Como uno de dos prologuistas de la obra (el otro es Ernesto Camou Healy, investigador y editorialista de El Imparcial de Hermosillo), tuve la oportunidad de hablar sobre lo que se aborda en un volumen que si se hubiera publicado antes del siglo 20, cuando se pusieron de moda los títulos breves, podría haberse titulado así: “Los Healy: La historia de una familia de periodistas, escritores y empresarios incluyendo una breve autobiografía, un sinfín de anécdotas, muchas cápsulas históricas de México, Sonora y el mundo, textos variados escritos por maestros del periodismo, el caso exitoso del desarrollo y modernización de una empresa editorial, y muchos temas más. Un libro inspirador en cuyas páginas el lector encontrará ideas y ejemplos a seguir que le ayudarán a ser un mejor periodista o empresario o historiador pero, sobre todo, una mejor persona”.
Y aun si éste fuera el título definitivo de esta obra, se quedaría corto porque en sus 329 páginas se narran las experiencias de vida, aventuras periodísticas y logros y fracasos empresariales de tres generaciones de Healys, empezando por Healy Brennan (1942-61), siguiendo por José Alberto Healy Noriega (1961-97), luego por su hijo José Santiago Healy Loera (1997-2002) y culminando con los hermanos de éste, Juan Fernando, quien desde 2002 es presidente y director de eriódicos Healy, y Luis Alberto y Daniel, consejeros delegados de La Crónica y Frontera, respectivamente.
Escribí en el prólogo de Healy, Una historia de periodismo, que “La historia de El Imparcial y del Grupo Periódicos Healy que en este libro se cuenta debe ser lectura obligada para todos los que ejercemos el oficio del periodismo y más para quienes desean dedicarse al cada día más complicado y competido negocio que es editar diarios, revistas y sitios de Internet”.
Otra razón para leer este libro es que narra como una familia ha podido sortear exitosamente los problemas que suelen presentarse en las empresas cuando ha llegado el momento para que una generación le ceda el poder y las responsabilidades a la que la sigue. La historia demuestra que estas transiciones generacionales, cuando son mal manejadas, generalmente debilitan a las empresas familiares a tal grado que las mismas desaparecen o dejan de pertenecer a la familia fundadora. En Periódicos Healy tres generaciones de Healys han probado y comprobado que no siempre es cierto el viejo dicho que dice: “Padre comerciante, hijo caballero, nieto pordiosero”.
Más bien han demostrado que se puede ser comerciante y al mismo tiempo caballero.
Lean el libro. Es entretenido y muy provechoso.
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