jueves, 6 de febrero de 2014

Salvador García Soto - El tercer factor

En un gabinete como el de Enrique Peña Nieto, diseñado para que el poder se reparta entre dos poderosos secretarios -el de Gobernación en la parte política y el de Hacienda en la parte económica y la administración pública- está emergiendo un nuevo factor de poder que se afianza en su cercanía e influencia con el Presidente. Desde la oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño Mayer, cobra cada vez más relevancia y, fuera de la esfera de Luis Videgaray, en cuyo grupo se ubicaba originalmente, hoy el jefe de asesores de Los Pinos empieza a moverse por su propio carril.

Distanciado de Videgaray desde hace algunos meses, Nuño ha retomado su influencia directa con el presidente Peña Nieto, con quien colaboraba como asesor en el gobierno del Estado de México, incluso antes que el secretario de Hacienda, y ha comenzado a avanzar ya por su cuenta al colocar a cercanos suyos en posiciones de poder. El caso más claro es el nombramiento de Enrique Ochoa Reza como nuevo titular de la Comisión Federal de Electricidad, cargo en el que el subsecretario de Energía sustituyó a partir de ayer a Francisco Rojas Gutiérrez.







Ochoa Reza ha desarrollado una cercanía directa con Aurelio Nuño, quien le encargó la redacción y elaboración de la propuesta de reforma educativa que presentó el Presidente al Congreso y que fue aprobada el año pasado. Se le considera el autor del concepto de evaluación de los maestros elevado a rango constitucional; también fue uno de los que redactaron la reforma de telecomunicaciones y participó en la elaboración de la iniciativa de la reforma energética. De ahí que el nuevo titular de la CFE sea un alfil del jefe de la Oficina de la Presidencia, y no cualquier alfil, sino uno clave en la aplicación de la reforma energética.

Pero los movimientos de Nuño Mayer comenzaron desde la negociación de las reformas presidenciales durante la cual se convirtió en el enlace y el negociador directo entre la Presidencia y el Congreso. Vino después el anuncio de la creación de la figura del vocero de la Presidencia, cuyo nombramiento recayó en Eduardo Sánchez, quien quedó bajo las órdenes del jefe del staff de Los Pinos. Con la figura del vocero, Nuño no sólo tomó el control de los mensajes de la Presidencia sino también el control de toda la comunicación gubernamental y de las dependencias federales, cuyas directrices son ahora fijadas desde la vocería que depende de la Oficina de la Presidencia, con lo que se le quitaron funciones a la Dirección General de Comunicación Social a cargo de David López.

Sólo que el avance de Aurelio Nuño desató fricciones directas con la Secretaría de Hacienda que aún no autoriza la nueva estructura operativa de la vocería de la Presidencia que, aunque fue anunciada desde el 22 de noviembre de 2013 por el mismo presidente Peña Nieto, que presentó a Eduardo Sánchez desde la ciudad de Querétaro, en la práctica aún no asume plenamente sus nuevas funciones porque no se han autorizado la estructura y los espacios físicos que ocupará esa nueva área en la residencia de Los Pinos.

Así que, sin hacer hasta ahora grandes cambios en su gabinete y sin modificar del todo su diseño original, el presidente Peña mueve sus fichas y genera equilibrios entre los dos pilares originales de su equipo de trabajo, elevando entre Miguel Osorio Chong y Luis Videgaray a nuevas figuras que cobran relevancia y fuerza en el gabinete, como la de Aurelio Nuño o incluso la del comisionado federal para Michoacán, Alfredo Castillo.

NOTAS INDISCRETAS… A punto de terminar una exitosa gestión como presidente de la Cámara de Diputados, Ricardo Anaya se llevó ayer la ceremonia oficial del 97 aniversario de la Promulgación de la Constitución con el mejor discurso pronunciado en el Teatro de la República de su natal Querétaro. El diputado panista cerró así con un mensaje directo y fuera de la pastosa retórica política, una presidencia de seis meses en la que pasó de ser un joven y desconocido legislador a un político que condujo de manera impecable los trabajos legislativos en medio de la complicada aprobación de reformas como la energética. “Unidad nacional frente a los asuntos que son de Patria, unidad nacional frente a los enormes retos de violencia que sufren varias regiones del país, unidad nacional para saber que hay tiempo para competir y tiempo para construir”, dijo el diputado panista que se llevó las palmas en el Constituyente Permanente. Anaya deja la Mesa Directiva a fines de febrero al también panista José González Morfín, según el acuerdo de las cúpulas del PAN que se dividió en seis meses para cada legislador la presidencia de un año que corresponde a los panistas. Así que el joven diputado dejaría la presidencia pero buscaría mantenerse en el candelero porque después de su actuación en la Mesa Directiva muchos lo ven como un serio prospecto para la gubernatura de Querétaro que se renueva en 2015… Los dados cierran con Escalera. Buena semana.


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