de quedarse en el silencio o en el sillón de confort, ha logrado cohesionar el grito más fuerte de esperanza por un México mejor, un México donde se respete la voluntad del pueblo. Finalmente el anhelo máximo, es que sean  los  propios ciudadanos, los artífices de nuestro destino. 

Hemos sido testigos de fraudes electorales, de la imposición de candidatos que no representaron ni representan el voto de los ciudadanos. Hemos sido testigos del saqueo de los recursos públicos, del robo descarado del dinero de los mexicanos por parte de gobernadores, alcaldes, senadores, diputados, funcionarios de primer y último nivel. Hemos sido testigos, del secuestro de las instituciones. Hemos sido testigos del uso burdo del duopolio televisivo a favor de los intereses del poder en turno. Hemos sido testigos de la unión de los peores intereses del gobierno y una parte de los medios de comunicación para censurar la realidad y propagar la desinformación, la más escandalosa manipulación noticiosa. 

Los ciudadanos estamos hartos de tanto engaño, de tantas promesas incumplidas. Estamos hartos de traiciones constantes contra el bienestar social. Estamos hartos de padecer aumentos indiscriminados, reformas antisociales como la laboral, la fiscal y la educativa. Estamos hartos de ver bajar cada día nuestras expectativas de progreso. Estamos hartas de padecer salarios ínfimos que no nos permiten el acceso a una vida digna. 

El gobierno y todos los partidos políticos han traicionado a los ciudadanos. Políticos, representantes populares y funcionarios se han olvidado del bien común y han preferido luchar por sus propios intereses para enriquecerse en el menor tiempo y esfuerzo posible. Ha llegado el momento de inaugurar una nueva etapa de lucha social en México. Un nuevo modelo de democracia popular que busque antes que nada, justicia social, distribución equitativa de la riqueza y representación auténtica en la toma de decisiones. Nuestros gobernantes no nos representan. Nos avergüenzan. 

Ha llegado el momento de ejercer el poder desde abajo, de construir ciudadanía. Ha llegado el momento de ejercer el poder con acciones pacíficas y coordinadas. 

Ha llegado el momento de cambiar a México. De nosotros depende. El puesto más importante no es el de Presidente. El puesto más importante en una verdadera democracia es el de CIUDADANO. 

www.websanjuanamartinez.com 

Twitter: @SanjuanaMtz 

Facebook: Sanjuana Martinez 

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