"Algunas mujeres también pensamos en sexo todo el tiempo, ¿sabes?".
Mónica Soto Icaza
El erotismo, sin embargo, emerge siempre en momentos inesperados, especialmente en este mes de marzo en que, aunque la astronomía lo niegue, el clima nos coloca ya en la primavera.
Este lunes pasado escribía yo presuroso una columna en una mesa de un pasillo del Palacio de Minería donde se llevaba a cabo la Feria del Libro, en espera de una presentación, cuando un hombre que no conocía se me acercó y me dijo que me llevaba unos libros de una autora que tampoco conocía.
Los acepté pero no les presté mucha atención: el terror de la hora límite para la entrega de un artículo trasciende cualquier pensamiento en un columnista. Sólo más tarde, en la noche, empecé a hojear Amarte descalza, una colección de poemas con fotografías en blanco y negro.
Un par de días después leí Tacones en el armario, una novela cortísima o un cuento no muy largo. De la autora, Mónica Soto Icaza, me llamaron la atención el ingenio del lenguaje y su fino erotismo.
Es difícil alejarse de una narración cuando la primera frase dice: "Fausto hizo una fogata con mis tacones cuando se encontró mi colección de condones". Al continuar se encuentra uno con la historia de una mujer que se convierte en prostituta cara casi por azar tras enterarse de la infidelidad de su marido.
"Yo soy Ángela y son diez mil pesos la hora". La joven se arrepiente de lo que ha empezado. "Discúlpame, la verdad sólo estaba bromeando, ni soy prostituta ni cobro diez mil pesos". Pero el juego ya no se puede detener. "Así fue como empecé, en un departamento de lujo con un mentiroso".
Con el tiempo la fantasía erótica se convierte en realidad. "No era ambiciosa, por eso tenía máximo un cliente al día". Lejos de sentirse esclavizada, Ángela encuentra a través de su nueva profesión que el sentido de la vida no está en un marido sino en ella misma.
"El sexo salva vidas. Salvó la mía".
Amarte descalza es una colección de poemas también de tono erótico. "Mis martes solicitan dueño: busco a un compañero para practicar la danza del vientre en su cadera". Los poemas son breves, sencillos y evocadores.
"Róbame ese beso que me he negado a darte, / arráncame el vestido como si fuera un accidente, / succióname cual helado al fondo del cono, / provócame esos tres orgasmos que me debes". Las fotografías en blanco y negro de Miguel Schumman, con Xandra Orive como modelo, son evocadoras y se fusionan fácilmente con los textos.
Los dos volúmenes son publicados por Amarillo Editores A.C. Encuentro en la página de internet de la autora, monicasotoicaza.com, que ella misma es la editora. En la página se dice que la editorial ha publicado un centenar de obras.
Todo hallazgo de un autor es una alegría para un lector. Pero encontrar a una mujer de sensibilidad que recupera la literatura erótica -¿cómo no recordar a Anaïs Nin?- es un privilegio especial. Al final de Tacones en el armario se hallan unas frases, Manifiestos de Ángela, #porunavidasexy, que llevan la literatura erótica a los tiempos del Twitter: "Húndete en mis ojos mientras te pierdes entre mis piernas", "No soy fácil, soy táctil", "Cada uno de los tacones en mi armario posee un secreto distinto".
La historia de una mujer que encuentra un gozo erótico y satisfacción económica al convertirse en prostituta por la infidelidad de su marido no es lo que quiere ver hoy el gobierno neomoralista de la Ciudad de México. Por eso me ha parecido tan refrescante el descubrimiento.
El filósofo
Luis Villoro fue uno de los filósofos más importantes de nuestro país. Aun a sus 91 años, es una gran tristeza verlo partir. Si bien sus intereses fueron muy amplios, desde la fenomenología de Husserl hasta la epistemología, se le recordará por su defensa ética de los derechos de los pueblos indígenas.
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