jueves, 6 de febrero de 2014

Eduardo Ruiz Healy - Dos noticias: una buena y una mala

Ayer se difundieron dos noticias que tienen que ver con la marcha de la economía de nuestro país. Para el gobierno de Enrique Peña Nieto una fue muy buena, para la mayoría de los mexicanos una fue muy mala.

Empecemos por la buena.

 La calificadora de valores Moody’s elevó la calificación de la deuda soberana del gobierno de México, de Baa1 a A3. Esta calificación, como todas las demás que concede Moody’s, refleja la capacidad y voluntad de un gobierno de movilizar divisas extranjeras para pagar puntualmente los bonos denominados en monedas extranjeras que ha emitido.






Moody’s califica la deuda soberana de los países según sea especulativa o inversión. En la primera están las que califica, en orden descendente, de la menos a las más especulativa, con Ba1, Ba2, Ba3, B1, B2, B3, Caa1, Caa2, Caa3, Ca y C. En la segunda, las calificaciones van, también en orden descendente, desde la más segura hasta aquella que tiene elementos de especulación y representa un moderado riesgo crediticio, desde Aaa hasta Baa3, pasando por Aa1, Aa2, Aa3, A1, A2, A3, Baa1y Baa2.

La diferencia entre la anterior calificación y la recientemente obtenida es la siguiente. La Baa1 está clasificada como de grado medio, con algunos elementos especulativos y un moderado riesgo crediticio, superior a las deudas calificadas con Baa2 y Baa3, pero inferior a las calificaciones A. El A3 significa que la deuda es de grado medio superior con bajo riesgo crediticio. Mejor que las calificaciones B y C, pero un poco menos buena que todas las demás A.

Otros países 
cuyas deudas también han sido calificadas con A3 son: Malasia, Malta y Sharjah, uno de los siete emiratos que integran a los Emiratos Árabes Unidos.
Al anunciar el aumento de la calificación, la calificadora informó lo siguiente:
“El aumento de la calificación de México estuvo apoyado por cuatro factores específicos que están estrechamente vinculados con el proceso de reformas estructurales:
“Aprobación de una agenda integral de reformas que demuestra capacidad política para enfrentar problemas estructurales.
“Mejoras en las perspectivas económicas de mediano plazo asociadas a un mayor crecimiento potencial.
“Fortalecimiento de finanzas públicas a partir de mayores ahorros gubernamentales y creación de reservas fiscales para enfrentar contingencias.
“Un perfil crediticio soberano que ahora está alineado con el de países en la categoría “A”.”
Nuestro país debe ahora seguir realizando los cambios que requeridos para que la calificación de su deuda sea incrementada a A2, que es la que actualmente tienen Botsuana y Polonia y, ¿por qué no? a A1, que es la tienen la República Checa, Estonia, Israel y Omán.
Una mejor calificación significa que los inversionistas internacionales estarán mejor dispuestos a adquirir los bonos de deuda mexicanos y recibir menores rendimientos por su inversión. En pocas palabras, nuestro gobierno obtendrá créditos más baratos.
Esta es la buena noticia que recibió ayer el gobierno de Peña Nieto, similar a la del 19 de diciembre del año pasado, cuando la calificadora Standard & Poor’s también elevó la calificación de la deuda soberana mexicana, de BBB a BBB+.
Ahora vayamos a la mala noticia de ayer, la cual refleja la mala situación que estamos pasando los consumidores del país.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó: lo siguiente:
“En enero de 2014, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) elaborado de manera conjunta por el INEGI y el Banco de México presentó una caída mensual de 6.20 por ciento con datos ajustados por estacionalidad… se registraron disminuciones mensuales desestacionalizadas en los cinco componentes que lo integran… en el primer mes de 2014 el ICC se situó en 84.5 puntos (enero de 2003=100). Este nivel fue 15.5 por ciento menor al alcanzado en enero de 2013, cuando había sido de 100 puntos.
“… en el primer mes de 2014 el indicador que hace mención a la situación económica que se espera para los miembros del hogar dentro de 12 meses, respecto a la que registran en el momento actual, presentó un descenso mensual de 3.8 por ciento. El que capta la situación económica del país hoy en día comparada con la que prevaleció hace 12 meses decreció 4.65 por ciento a tasa mensual. El rubro que mide las expectativas sobre la condición económica del país dentro de un año respecto a la situación actual registró una disminución de 2.14 por ciento respecto al mes precedente. El componente que evalúa las posibilidades en el momento actual por parte de los integrantes del hogar, comparadas con las de hace un año, para efectuar compras de bienes durables, tales como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos reportó una caída mensual de 14.86 por ciento. Por su parte, el indicador que hace referencia a la situación económica de los integrantes del hogar en el momento actual frente a la que tenían hace doce meses , retrocedió 2.62 por ciento con relación al mes previo.”
En pocas palabras, los mexicanos sentimos que, en lo que a la economía nacional y personal se refiere, estamos peor que hace un año y que también estaremos peor en el futuro que ahora. Muy malas noticias también para las empresas que probablemente venderán menos este año que el pasado.
Lo de siempre: lo que es bueno para el gobierno no es necesariamente bueno para los gobernados. Lo que es malo para los gobernados es malo para todos.

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