“Cualquiera que diga cuatro veces que no renunciará… lo hará”.
John Kenneth Galbraith
En México no suelen explicarse las renuncias de los funcionarios. Cuando se ofrece alguna razón, ésta siempre deja más dudas que certezas. El que la Secretaría de Energía haya anunciado ayer -muchas horas después de la difusión de la noticia- que Francisco Rojas había renunciado a la Dirección General de la Comisión Federal de Electricidad por “motivos personales” no ha hecho más que generar especulación.
La suposición generalizada, que se ve fortalecida por la “explicación” de la renuncia, es que Francisco Rojas, de 69 años, se oponía a la reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto. No hay que olvidar que Rojas es un priísta respetado pero de la vieja escuela. Como legislador se opuso abiertamente a los esfuerzos por abrir el sector energético a la inversión privada durante los gobiernos panistas, aunque todos los priístas lo hicieron; Manlio Fabio Beltrones, de hecho, defendía como líder parlamentario en los sexenios panistas una posición exactamente contraria a que hoy se ve obligado a respaldar.
En septiembre de 2013 conversé brevemente y de manera informal con Rojas. Le pregunté su opinión sobre la reforma energética. No debía ser fácil apoyarla a la luz de las posiciones que había asumido en el pasado. Pero él me respondió que no era problema. Aunque en lo personal siempre se había opuesto a la “privatización”, entendía las condiciones económicas que obligaban a la apertura. Rojas siempre ha sabido ser un jugador de equipo, pero la renuncia en vísperas de que se definan las leyes secundarias de la reforma energética sugiere una discrepancia de fondo.
El reemplazo en la dirección general de la CFE, Enrique Ochoa Reza, es un hombre que, por edad y trayectoria, aporta una mayor convicción a la reforma. Economista por el ITAM, abogado por la UNAM y doctorado en Columbia, Ochoa ha sido uno de los impulsores de la reforma energética en un gobierno en el que hay muchos representantes de esa vieja escuela que se resiste al cambio. Su papel como subsecretario de hidrocarburos en la Secretaría de Energía encabezada por Pedro Joaquín Coldwell ha sido importante. Una de las defensas más claras de la reforma la firmó el doctor Ochoa en un artículo en la revista Este País en octubre de 2013: “Ocho mitos y ocho respuestas para dialogar sobre la reforma energética”.
El nuevo papel de Ochoa en la CFE, sin embargo, es más complejo que el de impulsar una política de hidrocarburos en un nuevo mercado. Ochoa tendrá que manejar uno de los viejos armatostes del régimen revolucionario. Lejos de ser una empresa de clase mundial, la Comisión es una empresa obesa e ineficiente que no ha logrado digerir las operaciones de una Luz y Fuerza del Centro (LyF) que era un desastre total.
La incapacidad de la empresa para saber lo que consumen sus clientes, y por lo tanto para hacer cobros que cuando menos se acerquen a un consumo real, ha sido un factor crucial en la pérdida de respaldo popular a una medida, la extinción de LyF, que en un principio fue bien aceptada. La CFE vende una electricidad mala y cara, aunque en parte el problema radica en el precio del gas en México. La verdad no sorprende que se haya deteriorado la imagen de una paraestatal que se vio en algún momento como una entidad razonablemente eficiente.
El primer reto del nuevo director será simplemente mejorar el servicio. Medir los consumos y cobrar lo justo, es el primer paso indispensable. Después vendrá otro reto. La Comisión tendrá que aprender a sobrevivir en un nuevo mercado de electricidad en que por primera vez tendrá que enfrentar competencia.
VIOLENTOS
Oaxaca es el municipio más violento de México, seguido de Acapulco y de Cuernavaca. Esto lo afirma el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal que ha emitido un índice que considera el homicidio, el secuestro, la violación, el robo con violencia y la extorsión. En esta lista Tijuana se encuentra apenas en el lugar 41 y Ciudad Juárez en el 52.
Leído en http://www.am.com.mx/opinion/leon/motivos-personales-6847.html
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