sábado, 19 de abril de 2014

Jaime Sánchez Susarrey - Diccionario político

Clase política.- Conjunto de individuos que administran y gobiernan este país, la gran mayoría de los cuales se encuentra por debajo de la media moral e intelectual de la sociedad mexicana.

Colaloka.- La corrupción se ha transformado en el pegamento que da cohesión y solidez al sistema político. No, no es la ley ni la transparencia. Tampoco la lealtad ni los principios. El tránsito por el poder es una oportunidad, la oportunidad, de forjar un patrimonio. Tope con quien tope. Todos miembros de la misma causa: el enriquecimiento ilícito.

Consistencia.- Es la constancia con la que los líderes priistas defienden sus principios. Durante la alternancia se declararon firmes defensores del nacionalismo-revolucionario, no a las reformas fiscal y energética. Pero bajo el liderazgo de un priista en la Presidencia de la República las cosas cambian y mejoran: lo de ayer no es olvido, fue obsesión y extravío.







Democracia formal.- Acto de votar por medio del cual los ciudadanos eligen cada 3 o 6 años a las autoridades que los van a esquilmar.

Democracia real.- Procedimiento mediante el cual todos los partidos y todos los funcionarios, por menor que sea su fuerza y rango, obtienen beneficios y privilegios que antes estaban reservados a la Familia Revolucionaria. La corrupción son todos.

Estado de derecho.- Figura inexistente que no ocupa ni preocupa a ninguno de los partidos, ni los que han estado en el poder ni los que han sido oposición permanente.

Familia revolucionaria.- En el antiguo régimen así se denominaba a la clase política en el poder. El PRI, antes PNR y PRM, era el instrumento del Estado y la única vía de acceso al poder. La solidaridad y cohesión del régimen derivaba del monopolio del poder y del usufructo del mismo. Se trataba de un patrimonialismo a la antigua, los recursos del Estado como propiedad de una camarilla.

Izquierda.- Conjunto de organizaciones que en sus orígenes fueron lerdas y retobonas, pero ya en el poder se han convertido en corruptas, clientelistas y corporativistas o, como reza el lema de los boy scouts, siempre listos... para agarrar lo que caiga y, si no, para obtenerlo sacudiendo el árbol.

Ley a secas.- Operación mediante la cual los ciudadanos comunes y corrientes son perseguidos, al mismo tiempo que los munícipes, diputados y funcionarios son tolerados y exonerados de cualquier acto de corrupción.

Líderes de fracción parlamentaria.- Personajes de cada partido que controlan los recursos del parlamento, que son distribuidos y sirven para imponer "disciplina", y que son motivo de enfrentamientos a muerte entre camaradas de una misma causa.

Moches.- Democracia en progreso mediante la cual los diputados de todos los colores obtienen una tajada, que va el 10 al 35 por ciento, de los recursos que otorgan a los municipios.

Nuevo PRI.- El regreso del PRI al poder nos ha reservado una sorpresita. Tiene un tufillo de los años setenta: desdén por las leyes de la economía (mito neoliberal), endeudamiento, déficit fiscal y confianza ciega en el gasto gubernamental. ¡Oh, LEA!

Omertá.- Código de silencio de la mafia italiana adoptado por la clase política. Nadie habla, nadie denuncia. Todos tienen cola que les pisen.

Palabra empañada.- Forma de hacer campaña. Compromiso: reforma fiscal, precisa y detallada, para simplificar y racionalizar el cobro de impuestos. Cumplido: bandazo de 180 grados para azotar a los contribuyentes cautivos y amedrentar a las empresas grandes, medianas y pequeñas. Todo eso sin fe notarial ni respeto por la palabra empeñada, que se vuelve empañada.

PAN.- Los místicos del voto convertidos en sacerdotes de los moches y las prebendas. Los místicos del voto, una vez en el poder, ejecutores de una justicia discrecional y con dedicatoria. Los místicos del voto convertidos en profesionales de la ineficacia y la mediocridad. Los místicos del voto: mala copia del viejo régimen.

Partido Verde.- Marca registrada, con niño verde incluido, de la familia González Torres.

Sociedad anónima.- Nueva figura de la transición democrática consumada: la Familia Revolucionaria ha muerto, lo nuevo es la Sociedad Anónima que integra a los tres grandes partidos, como socios mayoritarios, y al resto, como socios minoritarios. El botín, que antes se repartía entre los priistas, ahora se comparte equitativamente entre todos los partidos. Patrimonialismo moderno donde todos sentados a la mesa brindan y comparten

Leído en Reforma

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