Pero a los 2.5 millones de desempleados oficiales habrá que sumarle la cifra que la semana pasada dio a conocer el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), que provoca mayor penuria financiera: en los tres primeros meses del año se perdieron alrededor de 800 mil empleos. Cada mes han desaparecido 270 mil plazas. Son las cifras de la derrota económica para millones de hogares mexicanos.
Sumando estas cifras negras, tendríamos que para mediados de este 2014, el número de mexicanos sin empleo rebasaría los tres millones. Y lo más grave: con un panorama poco halagüeño.
“Los resultados de las reformas se verán dentro de dos o tres años, no antes”, vaticina el secretario general de la poderosa OCDE, José Ángel Gurría. Es decir: se llevarán prácticamente todo el sexenio.
Ya lo había deslizado Peña Nieto en su reciente entrevista con El País: los beneficios de las reformas serán hasta 2018, tiempos de la próxima elección presidencial.
De acuerdo. Pero mientras, ¿qué hacen los millones de desempleados? ¿Qué no coman ellos y sus familias durante los próximos tres años? ¿Que se sigan sentando en los zócalos con letreros de “trabajo de lo que sea”?
La gravedad del desempleo desalienta a quienes han logrado estudiar en niveles medios o medio superior. De acuerdo a las cifras divulgadas por el INEGI, ocho de cada diez de quienes perdieron su trabajo tenían mayor nivel de instrucción educativa. El resto no contaba con estudios completos de secundaria.
¿Qué entidades ocupan los primeros lugares de desempleo en el país, de acuerdo al INEGI?
Distrito Federal, con una tasa de desocupación de 7.17%; Tabasco, 6.39; Estado de México, 6.19; Durango, 6.12; Coahuila, 5.93; Querétaro, 5.88; Nayarit, 5.78; Sinaloa, 5.73; Aguascalientes, 5.66, y Tlaxcala con 5.58 por ciento.
Y ante la falta de empleos formales, crece la economía informal. Los ambulantes.
Según el INEGI, hasta mayo pasado, 5.7 de cada diez de la población ocupada pertenecen a la informalidad laboral. Ante los despidos masivos durante enero, febrero y marzo, a un ritmo de 9 mil plazas diarias perdidas, no queda de otra: a buscar lugares en tianguis y banquetas para vender lo que sea.
Pero las malas noticias no llegan solas.
Las cifras del IMSS reportan que entre diciembre de 2013 y febrero pasado, ocho mil 691 patrones dejaron al instituto. Es consecuencia de las nuevas disposiciones fiscales.
El IMSS registró ingresos de enero a abril —de acuerdo con cifras de Hacienda— apenas 1.8% real más que en el mismo periodo del año pasado, siendo la tasa de crecimiento más baja de los últimos cuatro años.
Esta cifra rebasa, inclusive, la registrada durante la crisis de 2009.
Aún más: el CEESP asegura que es el mayor desplome en 14 años. Desde 2000, año de inicio de la alternancia en el poder presidencial. Malas cuentas está entregando el priismo.
El instituto enfrenta un déficit por 62 mil 868 millones de pesos.
Las cifras económicas son de desaliento.
Desempleo. Mayor informalidad. Desbandada de patrones afiliados al IMSS. ¿Y?
Sigamos viendo futbol.
ARCHIVOS CONFIDENCIALES
CASO LORENA. Un juez de Amparo consideró que el juez 32 de lo Penal en el DF, Jesús Ubando, ha retardado ilegal e injustificadamente el desahogo de pruebas en el caso de Lorena González Hernández, acusada y encarcelada sin pruebas sólidas por el secuestro de Fernando Martí. Esta resolución tiene dos aspectos relevantes: reconoce la violación a los derechos humanos de Lorena, y obliga a Ubando —quien ha actuado con sospechoso tortuguismo— a agilizar el proceso. Lorena es inocente. Está presa por conveniencia política, a pesar de que los verdaderos responsables del plagio de Martí: la banda de Los Petriciolet y María Elena Ontiveros —la única mujer—, así lo han confesado. A ver hasta cuándo termina esta injusticia.
HOY NO CIRCULA. La furia de miles de capitalinos ante las nuevas disposiciones —autos de nueve a quince años descansarán ahora dos sábados al mes, y los de 15 años o más, todos los sábados— se traduce de esta manera: las autoridades capitalinas sacrifican a automovilistas, sin ofrecerles mejorar la red de transporte público ni, mucho menos, que los camiones del RTP, micros, Metrobús, camiones delegacionales, de basura o de transporte disminuyan sus emisiones contaminantes. Siempre ha sido así: crucificar, primero, a los ciudadanos.
Twitter: @_martinmoreno
Leído en http://www.excelsior.com.mx/opinion/martin-moreno/2014/06/24/966935
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