viernes, 20 de junio de 2014

Antonio Navalón - La lista negra

¿A usted no le parece raro que tengamos el mismo problema con los policías que con los narcotraficantes? Pues ahora ya lo sabe, es el efecto cucaracha

México es maravilloso. Es único. Llevamos más de 12 años haciendo pruebas de confianza con policías que tienen el efecto cucaracha. Es decir, en un sitio los suspendemos (eliminamos) y en otro, los aprueban (reaparecen).

Lo que más me llama la atención es que con más de 100 mil muertos, millones de dólares invertidos para envenenar el vicio de los gringos, billones de dólares empleados para lograr hacer más ricos a esos calvinistas de sermón semanal, en Texas, que venden armas con las cuales se revienta la paz y el futuro de nuestros hijos, con todo y todo, 12 años después, no existe una ‘lista negra’ de policías donde se ponga quién y por qué fue suspendido.







Aquí en México es entrada por salida. Te echan de un sitio y si lograste ser un maloso muy maloso, pues ni te preocupes porque te van a dar empleo otros igual de malos, pero si no pasa eso no hay cuidado, todo lo que tienes que hacer es ponerte en la puerta giratoria y hacerte policía otra vez.


¿A usted no le parece raro que tengamos el mismo problema con los policías que con los narcotraficantes? Pues ahora ya lo sabe, es el efecto cucaracha: llegan, los interviene el ejército, les decomisan las armas, los echan y vuelven a aparecer. Y fíjese que, o aparecen en el ‘otro’ ejército, o aparecen en el ejército de nuestra policía.

Yo comprendo que hasta los peores criminales tienen derecho a vivir, pero después de tantos años, tanta muerte, tantas balas, tanta tragedia y tantas drogas, sería buen momento de que a alguien se le ocurriera (supongamos que a la Secretaría de Gobernación), hacer la lista nacional, la lista negra de las ovejas descarriadas.

Así lograríamos acabar con toda esa broma y con todo ese ataque que es como una epidemia de dengue o de cólera, que se produce cada “x” tiempo. Porque mire, solamente en los últimos seis años he visto al menos seis depuraciones de policías en Tamaulipas, otras más en Morelos y Guerrero y las cosas siguen igual. Me pregunto: ¿por qué será?

Claro, el único lugar que se salva de las depuraciones de la policía es el DF. Da la impresión de que ser policía en del Distrito Federal equivale a que, o nunca te hacen la prueba de confianza, o que aquí no se coló ninguno malo. Lo cual me hace pensar que entre más de 100 mil efectivos, una de dos: o tenemos mucha suerte o es que sencillamente ellos (los policías de la capital) ya han llegado a tal grado de perfección en su profesión que son los únicos capaces de hacerse a sí mismos la prueba de confianza. ¿Será?


Leído en http://www.reporteindigo.com/reporte/mexico/la-lista-negra


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