El nombre de José Ortega Rivera aparece de manera esporádica en los documentos que integran la averiguación de la PGR sobre el quebranto de Oceanografía a Banamex por más de cinco mil millones de pesos, y no es una figura relevante en la investigación que realizó la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para darle sustento técnico a la averiguación federal. Pero analizar a fondo su papel en este caso, donde fue arquitecto de medidas que favorecieron directamente a Oceanografía, arrojaría nueva luz sobre una investigación hasta hoy insuficiente.
Poco se sabe públicamente de Ortega Rivera, quien llegó a trabajar a Banamex en 2010 y renunció en 2012. Tan pronto como dejó el banco, comenzaron a sospechar de él y de su relación con Amado Yáñez Osuna, principal accionista de Oceanografía. Fuentes de Banamex revelaron que las alertas se prendieron cuando ya fuera de la institución, se registró un depósito de 200 mil dólares en su cuenta en el mismo banco. Dijeron que el le pidieron una explicación, a lo que respondió que era producto de una venta de obras de arte que había hecho su esposa, precisamente, a Yáñez Osuna. En Banamex no tienen claro si su esposa trabajaba con el dueño de Oceanografía, o si el mismo Ortega Rivera fue contratado a su salida de la institución, como consultor.
Nadie lo sabrá, de mantenerse la investigación en los términos como se encuentra actualmente, porque no es un sujeto indiciado en la averiguación previa, y como el quebranto investigado se concentra en operaciones financieras realizadas durante 2013, él ya no trabajaba ahí. Sin embargo, de acuerdo con las fuentes en Banamex, su paso por el banco podría explicar una buena parte de la mecánica con la que, tras su salida, se realizó uno de los mayores fraudes cometidos contra el banco en México.
Banamex es propiedad de Citigroup, pero no todas las operaciones que realiza en México las lleva a cabo su personal directamente. Ortega Rivera, por ejemplo, era el director de Channel Finance, que es el canal de descuentos en el área de Transaction Services, que está regulado por Citi. En ese departamento se establecieron las líneas de crédito por más de cinco mil millones a Oceanografía mediante el sistema de descuentos por cobrar, cuya mecánica era que se liquidaría el adeudo una vez que Pemex pagara los servicios de la empresa marítima petrolera.
El modus operandi que utilizaba Oceanografía –con Pemex y más de 50 empresas donde se han detectado también irregularidades-, era participar en el mayor número posible de licitaciones para la renta de buques petroleros a Pemex, con cotizaciones hasta 30% más bajo que sus competidores, con lo que garantizaban ganar el contrato. Una vez conseguido este fin, realizaban un segundo, que va en paralelo, por los servicios de cubierta, donde según funcionarios de Pemex, cotizaban con sobreprecio. Para poder subcontratar buques, Oceanografía recurría a Banamex, con quien firmó un contrato de crédito y factoraje.
Durante su paso por Banamex, Ortega Rivera, bajo cuya dirección se encontraba el manejo de esas operaciones, modificó los manuales y procedimientos. Fuentes de Banamex dijeron que entre los cambios que realizó se encontraban los plazos, donde Oceanografía estaba obligada a pagar en un máximo de 90 días la línea de crédito, y se establecía la posibilidad de que ante un incumplimiento, se cancelaran los siguientes desembolsos. “Ortega Rivera los cambió primero a 120 y luego a 180”, dijo la fuente. Pero no fue lo único.
De acuerdo con la declaración ministerial de Vanesa Maricela Ramírez, gerente de producto de Banamex –e indiciada en el caso-, Rivera Ortega y el coordinador de Channel Finance, René Tonatiuh López Arévalo, cambiaron la documentación y proceso de descuento, que consistía en presentar la estimación de la obra, que eran los trabajos ejecutados y acordados entre Pemex y Oceanografía, en lugar de las facturas. La PGR detectó 166 estimaciones, que son documentos que, caracterizó, se “asemejan” a facturas por cobrar, expedidas supuestamente por Pemex Exploración y Producción, y que conforme a la investigación, fueron alteradas por ejecutivos de Banamex. Con este nuevo método para ofrecer factoraje a Pemex, la columnista Alicia Salgado, la única hasta el momento en voltear a ver a Rivera Ortega, revelóa mediados de mayo, se trasladaron los riesgos de Oceanografía a la paraestatal.
Ramírez dijo haber ejecutado lo que le instruyeron Rivera Ortega y López Arévalo, y cómo debía conciliarlo administrativamente. La ex gerente trabajó con Erik Cervantes Murillo, en ese entonces ejecutivo especialista de producto del banco, que trabajaba en la sucursal de Villahermosa y tenía bajo su responsabilidad Ciudad del Carmen. Cervantes Murillo, quien era el que recibía la documentación directamente deOceanografía y cotejaba la documentación con los residentes de obra de Pemex, es uno de los tres ejecutivos de Banamex con orden de aprehensión. Ramírez, que no la tiene aún, es señalada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, como presunta co-responsable del fraude. Rivera Ortega, quien tiene mucha información que aportar y más aún explicar, es el gran ausente en la investigación.
twitter: @rivapa
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